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Psicosis

Una reseña cinéfilo/literaria de MASP

EN BUSCA DEL CHOLLO PERDIDO

¡Me encanta el olor a napalm de los sábados por la mañana! Es mi día favorito de la semana, pues lo dedico a lo que he dado en llamar “arqueología literaria”. Sí, Almas Oscuras, en esos momentos me pertrecho de mi bandolera y cual Indiana Jones de pacotilla me dedico a bucear en los más oscuros recovecos de las librerías más inhóspitas y los centros comerciales más clandestinos a la busca y captura de una rara avis, como esos viejos mineros que pasaban sus días cribando grava hasta encontrar la ansiada pepita de oro. Y si bien en muchas ocasiones la aventura suele ser infructuosa, os aseguro que al final, el que busca, encuentra.

Porque en toda librería que se precie hay una estantería o cajonera destinada a ser la “fosa común” de los libros en stock que bajo el eufemismo de “OFERTA” escrito con letras mayúsculas sobre un horrible fondo fosforito, guarda en su interior junto con las consabidas novelas románticas y los libros de cocina, tesoros insospechados.

En esta ocasión mis pesquisas dieron sus frutos nada menos que en uno de los mayores centros comerciales del país de Corte Británico (nótese la ironía) donde apenas podía sospechar hallar la obra que nos ocupa rebajada a 5,95 de sus iniciales casi 15 euros. Así que, si bien las editoriales se pasan un par de pueblos con los precios de lanzamiento, en tiempos de crisis, nada mejor que agudizar el ingenio y buscarse la vida para nutrir de historias truculentas nuestras depravadas neuronas.

ROBERT BLOCH: ESE “PERTURBADO” ENCANTADOR

Este hombre con pinta de afable abuelete, fue nada menos que uno de los mejores novelistas, cuentistas, y guionista estadounidenses. Escribió, ahí es nada, cientos de cuentos y alrededor de veinte novelas. Y la calidad de su obra no pasó ni mucho inadvertida, siendo galardonado con los premios Hugo, Bram Stoker y el Mundial de Fantasía.

Fue discípulo de un tal H. P. Lovecraft, con el que colaboró escribiendo gran número de relatos pertenecientes a los insondables Mitos de Cthulhu. Pero su obra más universalmente conocida es la que nos ocupa, “Psicosis” adaptada al cine en la obra homónima del inconmensurable Alfred Hitchcock en 1960 para convertirse, como todos sabemos, en un clásico del séptimo arte, como la novela lo es a la literatura de género.

Pero la polivalencia pluralista de este genio apasionado por el fandom más irredento no quedó ahí, sino que además se diversificó escribiendo guiones para Star Trek, entre muchas otras series televisivas, hasta que finalmente falleció en Los Ángeles en 1994.

LIBRO O PELÍCULA: ÉSA ES LA CUESTIÓN

Seguro que más de uno se ha dejado llevar por su apasionamiento de lector constante y ha respondido inmediatamente que siempre es mejor el libro que la película. Pues craso error, queridas criaturas de la noche. Es cierto que constituye la norma general, pero como tal, también posee numerosas excepciones y sólo para demostrarlo, voy a mencionar unas cuantas. La más acuciante es la sublime adaptación que el Ridley Scott de los buenos tiempos hizo con “Blade Runner”, basada en la sobrevalorada novela “¿Sueñan Los Androides Con Ovejas Eléctricas?” de Philip K. Dick, que si bien es un ejercicio magistral de cyberpunk, no goza ni de lejos de la epicidad del fim de Scott con uno de los mejores diálogos finales del séptimo arte pronunciado por un decadente replicante Nexus-6 en la piel de un magnífico Rutger Hauer.

O por no extendernos en exceso y más dentro de nuestro de nuestro género favorito, encontramos esa correcta novela vampírica, “El Misterio De Salem’s Lot” de un aún incipiente Stephen King que fue escalofriantemente adaptada a la pequeña pantalla en 1979 por Tobe Hooper, director culpable de que aún tema dejar abierta la ventana en las calurosas noches de verano debido a esa terrorífica secuencia en la que uno de sus protagonistas recibe una inesperada visita de madrugada.

Por eso, un servidor, haciendo gala una vez más de su ecléctica irreverencia siempre opta por ambos palos. Primero veo la película, que si está bien adaptada me ayuda a crearme una imagen de los protagonistas, decorados y situaciones y luego me leo el libro con mayor “comodidad” al tener que hacer un esfuerzo imaginativo menor pues ya tengo toda una iconografía visual de referencia (leer la novela “El Exorcista” de William Peter Blatty teniendo en mente el maquillaje ideado por William Friedkin, puede ser traumático). Y si resulta que al leer la novela compruebo que la adaptación cinematográfica era un churro, mi retorcida sinapsis no tiene ningún problema en crear toda una pesadillesca galería que sustituya a la mediocridad filmada.

BIENVENIDOS AL MOTEL BATES

Algo parecido nos ocurre con la adaptación de Psicosis. En la novela nos encontramos a un Norman Bates muy distinto del elegido por Hitchcock para protagonizar su magna obra. Bloch lo describe como un tipo feo, rechoncho, con calvicie incipiente y gafas sin montura, sumamente tímido y retraído. En definitiva un personaje que a las primeras de cambio nos genera la impresión de ser un “freak” que trata de disimular su condición, y que por así decirlo, desde su primera aparición ya nos genera un increíble “mal rollo”, de modo que difícilmente vamos a sentirnos identificados con él.

Sin embargo Hitchcock, en una de sus geniales elecciones de casting, escogió como papel protagonista a hombre joven, alto, esbelto y atractivo con el que público conectaba desde la primera escena. En una muestra de maestría más, Hitchcock, logra que este sujeto nos caiga “simpático”, sumiendo al espectador en un terrible dilema personal una vez que se desencadena la tragedia por haber sentido afinidad con semejante sujeto.

Es muy difícil hacer una crítica completa sin destripar nada de la novela ni spoilear ningún momento de una película que todo el mundo debería haber visto, pero como siempre hay algún despistado o recién llegado que ignora que al final de “Titanic” el barco se hunde (upppps! mea culpa), no queda más remedio que mencionar la escena cumbre tanto de la novela como del séptimo arte.

Efectivamente, me refiero a la famosa secuencia de la ducha, que mientras en la novela se despacha en un par de líneas y de un modo realmente brutal y expeditivo, en la película se nos muestra de manera interminable en una sucesión de planos que son una obra maestra del montaje y que le dota de un ensañamiento y crueldad sin parangón que aún hoy sigue escalofriando con esa banda sonora inimitable obra del mítico Bernard Herrmann, casi equiparable a la perturbadora partitura ideada por John Williams para la icónica “Tiburón” de Spielberg.

Pero si bien el libro no puede superar al film en cuanto a decorados, ambientación, fotografía y muchos otros detalles de una película de la que se han escrito monografías completas y detalladísimas, y cuyo análisis no es nuestro objeto, sí que es capaz de mostrar de un modo extremadamente racional el desequilibrio mental del protagonista. Con una profundidad psicológica inusitada y un detalle por justificar la situación a través de monólogos que al film se le escapa, porque de haberlo reflejado, Hitchcock habría roto el ritmo narrativo de la película.

Y Bloch lo hace de un modo tan sublime, tan paulatino, tan refinado, que el lector no puede evitar “comprender” al protagonista y verse envuelto en ese doble juego de gato y ratón, de realidad y ficción, de cordura y sinrazón hasta que se le revela la verdad, para impactarle de un modo tan inesperado, que termina por aterrarnos al demostrar que los verdaderos monstruos no surgen de dentro del armario, ni provienen del infierno, sino de nuestro propio interior.

Que ese tipo “normal y corriente” con el que nos cruzamos cada día, ese simpático compañero de trabajo, ese amigo con el que tomamos café, puede ocultar una cara oculta tan demencial como inesperada. Y que quizá nosotros mismos, ante un trauma o circunstancia inesperada, podemos llegar a cometer los actos más aberrantes con una naturalidad espantosa.

VALORACIÓN GLOBAL: 85/100

LO MEJOR: La “humanización” del monstruo y la racionalización de su delirio.

LO PEOR: Se hace tan corta que se echa de menos una mayor truculencia, sobre la que el propio autor realiza una genial reflexión final.

FICHA TÉCNICA

Título Original: Psycho (1959)
Autor: Robert Bloch
Editorial: La Factoría De Ideas (2010)
Páginas: 183
Encuadernación: Tapa Blanda Rústica Con Solapas
Precio: 14,95 Euros (pero seguro podéis encontrar una oferta)

Una reseña de MASP


Vuestros comentarios

1. 19 mar 2012, 09:34 | Bob Rock

Genial reseña!! Espero que me perdones por considerar la parte más interesante la primera. ¡Je, je, je! Precisamente hoy he soñado que rebuscaba en polvorientas librerias imaginarías para encontrar obras “chulhuideas” de Henry Kuttner. ¡Qué graciosos los sueños! Hace ya tiempo que no salgo por la realidad a buscar saldos. MASP, ¡no tengo sitio! Estoy apurado con toda la música, películas, libros que tengo en casa. Casi parece herejía pero… ¡al final la solución pasará por comprarme un lector de e-books! ¡Dios! No he podido ser yo quien diga esto.

Digo que la primea parte de la reseña es la que más interesante se me ha hecho además de por filia personal, porque Psycho no se cuenta entre mis libros favoritos ni mucho menos. Prefiero la obra corta de Bloch. Con todo hay que decir que Bloch se clavó un libro que en 1959 fue preludio del fin del sueño americano. Vamos, una de esas obras que se adelanta a su tiempo descaradamente. Y eso no es moco de pavo.

Un saludo

2. 19 mar 2012, 11:27 | Missterror

MASP-cuanta verdad en tus palabras!!!!Lo primero es felicitarte y envidiarte por encontrar algo decente en esos cajones de Ofertas en lo que yo siempre busco y nunca encuntro (al menos ultimamente, que antes sí que caía alguna cosilla…a lo mejor es que yo me estoy volviendo extremadamente selectiva con la literatura o que voy a cosas muy muy concretas que solo encuentro en mis sueños…)
Despues de esto, pues comentarte que estoy totalmente en consonancia contigo cuando dices que primero ves las películas y luego lees los libros, creo que es el mejor ejercicio que podemos hacer, porque cuando lees que ha sido llevado a la gran pantalla es porque es a peli te ha gustado, con lo cual las imágenes mentales que te harás te van a gustar y te ayudarán a meterte mas en la lectura (como bien has apuntado).A mí también me pasó con El Exorcista o con Carrie o con Hellraiser, que tener ciertas imágenes taaaan definidas en la mente, hicieron que las novelas fueran aun mas brillantes, si cabe.
Por el contrario…la cosas se pone fea cuando lees un libro que te ha fascinado por completo y emocionado/a ves la película y ohhhhhhhhhhhhhhhhhh, FRACASO, pero quizá no por la película en sí, sino por todo lo que tú esperas de ella (y somos taaaaan ambiciosos respecto a eso…) Un claro ejemplo para mi fue “Tarántula” (la novela) y “La piel que habito” , estoy segura de que si no hubiera líedo nada antes, la película me hubiera gustado muuuucho mas de lo que lo hizo, despues de analizar en profundidad como hice la genialidad que escribió Thierry Jonquet, la “adaptación libre” de Almodovar se me quedó muy floja…

Respecto a Psicosis, pues poco te puedo decir…no he leído la novela, solo he visto la película, pero las ganas ya están ahí con tu disección…

Nota- en serio se puede disfrutar leyendo en un e-book lo mismo que cuando tocas el papel, lo arrugas y pintas en él???? YO tengo un e-book y solo lo utilizo para ver pelis en el tren, el día que lea alguna novela en él, ese día si sabré que habrá acabado mi juventud… ;)

3. 19 mar 2012, 22:16 | MASP

Bueno! Muchas gracias a todos por vuestros mensajes!

Bob Rock-Sabias palabras, hermano. Lo cierto es que a Robert Bloch le sucede como a Clive Barker, es mejor cuentista que novelista. Lo “bueno” que tiene Psicosis es que una novela muy corta, casi como un cuento largo y por eso mismo deja apreciar la capacidad de Bloch en crear ambientes claustrofóbicos con apenas unos capítulos.

Y hablando de capacidad, tengo toda la ropa metida en un par de cajones, en el resto comienzan a pulular maletines de DVD (cuando empecé con el síndrome de Diógenes digital los discos duros externos costaban un pastón y siguen sin convencerme), libros y cómics y veo que al final claudico y termino comprando un eBook. ¡Horror! ¡Horror! ¡Un Abrazo!

Missterror-Pues muchas gracias por tus palabras. No sabes lo que anima leer estas cosas. La verdad es que es difícil encontrar chollos. Muchas veces pierdo la paciencia, pero cuando encuentras algo a buen precio… empiezas a mirar a tu alrededor como pensando ¿se habrán equivocado al marcarlo? Así que lo pillo y voy a pagarlo a la caja como un cazador furtivo. Jajaja! No creas, la situación tiene su encanto.

Sobre lo del eBook. Pues mira, personalmente creo que es IMPOSIBLE que un libro electrónico transmita la mismas sensaciones que el impreso, con sus pastas, su tacto, y hasta su olor. Yo sobre todo lo noto en los libros de cine, que traen fotos y vienen en papel satinado. No los cambio por nada! Los eBooks los veo más para leer bestsellers pero para obras que te gusten de verdad, a mí me encanta tener una buena edición en la estantería. Lo que pasa es que ya las tengo crujiendo y abombadas del peso! Me pasa lo mismo con los cómics, algunos los leo en el ordenata (¡sacrilegio!) porque no tengo sitio donde ponerlos si los compro. En fin, una tragedia. Jajaja! Besos!

4. 20 mar 2012, 13:13 | Beatriz

Yo a mi guarida también pronto tendré que entrar de canto pero el e-book me da sudores fríos, no quiero uno cerca ni cuando yo viva en el trastero y la acumulación de libros , dvds y revistas en el resto de la casa, je, je , je. ¿Qué decir de Psicosis, si venero a Hichtcock ? Como bien dice Bob, creo que fue el fin de la moralidad sana en pantalla comercial, es brutísima para 1960. Empieza con una señora en paños menores, la prota es una ladrona y el prota un travestido con doble personalidad, la escena de la ducha muestra un desnudo( nadie se ducha vestido, obviamente) y toda, toda la escabechina, nada de a las dos primeras puñaladas se pasa a otro plano o la cámara se retira a una esquina y a insinuar en off, no, no… me parece estar viendo los ojos como platos, los saltos de medio metro en las butacas, las uñas clavándose en los apoyabrazos, normal que fuese un exitón de taquilla.Y todo con el perfeccionismo hitchkokiano habitual. La estupenda reseña no ha hecho más que aumentar mis ganas de leer el libro,es de esos imprescindibles que hay que hojear al menos, a ver si lo encuentro de una vez. Gracias por la información.

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