When The Lights Went Out

Años 70. Un poltergeist se empeñará en hacerle la vida imposible a una pequeña familia trabajadora.

¡Ay ay ay! ¡Que vuelven los poltergeist señoras y señores! Y con esto espero referirme a poltergeist de los de verdad, no a esos que abren y cierran las puertas de nuestras habitaciones por las noches sin apenas despertarnos. No sé a vosotros, pero el a mí el título de la película ya me inspira bastante confianza, suena a película que puede cuajar o que por lo menos puede añadirse a nuestra colección particular de imprescindibles. La historia se centra en los años 70 por lo que la atmósfera se verá afectada por ese ligero toque retro que caracteriza estos años. Pat Holden se encargará de la dirección. Dicho sujeto cuenta en su carrera con un par de películas, básicamente centradas en el drama y la comida, así que veremos como se desenvuelve con el terror (ya que en las anteriores no le ha ido del todo bien…). La gran sorpresa sin duda es Kate Ashfield en las labores interpretativas que muchos de vosotros la recordaréis por su papel como Liz en Shaun Of The Dead. En mi opinión es una muy buena actriz y, desde luego, que experiencia no le falta. Dicho todo esto se nos presenta un cóctel bastante apetitoso.

Entrados en materia podemos ver que no nos llega una película convencional. Es cierto que en algunas películas recientes se aparece el fenómeno poltergeist pero no desde un punto de vista centrado. Me explico: en Paranormal Activity es cierto que se ven claros indicios de estos sucesos, pero están enfocados desde un punto de vista más fantasmal, más físico, como si hubiese un fantasma con brazos y piernas que coge las cosas y las personas y las mueve. Luego está el otro punto de vista en el que el poltergeist no es más que un concepto abstracto, habitualmente relacionado con la energía. Energía la cual puede medirse y por ello hemos tenido que dudar más de una vez de la existencia real de estos fenómenos paranormales. No voy a entrar en “¿crees en fantasmas?” o “los extraterrestres no existen” porque no haré más que caer en los tópicos. Ahora no hablo de creer o no creer, hablo de que dentro de ese contexto (la película) creamos o no en lo que está sucediendo. Para que una película, da igual de qué género, esté bien hecha el requisito fundamental es que el espectador crea lo que está viendo. Sinceramente la visión fantasmal-física que creo que tenemos hoy en día del poltergeist no me parece nada creíble y muchas veces se me antoja ridícula cuando imagino (y a veces incluso “veo”) a fantasmas con sus brazos y sus piernas tirando jarrones al suelo. Parece como si nosotros mismos hubiésemos creado este nuevo concepto de poltergeist y lo fuésemos instalando poco a poco gracias a las películas de terror modernas. Yo soy partidario de acabar con esto y volver a esa energía maligna que nos hacía temblar en películas tan míticas como la propia Poltergeist. Habrá todo tipo de opiniones, por supuesto, pero decidme: dentro de ese contexto del filme del que hablamos, pensando que nosotros formásemos parte de la película ¿cual de estos dos puntos de vista os parece más factible? Está claro que no siempre el más factible va a tener que ser el “real”, pero creo que a la hora de hacer una película es algo a tener muy en cuenta.

No es un tema que me cabree, ni mucho menos, pero espero que When The Lights Went Out nos devuelva aunque solo sea una nueva prueba de esos antiguos campos de energía maligna. Como podéis observar en las imágenes y el trailer tiene toda la pinta de que estaré en lo cierto. Si así es también espero que me haga pasar esas “malas noches” que pasamos a veces… me se de más de uno que hoy no va a dormir para no quitarle ojo a la puerta de su habitación.