The Corridor

Curtido como segundo director de títulos menores como My Little Eye, el canadiense Evan Kelly debuta con un largometraje independiente, que habla sobre todo de la perdida y del dolor que ésta conlleva cuando, sobre todo, es relativa a un ser querido: la base para un thriller de horror en toda regla.
Muchas veces buscamos el consuelo en otras personas cercanas, y desde la perspectiva propia de un hombre, no hay compañía más agradable, para olvidar las penas, que los amigotes de toda la vida, los cuales con una colleja te despejan rápidamente las ideas. Digamos que esta faceta humana es la que explora, hasta hacerla añicos, The Corridor. ¿Cuanto de alucinación contienen las nevadas imágenes del trailer y cuanto de horror? ¿Qué es el corredor? ¿Un estado mental de odio hacia todo lo que te rodea o un lugar fantástico donde nada es lo que parece, donde puedes descansar de los recuerdos tormentosos? Preguntas cuyas respuestas tendremos que esperar hasta comenzar la distribución de esta cinta que, como tantas otras, ha recibido buenas críticas en su limitado paseo por festivales especializados. Esperaremos que la nieve, al igual que nuestra sinapsis, se tiña de rojo…

Tyler Crawley necesita a sus amigos más que nunca. Recobrándose del estrés provocado por la reciente muerte de su madre, Tyler ha preparado concienzudamente un fin de semana con sus viejos colegas de aventuras para intentar volver a la normalidad. Desgraciadamente, la unión entre los amigos se ha ido enfriando con el paso de los años, parece que ha mermado la capacidad de comprensión; sin embargo él está convencido de que no se trata de nada que una ronda de cervezas, en la casa de la montaña, sea incapaz de arreglar.

Pero con la aparición de un fenómeno antinatural arriba en la misma montaña, el propio corredor, los eslabones de la masculina amistad, compartida por los cinco amigos, se empiezan a quebrar de forma vertiginosa. Tanto una pasaje ilusorio a algún lugar como un agujero en la mente del macho, el corredor llevará a Tyler y sus amigos hasta el filo de la cordura y más allá…