Ghastly, a.k.a. Parasite Soul

El alma de un niño asesinado posee el cuerpo de otro chico y mediante sus inocentes manos acomete su propia venganza, manchándolas de sangre en unos cruentos crímenes que desafían los límites de lo macabro. Una joven chica será la testigo de esta posesión que va más allá de la vida, la muerte e incluso su propia historia familiar.

¿Más de lo mismo o de lo mismo más? Corea del Sur vuelve a engendrar una película de fantasmas infantiles cuyas líneas arguméntales, a pesar de muy vistas, invitan a echarle una ojeada (de refilón por el borde de la sabana que intenta protegernos de nuestros miedos atávicos) solo con el objetivo de saltar en nuestra cómoda butaca al ritmo que marcaron cintas antológicas como Dark Waters, La Maldición, The Eye, Kairo o, incluso, Phone, de la que la cinta que hoy nos ocupa me ha traído reminiscencias por alguna extraña razón. Tarea que, por otro lado, parece complicada, el cine oriental ha evolucionado desde su gran insignia moderna (Ringu) y por diferentes razones – mestizaje, presupuestos, falta de imaginación, afán comercial, etc, etc – ya no es el refugio para los amantes de los sustos que desean huir de corrientes occidentales en brazos de un yūrei.

El caso es que Ghastly (o Parasite Soul o Gisaeng Spirit – ¡extraño fenómeno el de las traducciones de títulos orientales por distribuidores internacionales!) no propone a priori nada nuevo (¡¿el fantasma vengativo de un niño?!); ni siquiera sabemos bien lo que propone a causa de su ambigua sinopsis e igualmente parcos trailers.
Lo que podemos asegurar es que dado su diseño gráfico (clásico cartel), su estreno en obligado 3D y el elenco constituido por jovencitos de moda de la escena surcoreana (si no me equivoco el casting cuenta con el rostro de una famosa cantante de k-pop), la cinta apunta más hacia lo comercial antes que al ejercicio de terror – artístico me atrevería a decir – que representaron en su día las luminarias del “boom” asiático-terrorífico.

Nos queda el consuelo de que su director, Yang Yun-ho, que también lo fue del taquillazo comercial Iris, haya sido consciente de ese cierto estancamiento que vive el cine de terror sobrenatural dentro de su región e intente destacar su trabajo mediante las violentas y vengativas muertes a manos de un niño inocente, que tanto juego pueden dar.
Esa es la sensación positiva que me gustaría destacara tras ver los trailers, los cuales ofrecen un retrato algo distinto, y ciertamente más visceral, al que sugiere la escasa información oficial en inglés sobre el argumento de Ghastly.

Tras su estreno, cuatro de Agosto, en Corea del Sur tendrán la ocasión de salir de dudas; esperemos que nos lleguen los ecos de su tintineante lengua…