Voodoo Rising

Un grupito de amigos deciden pasar su último verano juntos acampando en la montañosa localidad de Black Hills. Una vez allí se verán inmersos en una cruenta lucha a muerte contra una familia local, los Balmers.

Serie Z yankee de la peor calaña… No falta absolutamente nadie: la familia de sureños tarados, el sheriff cabrón al que el imperio de la ley se la sopla, los jovencitos incautos colgados de una botella de cerveza, jovencitas que cuando no están meneando el culo están intentando ponerlo a salvo bosque a través… Nada nuevo bajo el mohoso manto de la serie Z más destartalada y mil veces saboreada. ¿Esperanzas de ver algo remotamente divertido? ¿Algo que valga remotamente la pena? Pocas… pero existen.

Eddie Lengyel escribe y dirige Voodoo Rising: Black Hills, película de escasísimo presupuesto en la que mejor no depositar ninguna esperanza, lo cual no significa que en una noche calurosa de verano, en la que morfeo se resista a abrazarnos, acabemos dándole una oportunidad. Es lo que tiene ser un enfermo…

Al fin y al cabo el mismísimo Eddie Lengyel nos promete que Voodoo Rising: Black Hills es una película que “cautivará al mundo del terror y le obligará a gritar con fuerza pidiendo más.”. No conozco de nada al bueno de Lengyel, así que no tengo razones para pensar que me está mintiendo…