House of Ghosts

Isaac and Leigh son dos ricos filántropos que disfrutan invitando a miembros de la alta alcurnia a sus cenas. Fiesta que siempre incluyen algún tipo de caro y excéntrico entretenimiento. Esta vez. La diversión la pondrá un médium que promete “abrir un portal al infinito más allá”, pudiendo comunicare los convidados con el otro mundo. Aunque antes de comenzar la sesión, el espiritista lanza una advertencia: “una vez abierto el portal ningún humano puede prever cuales serán las consecuencias”. Así, atrapados en la enorme mansión debido a una fuerte tormenta, los invitados acceden a participar comenzando a experimentar inexplicables y aterradores sucesos. Al tiempo que las cosas raras se intensifican, se hace obvio que algo malvado está dominando la lóbrega casona. ¿Podrán sobrevivir una noche o ignorar la advertencia del médium será lo último que hagan en vida?

¡Pasen y chillen! ¡Escalofriantes apariciones! ¡Ataques al corazón garantizados! ¡Sienta miedo hasta envidiar el plácido sueño de los muertos! ¡Sobresalimpactante! ¡Sacudirá su columna vertebral! ¡No podrá cerrar los ojos!

El bueno de William Castle (Trece Fantasmas, House on Haunted Hill) debe estar en algún limbo blanquecino descansando satisfecho y observando con orgullo como sus “efectismos” (“gimmicks” en versión original) no son olvidados por los aficionados. Pues efectivamente Mr. Castle, no se trata de revisión alguna sobre sus clásicas sesiones matutinas, en esta ocasión se trata de una nueva obra del fanático de la ciencia ficción y el terror de los años cincuenta: Christopher R. Mihm. En su página web podréis adquirir todos sus productos, a excepción de esta House of Ghosts que no saldrá hasta el día 23 de Marzo, y observad como su filia por los inocentes tiempos post-atómicos y pre-Vietnam (versión estadounidense, por supuesto) no tiene parangón: Cave Women on Mars, Terror from Beneath the Earth, Attack of the Moon Zombies o The Monster of Phantom Lake. ¡Vaya títulos! Pura serie “b” retro con la que deleitar a las chicas con faldita plisada y calcetines blancos o a los muchachos de tupé enfundados en una chaqueta de cuero.

No queremos engañar a nadie, somos consciente del bajísimo presupuesto con el que ha contado Mihm, que sus actores no son nadie hoy en día, que el argumento solo basa su atractivo en la nostalgia del aficionado para con otra época, para con el cine de otro director, pero… ¿qué buscaba Castle con sus obras? Obras que, por otro lado, hoy son consideradas clásicos “camp” imprescindibles dentro del cine de género. Pues Castle buscaba, ni más ni menos, que sacar unos cuartos a jóvenes espectadores a consta de darles lo que ellos querían, atrayéndoles con obras directas, sobresaltos fáciles y sin tratarlos como idiotas. Puede que los muchachos apedreasen los famosos esqueletos voladores que decoraban las proyecciones de “House on Hauted Hill”, pero se lo pasaban en grande. No veo mucha diferencia con respecto a lo que House of Ghosts pretende: entretenernos a bajo coste, ahí es poco.