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Cadáveres exquisitos

Una nueva crítica literario/cinéfila de MASP

THOMAS NOGUCHI: EL SAMURAI DEL BISTURÍ

Thomas Noguchi nació en el país del sol naciente, Japón, durante el período de entreguerras en 1927 pero pronto se trasladó a Estados Unidos para completar allí sus estudios de patología en el Hospital General del condado de Orange, en la soleada California. Y es que este inefable forense de mirada tranquila pese a que nunca quiso renunciar a sus orígenes nipones (por sus venas corre la sangre samurái de su abuelo) sabía por herencia paterna que las enseñanzas del Bushido no estaban reñidas con la apertura de miras. Por tanto, lejos de encontrarnos con el tópico de japonés hierático, el señor Noguchi es un médico afable al que le gusta hablar de su profesión sin complejos hermetismos ni ademanes elitistas, siendo este carácter extrovertido el que le permitió obtener en 1960 el puesto de ayudante en la Oficina Forense de Los Ángeles para ser posteriormente nombrado forense jefe de la citada institución.

Pero al contrario de lo que ocurre con las míticas espadas de sus antepasados, el carácter cordial de Noguchi se convirtió en un arma de doble filo ante la hipócrita doble moral americana que veía en ese “forense de las estrellas” a un parlanchín “extranjero” (las secuelas de la segunda Guerra Mundial y la desconfianza racial hacia los japoneses era aún latente), confundiendo una vez más, amabilidad con falta de diligencia por lo que en 1983 se vio obligado a abandonar el cargo en medio de una gran polémica surgida por sus explosivas conclusiones acerca de las autopsias de sus “pacientes”, de los que nunca ha tenido queja si consideramos que ya le llegaban muertos a su consulta.

Pese a todo, y a modo de respaldo moral a su impecable labor profesional, sus colegas lo eligieron más tarde Presidente de la Asociación Nacional de Médicos Forenses. Y aunque Noguchi nunca recuperó su puesto original (ni maldita falta que le hacía a esas alturas de fama y reconocimiento mundiales), sí aceptó como amante de su profesión seguir trabajando para el condado divulgando sus excelsos conocimientos sobre la materia como docente universitario, jubilándose en 1999, precisamente el año en el que recibió la Orden del Tesoro Sagrado, una de las máximas condecoraciones de su país natal, a manos del mismísimo emperador japonés Akihito.

CAPÍTULO 1: NATALIE WOOD

La apacible noche del 28 de Noviembre de 1981, el cadáver de la por aquél entonces llamada “niña eterna de Hollywood” aparecía flotando a más de un kilómetro del yate de su marido, junto a un bote hallado más al sur con la llave de arranque en posición de apagado, el motor en punto muerto y los remos aún atados. Pero más extraña era aún la indumentaria de la fallecida, portando tan sólo un ligero camisón y una chaqueta. ¿Qué ocurrió realmente esa noche? ¿Pudo ser Natalie Wood arrojada por la borda por algún desaprensivo? ¿O quizá por su propio marido?Thomas Noguchi nos expone sus categóricas conclusiones sobre este enigmático caso.

CAPÍTULO 2: LOS COMIENZOS

En esta parte Noguchi cambia de tercio y nos relata sus orígenes, desde sus primeros años en el entorno opresivo de una familia japonesa campesina de corte tradicional, hasta el momento en que siguiendo el impulsivo espíritu paterno de aventura, decide estudiar medicina y labrarse un porvenir muy distinto del que la tradición familiar le tenía en un principio reservado.

CAPÍTULO 3: MARILYN MONROE

La insultantemente hermosa Norma Jean Baker, la “ambición rubia” por excelencia más conocida por su nombre artístico de Marilyn Monroe, se había convertido no sólo en una estrella del séptimo arte sino en todo un mito viviente de voluptuosa sensualidad, tras una infancia terrible consumida en distintas casas de acogida y orfanatos. Pero su merecido éxito se truncó repentinamente cuando su corazón dejo de latir en 1962 debido a un aparente suicidio. ¿Realmente se quitó la vida la rutilante estrella cuando lo tenía todo para disfrutar de una vida plena? ¿Por qué entonces su cuerpo fue hallado exánime sobre su cama con una de sus manos sobre el teléfono como último gesto de súplica? ¿Se trató todo de un intrincado complot orquestado por las más altas esferas para terminar las relaciones de la estrella con los miembros de la familia Kennedy? Noguchi nos da su particular versión.

CAPÍTULO 4: ROBERT F. KENNEDY

El 4 de Junio de 1968, “Bobby”, como era conocido en su entorno más íntimo, estaba de enhorabuena. Todos los sondeos apuntaban a su victoria en las elecciones primarias de California. Pero no pudo celebrar su éxito político pues el fanático Sirhan Sirhan le disparó a bocajarro terminando con su vida del mismo modo trágico que años antes le había sucedido a su hermano mayor, el celebérrimo JFK. ¿Realmente actuó solo el asesino o recibió ayuda de terceros? ¿Fue una simple casualidad que se repitiera la historia de Dallas o todo estaba ya premeditado? El forense de las estrellas analiza con precisión el caso y extrae sus polémicas y reveladoras conclusiones.

CAPÍTULO 5: EN LA PICOTA

No podían tardar mucho en surgir las voces críticas contra Thomas Noguchi, que lejos de amedrentarse ante la envergadura de los casos a investigar, otorgó sus propias y explosivas conclusiones forenses, bajo un estricto método científico que no fue muy bien visto por ciertos prohombres del mal llamado “sueño americano”, que para nuestro protagonista acabó truncado en pesadilla. En este Capítulo, se destilan los pormenores de toda una caza y captura política de la que Noguchi fue objeto y consiguió salir victorioso.

CAPÍTULO 6: SHARON TATE

Pasaban tan sólo unos minutos de la medianoche del 9 de Agosto de 1969. La bella esposa del afamado director europeo Roman Polanski descansaba en compañía de unos amigos en la lujosa mansión que el matrimonio poseía en Beverly Hills. Había motivos para la celebración pues la denominada “estrella del mañana” por numerosas publicaciones, estaba embarazada de ocho meses. Pero nadie podía prever que el horror se iba a presentar en forma de psicópatas comandados por un joven perturbado llamado Charles Manson. Aunque Noguchi no cede a la tentación de caer en morbosidades gratuitas ni truculencias innecesarias, nos describe desde el punto de vista estrictamente forense las sobrecogedoras heridas infligidas por los asesinos a sus víctimas, alguna de las cuales presentaba hasta 51 puñaladas. ¿Podría un análisis científico desenmascarar a los asesinos? ¿Es la ciencia forense capaz de responder a las motivaciones de un psicópata? Noguchi nos demuestra una vez más que la profesionalidad no está reñida con la sensibilidad hacia las víctimas y que no existe el crimen perfecto sino investigaciones defectuosas.

CAPÍTULO 7: JANIS JOPLIN

En Octubre de 1970 el espíritu hippie campaba a sus anchas gracias a iconos como la “diva del rock”. Su vitalidad animal y su despliegue de energía en el escenario cautivaban a un público joven y enfervorecido. Pero en algún oscuro punto de su carrera, Janis Joplin se introdujo en el laberíntico y descendente mundo de la drogadicción. Un último “chute” terminaría de forma trágica con su vida. Pero si la Joplin estaba más que acostumbrada a inyectarse heroína ¿cómo es que la ínfima cantidad de droga encontrada en su organismo bastó en esta ocasión para ocasionarle la muerte? ¿Fue todo fruto de una sobredosis accidental o acaso de trató de un asesinato para evitar que con su música “corrompiera” a la juventud? La ciencia forense nos da la respuesta a éstas y otras preguntas.

CAPÍTULO 8: CATÁSTROFES

En este magnífico Capítulo se nos narra de forma amena y cercana, totalmente ajena a farragosos tecnicismos, los protocolos de actuación de las autoridades policiales y forenses ante catástrofes y accidentes masivos que dejan multitud de víctimas, de cuya identificación resulta una cuidadosa y disciplinada labor.

CAPÍTULO 9: ¿ESTÁ AHÍ PATTY HEARTS?

Todo un completo escuadrón de SWAT perfectamente equipado se prepara la tarde del 17 de Mayo de 1974 para asaltar una casa situada al sur de Los Ángeles en cuyo interior se atrincheraban terroristas pertenecientes al Ejército Simbiótico de Liberación que había secuestrado a Patty Hearts, la hija del magnate local. Lo que en un principio se presentaba como una rutinaria operación policial se convirtió en una pesadillesca lluvia de balas y fuego que redujo la vivienda a cenizas. A la ciencia forense le resta pues la labor de identificar cadáveres y determinar la causa de su muerte.

CAPÍTULO 10: LA CIENCIA FORENSE EN ACCIÓN

Por si aún no tenemos claro tras la lectura de los anteriores Capítulos la utilidad de la medicina forense, en este apartado se presentan casos aparentemente irresolubles, en los que Noguchi destilando conocimiento y un refinadísimo humor negro, aplica el método deductivo cual un moderno Sherlock Holmes para dar solución a lo que en principio parecía carecer de la misma. Y es que una vez descartado lo imposible, lo restante por improbable que parezca, será la verdad.

CAPÍTULO 11: WILLIAM HOLDEN

Corría el mes de Noviembre de 1981 cuando William Holden yacía en el suelo junto a la cama de su idílico apartamento de Santa Mónica con vistas al Océano Pacífico. Presentaba un corte tan profundo en la frente que la sangre que había manado del mismo había empapado sábanas y alfombra. Sin embargo la puerta de la habitación permanecía cerrada con llave y no faltaba ningún objeto de valor. ¿Cómo podía haber fallecido el actor? ¿Había sido víctima quizá de un asesino “invisible”? La desconcertada policía solicita una vez más los servicios de nuestro genio forense para buscar respuesta a preguntas que no parecen tener solución.

CAPÍTULO 12: JOHN BELUSHI

La juventud se agolpaba una fría noche de 1982 a las puertas del Bar Roxy de Sunset Boulevard donde un joven Rober De Niro acudía al espectáculo humorístico de sus compañeros de “fechorías”, Robin Williams y John Belushi. Pero el protagonista de “Desmadre A La Americana” parecía haber llevado su credo particular demasiado lejos aquella ocasión. Fue hallado sin vida a la mañana siguiente en su modesto apartamento desnudo y encogido sobre su costado derecho. Tan sólo contaba 33 años. ¿Era realmente el caso de Belushi uno más de joven promesa del espectáculo truncada por una fama prematura vinculada a las drogas? ¿Cómo podía John haber muerto de sobredosis si su mejor amigo y compañero Dan Aykroyd afirmaba que Belushi padecía “belenofobia”, un miedo mortal a las agujas? Una vez más, Noguchi nos revelará la triste y prosaica verdad.

CAPÍTULO 13: EL FORENSE A JUICIO

Este apartado final le sirve de colofón a Thomas Noguchi para relatarnos los últimos avatares de su vida personal y profesional y demostrarnos como el hecho de no seguir el credo establecido por la mayoría puede terminar pasando factura a quienes osan desafiar el statu quo ideológico preestablecido.

LO MEJOR: Si eres un adicto a series como “C.S.I”, “Bones” o “Crímenes Imperfectos”, este libro te encantará y si no, disfrutarás en todo caso de una estupenda simbiosis de ciencia y cinefilia.

LO PEOR: Que por no indagar en exceso en ninguno de ambos aspectos, no es ni un libro de cine ni de ciencia en sentido estricto, pero es que su cometido era precisamente lograr ese equilibrio.

Ficha Técnica

Autor: Thomas Noguchi

Editorial: PENINSULA

Año De Edición: 2011

Encuadernación: Rústica Con Solapas.

Nº de Páginas: 300 págs.

Precio: 20 Euros

VALORACIÓN GLOBAL: 80 / 100


Vuestros comentarios

1. 28 ene 2012, 11:56 | Bob Rock

Hola Almas Oscuras!

Genial analisis que hay que leer al ritmo de Who Killed Marilyn de los Misfits… pedazo de tema y pedazo de rubia que siempre tendrá mi amor!!

Y volviendo al libro: es de facil adquisición así que igual me pillo uno antes de que se convierta en un incunable. La verdad que el tema interesa, no por el morbo, si no porque los actores y actrices que pululan por este libro con el torax aboerto en flor, son iconos populares de la era moderna. Y la disección de sus muertes bien lo es de la cultura popular del siglo XX. Así que tiene de todo: cinefilia, investigación criminal, historia y morbo!!

Olé, olé y olé!

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