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Rage of the Yeti

Nieve y caos para una nueva aventura del SyFy

Rage of the Yeti

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¿Qué mejor época, para meternos de lleno en la caspa, que el invierno? Mi querido compañero Blanch diría que en cualquier momento, de hecho no es una mala propuesta. Pero ahora que el frío aprieta, los días son más cortos y tenemos el cerebro más lento, me parece un estupendo momento para “desactivar” nuestra inteligencia y disfrutar a media tarde de las tonterías que un yeti, marca SyFy Channel, puede ofrecernos: tanta caspa que vuestra pantalla parecerá nevada.

Mills es un hedonista millonario coleccionista de objetos raros. Un tipo egoísta y excéntrico capaz de comprar un submarino soviético y aprender a botarlo en una mañana; un tipo actualmente obsesionado con un códice perdido en el ártico canadiense. Hasta allí ha mandado una expedición liderada por la famosa aventurera Villers, prima lejana y disminuida de Lara Croft. La expedición se ha quedado aislada bajo el asalto de los elementos y el acoso de unas criaturas que parecen yetis. Mills, ni corto ni perezoso, ávido como está de conseguir su códice, manda una expedición de rescate para ayudar a Viller. Dicha expedición es comandada por los famosos hermanos J.J. (Jonas y Jace), aventureros y caraduras, dos mendrugos capaces de enfrentarse a la muerte con un chiste en la punta de la lengua. ¿Saldrán vivos nuestros héroes del hostil entorno que los amenaza? ¿Podrán regresar el códice a las manos del poderoso Mills? ¿Se reirán los yetis de los chistes de los hermanos J.J.? Todas las respuestas y muchas más, que no os interesan en absoluto, dentro de: ¡Rage of the Yeti! – fanfarrias épicas –

La verdad que no sé por donde empezar con esta producción del canal SyFy, tristemente famoso por el bajo nivel de sus telefilmes – solo aptos para rellenar noches insomnes o acompañar una buena siesta –. Sobre todo teniendo en cuenta que la experiencia ha sido completamente alucinante, caótica, psicotrópica, divertida y altamente satisfactoria. Así que podréis entender la dificultad que se me presenta para recomendar un pastel de mierda, recubierto de heces diarreicas y espolvoreado con virutas de excrementos resecos. ¡Joder que cerdo! Sí, pero no se me ocurrían mejores términos para resumiros Rage of the Yeti, y así es: un completo festín mefítico que bien horneado entra solo por los ojos (luego lo pruebas y, dependiendo de tu tolerancia a la sabrosa comida para moscas, ya te gustará más o menos).

Como importante carta de presentación, vaya por delante que la película no se toma en serio en ningún momento. Estamos ante una comedia de aventuras donde el terror radica en intentar juntar las piezas arguméntales que su guionistas, los macacos Craig Engler y Brooks Peck (¡bingo! También guionistas de Zombie Apocalypse), nos tiran a la cara mientras chillan y se tocan los genitales al otro lado de las rejas. Aunque me gustaría que esta escatológica metáfora no ocultase el esfuerzo, a veces para defecar hay que apretar los dientes, de rellenar hora y media con locuras constantes e, incluso, un origen para los yetis, cuando menos, entrañable y campechano.

Sinceramente, la cinta, a nivel historia, contiene un ritmo endiablado: continuamente suceden tontunas, momentos de acción de baratillo, diálogos absurdos y ataques imprevistos de los pobres yetis. El cachondeo es continuo, ¿cómo iba a ser de otra forma en una película donde una de las grandes actrices protagonistas es una BFG? Por si no sabéis que describen estas siglas os diré que son el acrónimo de “Big Fucking Gun”, ¿expresivo verdad? Pues aún lo es más su anuncio, sí, atención al anuncio de la BFG porque es el cenit en cuanto a los chistes que salpican todo el metraje – atentos también a los comentarios del veterinario Ted, no tienen desperdicio –

Ya imaginaréis que a nivel de personajes, los perfiles tienden a lo paródico y la verdad que muy acertadamente. Asistiremos a los distintos tópicos de las películas de exploradores intrépidos y monstruos, así como a unos diálogos que cimentan la sensación total de despropósito. ¡Ojo! Despropósito controlado. Porque su director, David Hewlett, es muy consciente del material que tiene entre las manos y lo usa con la sana intención de pasárselo bien dirigiendo y buscar así la complicidad con el espectador. Buena muestra de ello es el papel que este veterano actor, reconvertido a director de TV movies, se reserva para si mismo. Interpreta al propio Mills (hasta el nombre diría que está bien buscado, por eso de “millionario”), en una muestra de desparpajo que agradará al público sin prejuicios. Como un niño pequeño, Hewlett nos reserva unas escenas de puro comic de los cincuenta, donde vuelca toda su ironía, incluso a costa de sí mismo. A los aficionados a la serie Stargate les gustará el guiño hacia su personaje, el Dr. Mckay, en la serie. Pero no os creáis que estamos ante un patán favorecido por el capricho de un productor. La experiencia de Hewlett es amplia, y su asociación con Vincenzo Natali demuestra que no es un cualquiera de la interpretación. Disfrutad pues de sus intervenciones como Mills porque os aseguro que guarda sorpresas hasta el final, en esa especie de universo propio que crea a través de la interconexión implícita con el resto de personajes… delirante!

No obstante, los que se llevan el gato al agua con sus personajes son los hermanos J.J. Unos papeles muy dulces, donde el cinismo y la burla para con exploradores clásicos, como los abuelos Quatermain, Doc Savage o el Dr. Jones, alcanza cotas que nunca hubiese esperado en un telefilme. Para que me entendáis, muy en la línea de los capítulos más humorísticos de Las Aventuras de Hércules o Xena, la Princesa Guerrera, esta pareja de actores televisivos, David Chokachi y Matthew Anderson, desgranan con naturalidad las mentes simples de un par de cazafortunas, cuya entrada – ubicada en España – consigue ganar al espectador más ceñudo. Además, por si fuera poco, los acompaña la morenaza de desagradable voz Yancy Butler (Kick Ass, Blanco Humano), que también se marca sus momentos de “tipa dura”, por supuesto completamente ridículos en el contexto bajo el que suceden. Porque algo que resulta muy curioso, y marca a las claras por donde discurre Rage of the Yeti, serían las reacciones de los personajes ante la presencia de los yetis: ¡ninguna! Como si estuvieran hablando de gatitos, los exploradores están más felices que un tonto con lapicero nuevo mientras unos monstruos de varias toneladas de peso los acosan. ¡Coño! Pues claro, son aventureros intrépidos, ¡aquí no hay lugar para las “scream queens”!

Lo que me lleva al tema de los yetis, se supone que la película basa su mayor atractivo en ellos, ¿no? Bueno, es cierto, pero solo parcialmente. Pese a tener una presencia computerizada continua, resultan lo más prescindible de la película; para monos blancos ya tenemos a los actores. Circunstancia que tampoco veo negativa. Un servidor se acercó a este pequeño engendro, dicho con cariño, porque siempre le han fascinado las películas sobre Bigfoots o El Abominable Hombre de las Nieves (solo con ese nombre, ¿cómo no me iba a llamar la atención?), pero el resultado final hace tanto hincapié en los absurdo de un alocado guión y las actuaciones casi improvisadas de unos actores sicalípticos, que los cutre-yetis no me parecen muy importantes (vamos, como en Abominable o Snow Beast). Y eso que a nivel tecnológico parece que el canal SyFy va depurando más sus proyectos, no sufrimos tanto por los clásicos montajes epilépticos, por una fotografía trapera o las clásicas bandas sonoras repetitivas, inaguantable y omnipresentes. Claro que la atmósfera humorística es la que consigue hacer que la penosa planificación, los justitos FXs y los fallos lógicos tengan coherencia y consistencia. Es más, diría que a nivel musical ha estado por encima de muchas otras producciones independientes.

Así que dejo la pelota en vuestro tejado. Tomad mi valoración con la precaución necesaria, porque entiendo que es complicado darle una oportunidad a proyectos de este calado, proyectos imposibles de tomarse en serio y cuyas faltas molestan a mucha gente. Pero un día de estos, amaneceréis con el espíritu festivo y ganas de alimentar la parte reptilesca de vuestro cerebro (esa que queda fascinada por la mierda y el color blanco de las paredes). Ese día puede que caigáis en las garras del SyFy o de la Asylum, y descubriréis que sarna con gusto no pica y que el mayor pasatiempo, para el aburrimiento, es marchar de excursión a los Alpes candienses (¿existen realmente?) a bordo de una aventura que incluso con unos subtítulos de pena resultará muy, muy entretenida.

Lo mejor: La pareja protagonista, los hermanos Jonas y Jace, son unos cachondos.

Lo peor: Las criaturas que da un poco de pena con respecto a su diseño.


Vuestros comentarios

1. 08 ene 2012, 06:40 | 3vialmadness

Honestamente, igual odio las peliculas del Syfy, igual el tema de la pelicula (por Dios, una pelicula de “Yetis”), igual soy de esos que siempre lee sus comentarios y nunca opina. Sin embargo, me he divertido leyendo esta reseña, tanto que quizas la vea,tanto que quizas comience a opinar en este culto y bizarro blog
Como dirian de donde soy “Viejo te mandaste con esta divertida reseña”, gracias por tu tiempo

2. 08 ene 2012, 12:29 | Bob Rock

3vialmadness.- Bienvenido!!! Me alegra un montón que te hayas reído con esta escatológica reseña. Mira, el tema del SyFy y demás es algo que hay que tomarse como cuando ves un capitulo de una serie de televisión. Ya sabes lo que vas a ver, y sabes que va a ser intrascendente.

Esta Rage of the Yeti tiene el añadido de que se la han tomado a risa y con bastante acierto, así, se hace entrañable. Además, todo el mundo necesita algo “bizarro” o “estúpido” de vez en cuando. ¡Vaya! No es ningún pecado, de pequeño estaba enganchado a Falcon Crest igual que al Equipo A, V o El Coche Fantástico… y era todo bastante más insulso que esta película.

Pues lo dicho, no hay manera mejor de rellenar los ratos “tontos”

Un abrazo!

3. 08 ene 2012, 17:40 | Blanch

Tienes razón Bob, la caspa no es solo para Navidad, hay que disfrutarla durante todo el año. Veo que ahora has escogido el camino del Yeti…que Dios te ampare.

Esta cae segura, solo con ver el fotograma de tal bicho ya me entran cosquillitas. Nunca suelo leer la crítica antes de ver la peli, pero en estas caspas incluso esto me puede más. ¿Los mismos guionistas que Zombie Apocalypse? Joder Bob esto se avisa incluso antes de que salga.

Que ganas tengo de verla, gracias por la recomendación.

4. 16 ene 2012, 12:16 | Jordeee

Que trailer mas largo, dura 1h y 25 minutos….

5. 16 ene 2012, 12:59 | Bob Rock

Jordeee.- Sí, casi dua lo mismo que la película. ¿Por qué será?

Un saludo

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