Opstandelsen

Un agradecimiento especial para Cratosxp (de los blogs Subsploitation y Sesión de Noche). Sin sus montajes y traducciones, y las de otros fenómenos como Eddie Lamorgue, no podríamos ver muchas de las cintas que, para bien o para mal, reseñamos en esta página. ¡Gracias por alimentar nuestros cerebros!

Peter y sus hermanos Johannes y Esther, acuden al funeral de su hermano Simon. Huérfanos de padre, Johannes es el que ha tomado las riendas familiares, bajo el estricto control de su madre, una beata recalcitrante. Durante las exequias, el Apocalipsis llega predicho por las palabras del pastor: los muertos se levantan del cementerio anexo y, hambrientos, buscan a los vivos para condenar sus pecados. Los tres hermanos se ven atrapados en el infierno sobre la tierra.

Opstandelsen (o Resurrección si preferís) es un mediometraje danés, de esos que no conoceríamos sin el trabajo de la prensa underground o sin el esfuerzo de los traductores altruistas que vagan por la red de redes, a los cuales ya he nombrado previamente. Gore y una visión tan oscura como seria se dan cita dentro de una producción independiente, cuyo sabor artesano, respetuoso y simple, nos devuelve temporalmente al pasado – en concreto, a glorias lejanas del calibre de Evil Dead – para volver a disfrutar de los zombies. Ese ser que, entre mito, verdad y creación artística, lleva un buen lustro siendo sodomizado a cuatro patas y presentado en formatos tan diferentes y, habitualmente, tan pobres que estaba perdiendo la capacidad de atracción y diversión, al menos para un servidor.

Su director, productor, guionista y muchas cosas más, Casper Haugegaard, debuta tras un par de cortos aun más humildes, con un estilo sencillo pero eficaz volcado hacia los aspectos imprescindibles para el disfrute del sub-género.

A saber:

- Caracterización/maquillaje de los muertos vivientes. Muy lograda, sobre todo en cuanto a presentación del gore y su dosificación. Varias escenas puntuales harán las delicias de los fanáticos de las degluciones de carne humana, gracias no solo a las prótesis artesanas y trucos de montaje, también los más que decentes efectos de sonido conseguirán hacernos rechinar los dientes de asco con frecuencia.

- La ambientación y el suspense. Una cinta de zombies debe mantener la tensión de alguna manera. El enfoque clásico – establecido por La Noche de los Muertos Vivientes – nos presenta a personas normales atrapadas y rodeadas por la marabunta no muerta. En Opstandelsen esta faceta la vemos muy trabajada, apoyada por una introducción al despertar de los muertos que hará las delicias de los seguidores clásicos. Todo un acierto la atmósfera beatamente rígida que se respira en los primeros compases de la cinta, para luego estallar en un frenesí gore, que la excelente y seria banda sonora hace hasta peligroso. Y aunque los actores protagonistas son jóvenes y, obviamente, no muy experimentados, realizan un trabajo competente donde se observa compromiso y una dirección artística directa: los personajes son unidimensionales pero se justifica ante la aproximación más sangrienta y claustrofóbica del mundo de los muertos vivientes.

- El trabajo de cámara y la edición. Me ha sorprendido gratamente el esfuerzo de Haugegaard rebuscando planos impactantes e incluso artísticos, siempre con la ambientación en mente. De acuerdo, no estamos ante un Raimi primerizo, pero es justo reconocer el esfuerzo realizado para impactar al espectador. Quizás ese deseo oblige a la inclusión de tomas muy rápidas y confusas, en las que la escasa iluminación no juega precisamente a su favor. Con todo, la filmación, la edición y el montaje (del que también se encarga Haugegaard) merecen una atención especial.

Tampoco quiero engañaros, ya he comentado varias veces que la cinta es simple. Se presentan bien los personajes, se definen ligeramente y directamente se pasa a la masacre; estructura que se ajusta como un guante a la duración de la cinta. Argumentalmente no vais a encontrar ningún misterio excepto una pequeña vuelta de tuerca, que pese a obvia no deja de ser “jugosa”, referente a los sentimientos filiales de Esther. El final tampoco se resuelve espectacularmente, claro que Opstandelsen no pretende plantear preguntas ni responderlas, más bien está planteada como un entretenimiento sangriento, estupendo pasatiempo veraniego. A este nivel funciona, obviando esas escenas excesivas donde todo es persecución, descontrol y gruñidos inhumanos de zombies (por si acaso, os informo que bastante rapiditos y capaces de honrar la memoria de los poseídos de Evil Dead).

En resumen, una acertada muestra independiente de la manida expresión: “lo importante no es lo que se cuenta si no como se cuenta”.