Festival de Cine de Terror de Sabadell

Tras un ligero desconcierto con la entrega de entradas y un discurso de presentación tan escueto como simpático - ambos términos se agradecen – , daba inicio a la hora prevista (18h) el I Festival de Cine de Terror de Sabadell.

Al principio el ambiente en la sala resultó algo frío (supongo que arrastrábamos el ambiente gélido del exterior), lo cual pronto nos llevó a confirmar el gran acierto por parte de la organización al programar la divertida The Loved Ones en primer lugar. Las andanzas de nuestra ya queridísima Lola Stone levantaron los vítores y aplausos del respetable, rompiendo el hielo inicial y calentando los motores para lo que nos esperaba a continuación.

Todos aquellos que todavía conservaban la sonrisa dibujada en su cara tras disfrutar de The Loved Ones, vieron como esta quedaba súbitamente truncada con la contundencia y la intensidad de Martyrs. Personalmente confirmo la sensación de que la genial obra de Pascal Laugier crece en cada nuevo visionado. Llamadme morboso - o directamente cabronazo – , pero esperaba impaciente la reacción del público (por lo que pude observar muchos de los asistentes no habían visto nunca la película) ante la famosa secuencia de torturas sistemáticas infligidas a una de las protagonistas.

Tras el preceptivo descanso de 45 minutos en los que aprovechamos para llenar nuestros estómagos, le tocó el turno a la única película que un servidor no había tenido la oportunidad de disfrutar hasta el momento: The House of the Devil. El realizador Ti West se toma su tiempo para construir una atmósfera inquietante que logra penetrar en el ánimo del espectador. Lástima que la conclusión, en mi modesta opinión, no esté a la altura del trabajo previo llevado a cabo por West. A pesar de todo me pareció una obra estimable. Sin embargo escuché por los pasillos muchas quejas acerca de la exasperante lentitud con la que transcurre la acción de The House of the Devil, de manera que celebro que la película no se exhibiera a horas más intempestivas, corriendo el riesgo de que los ronquidos se adueñaran de la sala.

Y para reactivar al público nada mejor que las salvajadas de Frontier(s), dirigida por el francés Xavier Gens, un survival con ecos a La Matanza de Texas, tan poco original como tremendamente efectivo y disfrutable. Un festín de violencia y gore que, como no podía ser de otra manera, hizo las delicias del público asistente.

El plato final lo decidía el público por votación, y el ganador fue The Orphan Killer. Nada mejor, como colofón de fiesta, que alentar con nuestros gritos y aplausos todas las burradas perpretadas por Marcus Miller, excitarnos ante la hermosa anatomía de su hermana Audrey, y reirnos maliciosamente con cada uno de los ataques frontales y pasados de rosca hacia el catolicismo. Una gozada.

Cerca de las 3.30h de la mañana abandonamos la sala de Ca l’Estruch, superados por un frío que castigaba nuestros huesos, pero con la convicción de haber asistido a un estupenda velada con el mejor cine de terror actual y con la esperanza de que este haya sido un punto de partida para un festival que deberá ir creciendo año a año con el objetivo de convertirse en una cita ineludible para todo buen aficionado al género. Desde luego el arranque ha sido inmejorable. Felicidades a todos los implicados en la organización del Festival.