Sexy Killer
Hanibal Lecter con el fondo de armario de Paris Hilton
- Título original: Sexy Killer
- Nacionalidad: España | Año: 2008
- Director: Miguel Martí
- Guión: Paco Cabezas
- Intérpretes: Macarena Gómez, Alejo Sauras, César Camino
- Argumento: La facultad de medicina comienza a sembrarse de cadáveres. La policía no tiene pistas de quién es el responsable de la carnicería. Nadie sospecha de Bárbara, una bella joven de aspecto inocente cuya única preocupación parece ser la moda.
62 |100
Estrellas: 4
Podría iniciar esta reseña diciendo que Sexy Killer es una película inusual, insólita, por el hecho de tratarse de una comedia española que realmente hace gracia. Pero esa probablemente sería una afirmación un tanto ofensiva, por lo que prefiero ahorrármela.
“Coloquialmente tontería. Cosa de poca entidad o importancia”. Esta es la definición que el diccionario de la Real Academia de la Lengua Española ofrece sobre el vocablo “chorrada”. Y “chorrada” es el concepto que mejor define la esencia de una película como Sexy Killer. Una enorme y autoconsciente tontería con la que un servidor pudo divertirse de lo lindo.
Bárbara pasa sus días en una exclusiva facultad de medicina soñando con casarse con un joven cirujano de éxito, y asesinando impunemente a todo aquel que le lleve la contraria o la inoportune de algún modo.
Otro estudiante (una rata de laboratorio) inventa un sofisticado aparato que traduce en imágenes la actividad cerebral. Empeñado en descubrir la identidad del “asesino de la facultad” decide probar su invento con las vícitimas recientes de aquel, con la esperanza de que el experimento le proporcione alguna imágen del asesino. Los resultados de dicho experimento serán inesperados... y devastadores.
Sexy Killer pertence a ese tipo de comedias delirantes y desmadradas en las que el argumento cuenta muy poco. Una chorrada, una tonteria, una gamberrada, una idiotez si se quiere, pero siempre hablando desde el más absoluto respeto hacia una propuesta que, al fin y al cabo, únicamente podríamos incluir en el género de la comedia (ni siquiera podemos hablar de ella como una comedia de horror).
El dilema que se nos plantea es sumamente fácil de resolver: si la descomunal payasada que plantea Sexy Killer nos hace gracia, la película será, sin duda alguna, una agradable experiencia. Pero si a ese gran chiste que es toda la película en sí, no le encontramos la gracia por ningún sitio, Sexy Killer será un auténtico desastre que acabaréis odiando. Es así de fácil.
Por supuesto a partir de aquí podremos hablar de todo lo bueno y todo lo malo que, desde un punto de vista exclusivamente cinematográfico, nos ofrece la película dirigida por Miguel Martí. Pero ni siquiera bajo este punto de vista Sexy Killer presenta demasiadas dificultades.
La realización de Miguel Martí es rotundamente efectiva. Se siente cómodo en todo momento y no duda en utilizar toda clase de recursos, poco o nada originales, que ayudan a aumentar esa idea de que nos encontramos ante una gran broma: Bárbara hablándole directamente a la cámara, Bárbara siendo protagonista de las páginas principales de una revista de moda para psycho-killers que nos adiestra sobre cómo asesinar al tiempo que perdemos peso... Todo vale para mantener vivo ese tono delirante (y divertido) que, de forma consecuente, busca la película en todo momento.
Los actores mantienen un buen nivel. Ángel de Andrés está inconmensurable en el papel de inspector (como siempre), Paco León (Luisma en Aida) divertidísimo interpretando a... Paco León, César Camino y Alejo Saura cumplen a la perfección, y, por supuesto, destacar la potentísima presencia de Macarena Gómez, cuya adorable sobreactuación (exigencias del guión) de una asesina en serie, que se define a sí misma cómo un Haníbal Lecter con el fondo de armario de Paris Hilton, acaba erigiéndose, por méritos propios, en el principal aliciente cómico de Sexy Killer.
Me resultó sencillo reirme con Sexy Killer. Me reí con los asesinatos (aparatosos e imaginativos), me reí con determinados personajes secundarios (el desgraciado –Paco León- al que Bárbara le explica la historia de su vida), me reí con buena parte de los diálogos (César Camino intentando que un imbécil le preste su smoking en el lavabo de un restaurante), aluciné con el giro inesperado de los acontecimientos en el último tercio de la película y, por supuesto, disfruté una barbaridad con la ingente cantidad de referencias que adornan todo el metraje, desde las más obvias (Viernes 13, Posesión Infernal, El Silencio de los Corderos, Scream...),hasta las menos evidentes (Cocodrilo Dundee, Modesty Blaise, Terminator 2, Taxi Driver, La Noche de los Muertos Vivientes...).
Por supuesto Sexy Killer dista de ser una película perfecta. Algunos bajones en el ritmo provocados por un argumento de muy corto recorrido, su apuesta por un humor decididamente freak (aunque, personalmente, no creo que esto sea un inconveniente) y, lógicamente (suele ocurrir en este tipo de producciones), algunos chistes y situaciones supuestamente cómicas que fracasan de tal manera que no las salvaría ni el mismísimo Peter Sellers, seguramente provocaron que Sexy Killer no tuviera el recibimiento en taquilla que quizás se merecía.
Os propongo su recuperación a todos aquellos que no hayáis disfrutado todavía de Sexy Killer. Es indudable que no va a gustar a todo el mundo. Sexy Killer en tan sólo una gamberrada, delirante y desquiciada, cuyo único objetivo perseguido es el de divertir al personal. Quién consiga entrar en su juega se divertirá. Y quién no, posiblemente acabe odiándola.
Si finalmente soys de los que acabais odiando Sexy Killer, en esta ocasión os propongo que en lugar de acordaros de alguno de mis parientes más cercanos, le echéis la culpa al cine español en general, algo que nunca está de más y que siempre reconforta. Y ya veréis como de las diez próximas producciones españolas, al menos la mitad versaran sobre la guerra civil, la postguerra, o la transición. En fin...
Lo mejor: Su juego referencial, Macarena Gómez, y el hecho de que tan sólo intente divertir... y lo consiga. Lo peor: Algún que otro bajón de ritmo y que la historia sea de muy corto recorrido.