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Blood Car

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Blood Car

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  • 0/5

Archie es un profesor de primaria vegano, algo pelele, muy preocupado por el medioambiente. Tanto que investiga un motor que funcione solo con vegetales. Así va de la escuela al puesto de bebidas vegetales de Lorraine y luego a casa, todos los días, todas las semanas. Hasta que conoce a la dependienta del puesto rival al de Lorraine: Denise, la caliente vendedora de carne. Hundido por sus continuos fracasos con el motor, una noche se emborracha causando un pequeño estropicio. Sin querer, un poco de sangre cae en el motor experimental y ¡voilà! El motor funciona a la perfección añadiendo una perversa dimensión a la búsqueda de Archie. Mientras unos misteriosos hombres de negro siguen cada paso de nuestro protagonista, él se debate entre una horrible disyuntiva: matar para hacer que el coche arranque y llevar a Denise al orgasmo o mantenerse fiel a sus principios y nunca dejar de ser un pringado. Como era de suponer pronto el maletero del coche de Archie se ve convertido en una picadora gigante de carne.

Hace poco caía en mis manos la noticia de que Blood Car, una comedia negra con algo de gore y horror rodada en 2007, iba a tener por fin su inminente estreno en DVD por Europa a través de la edición británica. Algo me sonaba de dicha película, y es que pude verla hace bastante tiempo y lo que mi mala memoria albergaba era un buen sabor de boca.

Ni corto ni perezoso me animé a revisitarla para ver si eran acertadas aquellas sensaciones largo tiempo olvidadas. La verdad es que, viéndola con aún más perspectiva temporal, Blood Car resulta una película muy recomendable a todos los niveles, sobre todo para lo que podemos entender por cine independiente auténtico.

Financiada por su propio director, guionista, editor – bueno ya sabéis como funciona esto del cine “underground” –, con solo 25.000$ muy aprovechados obtiene un producto final bastante satisfactorio. Sobre todo por su lectura como sátira salvaje de la sociedad de consumo, así como la crítica que contiene sobre el banal progresismo que infecta a los países del “primer mundo”. Dicha crítica no es para nada velada, orientada hacía la hipocresía inherente al ser humano, lanza sus dardos contra el ecologismo presentando la contradicción del deseo humano primordial enfrentado a las buenas encarnadas en la defensa del medioambiente. Aunque sea una opinión personal algo polémica, comparto la visión del ser humano que presenta Blood Car: dale a un defensor a ultranza de la Madre Tierra un sin fin de riquezas por quemar varios bosques y veremos que pasa. Entendedme, no creo en el manido “todo el mundo es bueno”, pero veo mi lectura del mundo como algo poético, puesto que la propia Naturaleza nos ha creado así no creo que debamos avergonzarnos de nuestra mezquindad si no canalizarla. Devorar o ser devorado, de eso habla esta película, un pleno desde el punto de vista cínico y sexual. No en vano así comienza el metraje: “Es una historia sobre la sociedad. Es una historia acerca de ti.” Aunque obviamente Blood Car está orientada al entretenimiento puro y duro antes que a la antropología social.

Así todo gira alrededor de un personaje, el algo patético Archie, y su obsesión por crear un motor de gasolina que funciones mediante material vegetal. Una misión especialmente importante en una hipotética realidad – no se trata del futuro, si no más bien un presente alternativo – donde la gasolina es un lujo solo al alcance de los ricos. ¿Pero por qué busca dicho motor? ¿Para salvar al mundo del cambio climático? ¿Para ir al cielo? ¿O por intereses más prosaicos? Como podéis comprobar, dicha premisa se muestra mucho más inquietante ahora que en 2007, lo cual creo que le otorga un valor añadido a esta producción.

Aunque el acabado de Blood Car sea barato, apuntando hacia sus humilde orígenes, Alex Orr se saca de la manga ciertos recursos para hacer su opera prima atractiva de cara al espectador. Lo primero que destaca sería su vertiginoso ritmo, sin ser realmente una película que desarrolle mucho las ideas básicas del guión (y vuelvo a apuntar que la idea básica es el propio Archie) en ningún momento pierde fuelle. Es más, su recta final adquiere todavía más velocidad amenazando con salirnos de la carretera en la pronunciada curva de ironía que supone una merecida y estupenda meta para el espectador. A nivel de producción la mayor pega sería que un presupuesto que limita mucho la puesta en escena. Por ejemplo, y pese a anunciarse como una comedia gore, poca chicha será mostrada en pantalla. Blood Car se cuida mucho de ser explicita, aunque sinceramente no le hace falta alguna.

Otro acierto sería la luminosidad, a pesar de tratar temas escabrosos y presentar escenas bastante malsanas (muy en la línea de la retorcida menta de gente como los hermanos Cohen o Adam Mason), la imagen es brillante y directa, salvando el escollo de la financiación con una aureola de felicidad y despreocupación que suaviza el ácido nihilismo que impregna el guión. La cumbre de la fotografía llega en las escenas que son musicadas mediante piezas clásicas. Al tratarse de obras muy conocidas, juegan un doble papel ambientando la acción y, por otro lado, transmitiendo en paralelo otro discurso, habitualmente el irónico y que simboliza el verdadero estado de ánimo de unos personajes poco honestos.

Personajes que, por otro lado, abundan en número para lo que suelen ser este tipo de producciones. Cierto es que todos son satélites de Archie, pero sus roles ejercen de guías morales para la disyuntiva que persigue siempre a nuestro protagonista, desde que descubre como la sangre es el mejor combustible para su motor. Por ejemplo, los personajes que representan la dualidad cartesiana que aflige a Archie (Mike Brune) son Lorraine (Anna ChlumskyMy Girl –) y Denise. Una es la chica vegetariana apocada y tímida que encarna el lado bueno y altruista, pero bastante soso, de Archie. Mientras que Denise (Katie RowlettPsicosis en mis súper dulces 16 –) es la dependienta de un puesto de venta de carne, todo voluptuosidad, deseo sexual y egoísmo desaforado, incluso la más sincera de todo el metraje.

Y entre medias un coche por el que TODAS pierden las bragas…

Efectivamente, como una exageración de la sociedad de consumo, el coche representa el triunfo y el poder, erigiéndose como el perfecto picadero, siempre que puedas mantenerlo en marcha. Aquí es donde nace la disyuntiva: ¿qué hace el bueno, casi tonto, de Archie cuando descubre que solo la sangre pondrá en marcha el motor de su “máquina sexual? Por supuesto, y si no la película no existiría, dejarse llevar por sus más bajos instintos y dejar que la moralidad la afronte su “soldadito”. Todos hemos dicho alguna vez: “mataría por un buen polvo”, pues Blood Car toma buena cuenta de esa afirmación. No solo en estricto sentido literal, también en la muerte de la ética personal en pro de jugosos beneficios. Y aunque la presencia de pechos y sexo explicito sea bastante cara de ver en sus setenta minutos, he de confesar que Denise merece los devaneos mentales de Archie, toda una mujer que sabe como empujarnos hasta el límite.

Un límite que usualmente roza lo políticamente incorrecto y el mal gusto en cada fotograma de Blood Car, son muchos los ejemplos los que se podrían poner, y aunque creo que lo mejor sería que los descubrieseis vosotros mismos, aquí va uno para que intuyáis que línea sigue la película: Archie se queda tirado con el coche y solo tiene “a mano” un veterano de la guerra de Vietnam. Tras el consabido forcejeo, solo sabemos que Archie maldice por solo haber medio llenado el “deposito” con un tipo al que le faltan varios miembros. No olvidemos que la cinta es norteamericana, y aun a día de hoy está muy mal visto menear mucho el tema de los veteranos de guerra. Si a estas pequeñas pinceladas les añadimos las continuas referencias sexuales y políticas, más el excelso final donde todo toma un cariz muy lógico, tenemos como resultado la sátira social de la que os hablaba. Aquí no se libran ni los animales del cinismo de nuestra raza, el peor animal, por cierto.

En cuanto a los intérpretes no creo que podamos poner muchas pegas. Todos cumplen religiosamente con su papel aunque se note que son poco más que actores amateurs. En concreto su mayor problema es que las escenas de interacción y diálogos se notan algo enquistadas. Como si la química entre ellos no funcionase del todo. No obstante, el trabajado guión ayuda a salir del paso de dicha frialdad. Planteando situaciones de un humor negro como el carbón que se resuelven con brillantez y desparpajo, gracias muchas veces a un sentido del surrealismo muy bien equilibrado (en la vena de lo mejor de Napoleón Dynamite), poco importa que se noten conversaciones mecánicas. Aunque insisto en que los tres protagonistas principales cumplen con su cometido adecuadamente.

Resumiendo, ¿a que esperas? Hazte con una sabrosa copia, porque la película sí que fue distribuida en su día en el mercado USA, y disfruta de una de las raras muestras de cine de guerrilla que supera en mala uva a cualquier otro competidor (y entended que la competidora es la serie B de toda la vida). Solo abstenerse aquellos con alergia hacia la comedia, más si contiene mucha dosis de absurdo, y todos los que renieguen de ese cine que “jo, oshea se ve barato tía, no sale ningún famoso tía”. Todo a basado en un guión único, con mucho peso específico en el mundo en que vivimos y una continúa capacidad para sorprendernos de lo vil que puede ser la humanidad. Además, resulta refrescante que no solo se carguen las tintas contra altas instancias si no también contra la hipócrita vida cotidiana. La frustración sexual, la sangre, los pechos, la “conspiranoia”, la locura, las clases de ética ecológica para primaria, las mentiras y los métodos maquiavélicos son un regalo añadido para un pequeño sacrifico: ver Blood Car

Tráiler

Lo mejor: Su guión, pese a ciertas inconsistencias se muestra muy acertado en la exposición de un humor negro de alto octanaje.

Lo peor: Las deficiencias económicas dejan un regustillo a barato que se acentúa debido a la falta de química entre los actores.


Vuestros comentarios

1. 15 jul 2012, 21:15 | MuyMuerto

Muy original. La risa.

2. 28 ene 2020, 06:54 | game of trolls

un flaco desgarbado quiere tratar de inventar un combustible alternativo para hacer funcionar su auto y no tener que pagar los altos precios que hay en esa realidad alternativa (si vieran los precios de la nafta en argentina se cae de culo ja ja) sin querer se corta un dedo y algo de sangre cae en el mejunje con el que experimenta y descubre que su auto arranca.

eso hace que inmediatamente sea un iman para las chicas (en esta realidad solo la gente con mucho poder adquisitivo puede darse el lujo de tener autos y manejarlos) por lo que se comprueba el famoso dicho “billetera mata galan” y asi, de un dia para el otro, el flaco desgarbado no para de garchar.

la cagada que la “nafta/sangre” se acaba y hay que conseguir mas… asi que imaginense. y encima de todo, un grupo de uniformados lo sigue de cerca de los que luego nos enteraremos cerca del final que traman.

para matar a la gente, los mete en el baul del auto donde hay un ventilador industrial conectado al tanque del auto. debido al bajo presupuesto solo veremos algo parecido a un descuartizamiento pero no es escollo para disfrutar esta pelicula indie que se ve de un tiron no solo por las abundantes escenas de sexo (sugerido, obvio) y muchas tetas (no sugeridas sino mostradas) y bastante incorrecion / humor negrisimo (sobre todo al final y en 2 muertes muy particulares).

3. 29 ene 2020, 13:20 | Abandonmoviez

recuerdos hermosos cuando acá en este web se criticaban películas de terror raras o simplemente algo distinto a la mierda de siempre. ahora otra boludez de web

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