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Red Hill

La venganza de un aborígen maltratado

Red Hill

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Desde la lejana Australia nos llega un debut, el de Patrick Hughes (director, guionista y productor de Red Hill), que transpira aires de viejo western por todos sus poros.

Una pequeña población lejana al mundanal ruido, unos defensores de la ley corruptos, un presidiario fugado que clama venganza y un joven policia obligado por las circunstancias a ejercer de auténtico héroe de la función. Estos son, básicamente, los elementos que maneja Hugues para edificar un debut cinematográfico del que así, de buenas a primeras, sorprende por una razón: Red Hill es una película visualmente hermosa, digna de ser contemplada.

El joven agente de policia Shane Cooper llega a su nuevo destino, Red Hill, acompañado de su mujer, que está a punto de dar a luz al primer hijo de ambos. El primer día de Cooper en el servicio será inolvidable. Un peligroso criminal aborígen escapado de prisión que responde al nombre de Jimmy Conner ha regresado a Red Hill. Silencioso, despiadado y con una puntería prácticamente infalible, Jimmy Conner parece dispuesto a no dejar títere con cabeza en Red Hill. ¿Sus motivaciones? Le corresponde a Cooper, el recién llegado, averiguarlas.

A medio camino entre el thriller, el western crepuscular de Sam Peckimpah y los personajes vengativos de Clint Eastwood (las similitudes con Infierno de Cobardes, dirigida y protagonizada por Eastwood, son evidentes en la presencia de un Jimmy Conner cargado de cierta aura mística e incluso sobrenatural); Red Hill es, ante todo, un ejercicio de estilo cuyo objetivo fundamental es el de recuperar el sabor, la textura y la banda sonora del western adaptándolo a una historia de evidente corte clásico pero ambientada en la actualidad.

Desde un punto de vista meramente formal Red Hill es un ejercicio de estilo impecable. La película de Hughes no solo es capaz transmitir todo el sabor del western en una historia que hace auténtica apología de la venganza (una situación muy ligada al género y que tiene en Sin Perdón, nuevamente de Eastwood, una de sus piezas cumbre), si no que además logra destacar como un producto ciertamente atractivo, a simple vista, gracias a su excelente fotografía, su cuidada banda sonora y a unas correctísimas interpretaciones por parte de todos los actores implicados.

El director australiano tiene el enorme acierto – y mérito – de dar siempre con la atmósfera adecuada para su relato, tanto cuando la acción sucede a plena luz del día y los vastos paisajes australianos toman su habitual protagonismo; como cuando el impacable Jimmy Corner busca la oscuridad opresiva de las calles de Red Hill para perpretar su salvaje vendetta (instantes de una violencia seca, contundente y en los que Cooner deviene una especie de asesino deforme e implacable dotado de una resistencia prácticamente inhumana. Son también los instantes en los que Red Hill se acerca al género terrorífico puro y duro).

Pero pese a todas las virtudes que atesora Red Hill a lo largo de su metraje, hay algo que falla. Algo que le impide convertirse finalmente en la película imprescindible que debería haber sido. Le falta pegada. La historia que nos cuenta Red Hill se fundamenta en una sucesión de lugares comunes que Hughes sabe integrar en un envoltorio de gran belleza pero que, a fin de cuentas, nos deja esa incómoda sensación de que lo que estamos viendo ya lo hemos visto antes… en incontables ocasiones. El western es un género estricto, en el que los lugares comunes son prácticamente inevitables, incluso necesarios. Pero de la mezcla, a priori atrevida, de western moderno, thriller y película de venganzas; un servidor auguraba (o al menos mantenía viva la esperanza de que así fuera) un resultado más atrevido, más singular… menos trillado.

El trayecto de Red Hill es el de una línea recta, sin socavones, sin desniveles, sin sobresaltos, sin curvas peligrosas… Sabes lo que va a ocurrir en cada momento porque, sencillamente, conoces la historia. Y todo ello hasta el punto de que cuando Patrick Hughes se decide a mostrarnos, en un flashback en blanco y negro, el pasado de Jimmy Conner y, por extensión, las motivaciones que le empujaron a cometer las salvajadas que comete, nos damos cuenta de que no es necesario. Que está de más. Lo que nos cuenta dicho flashback ya lo sabíamos prácticamente desde el primer instante en el que Jimmy Conner aparece en pantalla.

La frontera entre buenos y malos es demasiado clara, demasiado evidente; lo que provoca que no haya espacio para la sorpresa y que cada personaje se comporte y reaccione exactamente de la manera que se le presupone.

Pero en cualquier caso no debemos perder de vista el horizonte. Red Hill es el prometedor debut de un director al que a partir de ahora habrá que seguirle los pasos muy de cerca. Una película violenta, áspera, visualmente atractiva, y un auténtico caramelo para todos aquellos que seais aficionados al western. Lástima que el resultado final venga lastrado por un desarrollo previsible en exceso.

Lo mejor: Se trata de un interesantísimo neowestern con un acabado ciertamente destacable.

Lo peor: Transita demasiados lugares comunes reduciendo la capacidad de sorpresa al mínimo.


Vuestros comentarios

1. 10 ene 2011, 11:45 | Pliskeen

A mi me pareció cojonuda. Mi preferida del Festival de Sitges. No creo que por no ser novedosa o sorprendente merezca menos halagos/nota.

Saludos ;)

2. 10 ene 2011, 14:09 | blanch

Pienso igual que Pliskeen, nada novedosa pero 100% recomenable. Sabes desde los primeros minutos el leit motiv de la venganza pero eso no quita para nada no terminar de verla con un gran sabor de boca.

3. 10 ene 2011, 15:10 | Almas Oscuras

Pliskeen y Blanch – a mí me gustó, pero el tema de saber casi de antemano lo que iba a ocurrir y por donde iban los tiros (nunca mejor dicho) sí afectó mi percepción final de la película. La previsibilidad de la trama, en mi caso, si le resta algunos puntos.

Aún así, recomendada…

saludos

4. 10 ene 2011, 17:55 | gnome

A mi la verdad es que me aburrió en varios momentos: le sobra metraje y pierde el ritmo en diferentes ocasiones.

Un saludo.

5. 10 ene 2011, 18:03 | rodrigo

Me gusto. Algo distinto a lo q acostumbro a ver.

6. 10 ene 2011, 20:49 | Almas Oscuras

Gnome – lástima Gnome. A mí no me llegó a aburrirme, a pesar de esa sensación que tuve de estar viendo algo que ya había visto antes…

Rodrigo – yo hacía muchísimo tiempo que no veía un western tan interesante como Red Hill.

saludos

7. 21 feb 2011, 00:07 | Ramón

Sí, la historia es predecible, los personajes demasiado estereotipados, pero está tan bien filmada que he disfrutado de lo lindo viéndola.

Al inicio, cuando se ve a los animales como asustados (y el ataque a uno de ellos), pensé que se trataba de una “monster movie”, aunque no se deja muy claro que papel juega esa bestia salvaje que se muestra nuevamente al final. Como siempre, la belleza y el exotismo de los paisajes australianos le dan un valor agregado a la obra. Me vino a la mente un clásico también ambientado en Australia que ví de niño: “Razorback, el destructor”.

Muy recomendable, aún a pesar de los mencionados fallos.

8. 05 div 2014, 18:40 | yinet

La estoy viendo ahora. Aunque es ciertamente predecible; también resulta interesante

9. 30 sep 2015, 15:36 | Norma García

Una excelente película me fascinó, desde que empece a verla ese sentido místico me arrastro a querer ver el desenlace de la película y el triste final de Jimmy

10. 28 nov 2017, 10:19 | Pepino

Tiene un toqué especial me gustó. La recomiendo

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