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La Chica que Amaba a Tom Gordon

Porque podría pasarle a cualquiera

SINOPSIS

El mundo tenía dientes y podía morderte en cualquier momento. Trissha McFarland lo descubrió cuando tenía nueve años. A las diez de una mañana de principios de Junio estaba sentada en el asiento trasero de Dodge Caravan de su madre, vestida con una sudadera azul de los Red Sox y jugaba con su muñeca. A las diez y media se había perdido en el bosque. A las once intentaba contener su terror no pensar: esto va en serio, esto va muy en serio. Intentaba no pensar que, en ocasiones, cuando la gente se perdía en el bosque salía gravemente dañada. A veces, incluso moría.

SOBRE LA INOCENCIA PERDIDA

Dos veces he estado en mi vida a punto de morirme de miedo. Ésta es la primera de ellas. Navidades de 1978. Cuatro años antes se había inaugurado un nuevo centro comercial en pleno centro de la ciudad y todos estábamos entusiasmados por visitarlo, de hecho se contaba del mismo algo inconcebible: ¡que poseía unas escaleras mecánicas que te subían solas de planta en planta! Se llamaba Galerías Preciados y tras esos años de febril actividad comercial, decidimos por fin ir a visitarlo. Así un servidor que por aquél entonces contaba con cuatro añitos de edad fue enfundado en sus mejores galas, bufanda y guantes para presenciar tamaño acontecimiento. Esto que hoy a algunos os hará sonreír, era por aquél entonces y más aún en una modesta capital de provincia como Valladolid, todo un suceso regional.

Jamás olvidaré cuando visité la planta de Juguetería. ¡Toda una planta dedicada! Era como un sueño hecho realidad. Estanterías repletas de furos pedidos a los Reyes Magos: la caravana de los Geyperman, la base espacial de los Airgam Boys, el Quimicefa, el Ibertren ¡y hasta el portaaviones de Tente! Estaba extasiado, estaba alucinado, estaba hipnotizado…. ¡ESTABA SÓLO! ¿Dónde se habían metido mis padres? ¿Cómo podía haber sido tan estúpido para soltarme de la mano de mi madre en aquel Laberinto de Creta realizado a base de interminables estanterías donde un montón de adultos sin escrúpulos me empujaban y pisaban? De pronto todo se torno borroso, inverosímil, pesadillesco y decidí optar por la única salida posible: ponerme a berrear como un poseso y gritar ¡MAMAAAAA! Todo a ello a grito pelado cual víctima de un slasher de tercera.

Por fin alguien se apiadó de mí. Una guapa señora trajeada con la etiqueta de su nombre prendada en la solapa de su camisa, que tras preguntarme, mi nombre, cuántos añitos tenía y si me había perdido, yo acerté a formar un cuatro con mi manita y asentir entre sorbetones de mocos. Pensé que estaba salvado, pero me equivocaba, el horror no había hecho más que comenzar. Lo siguiente que recuerdo fue un anuncio global por la megafonía del centro describiéndome y llamando a mis padres para que se pasasen a recoger “la mercancía” por Caja Central. Todavía no puedo olvidar la vergüenza que sentí en aquél momento, la expresión de alivio de mis padres con el reencuentro y mi sentimiento de haberles decepcionado cometiendo semejante estupidez. Me sentía tan culpable y ridículo…

DE MIEDOS ATÁVICOS Y LUGARES FANTASMAGÓRICOS

A la protagonista de nuestra historia le ocurre algo parecido, de hecho, algo mucho peor, pues tras los parkings nocturnos, creo que los bosques a medianoche pueden llegar a convertirse en los lugares más tenebrosos del mundo. Trissha es una niña muy espabilada para su edad. El reciente divorcio de sus padres no le ha dejado más remedio que madurar a golpe de tristeza. Ahora sus progenitores se disputan el cariño de sus hijos entre los fines de semana alternos en los que su padre les lleva a Ferias y Centro de Atracciones y los de su madre en los que como éste, se dedican a hacer senderismo. Su hermano, pese a ser el mayor, es incapaz de hacer algo que la pequeña Trissha ya ha logrado: asumir la situación. Así que durante todo el camino de pasa discutiendo con su madre por todo, desahogando así la frustración que le produce la separación de sus padres.

Trissha camina tras ellos, tratando de abstraerse de la enésima y fútil bronca familiar, cuando escucha la llamada de la naturaleza. Necesita hacer pipí, pero claro, ya no es una niña, es una “mujer de nueve años” y no va a pararse en mitad del camino para “eso”, así que decide desviarse entre la maleza y luego adelantarse unos metros a su madre y hermano y darles así una sorpresa apareciendo de pronto delante del camino y de paso demostrarles que con la discusión se habían olvidado de ella.

Pero algo no le cuadra a nuestra pequeña heroína. Tras subir por el mismo el terraplén porque el que había bajado, o al menos así lo creía ella, no se encuentra de nuevo en medio del camino sino con una zona de profusa maleza. El miedo empieza a invadirla, pero no pasa nada, basta con desandar lo andado y… ¡percatarse de que definitivamente se ha perdido! Ni si quiera alguien es responde a sus gritos. Así tras la conmoción inicial Trissha, en vez de quedarse donde estaba hasta que la localicen decide seguir avanzando sin saber que cada vez se está adentrando más en la profundidad agreste del bosque.

CUANDO EL TAMAÑO SÍ QUE IMPORTA

Decíamos “ayer” que el maestro King luce sus mejores galas cuando narra o bien historias cortas, como ya analizamos en su recopilatorio “Todo Oscuro, Sin Estrellas”, o bien historias realistas, de ésas que pese a su aparente inverosimilitud, podrían ocurrirle a cualquiera. Pues bien, podemos considerarnos doblemente afortunados porque en “La Chica Que Amaba A Tom Gordon” se conjugan ambos factores de una manera magistral. Sí, ya sé lo que muchos estáis pensando, que eso de perderse en un bosque es propio de críos o de paletos poco experimentados que les da por salir un día a jugar a Indiana Jones. Pero os equivocáis. Os apuesto lo que os plazca a que este mismo verano, los agentes forestales se ven obligados a rescatar a más un grupo de experimentados alpinistas o senderistas que han terminado quedando atascados en sitios en los que ni a una cabra montesa dopada se le habría ocurrido visitar. Al tiempo.

Lo que King logra con esta novela es trasmitirnos la paradójica sensación de agorafobia que puede ocasionaros a los urbanitas de turno esa placentera sensación ocasional de estar en un lugar “tranquilo donde respirar aire puro”.

Porque Trissha ignora el camino de vuelta y le empiezan a asaltar los fantasmas de necesidades que muchos damos por resueltas como el hambre, la sed, la desnutrición, el frío nocturno, el implacable sol matutino y sobre todo una presencia borrosa, que la pequeña no sabe describir pero que presiente como algo muy vívido y tan real que es capaz de dejar a su paso ciervos destripados y profundas marcas de garras en los árboles.

UNA CUESTIÓN DE FE

Dicen que la salvación está en la Fe. Tranquilos, no pretendo daros un discurso religioso de medio pelo ni erigirme en falso profeta. Pero es cierto que hasta el más agnóstico tiene fe en algo, un fin que le motiva para seguir adelante: aprobar esa maldita oposición, ligar con esa persona cuyo nombre envenena mis sueños, ver la trilogía de El Señor De Los Anillos en su versión extendida toda de un tirón…

Pues bien, Trissha tiene fe en Tom Gordon, su jugador de beisbol favorito de los Boston Red Sox. En definitiva, su ídolo, que la acompañará durante toda su travesía por unos de los parajes más agrestes de Estados Unidos y al que su imaginación recurrirá en los momentos más duros del viaje. Cuando la inanición y la neumonía comiencen a ganarle la partida, allí estará Tom Gordon para animarla a no desfallecer y seguir adelante hasta el desenlace final, su enfrentamiento con la “cosa” que la había estado acechando desde un primer momento.

LO MEJOR: Una estupenda novela corta adecuada para esos ratos muertos estivales que hará las delicias tanto de los seguidores como detractores del maestro de Maine.

LO PEOR: Que King no se prodigue más en este género tan avieso como es la novela corta en el que es un auténtico maestro.

VALORACIÓN GLOBAL: 80/100

FICHA TÉCNICA:

Autor: Stephen King
Editorial: RBA o Plaza & Janes Bolsillo
Nº Páginas: 198 0 239 según Edición
Encuadernación: Cartoné Lujo o Rústica Sin Solapas
Precio: 8,50 en Bolsillo


Vuestros comentarios

1. 28 jul 2012, 02:56 | billyboy

libro que siento una especial predileccion junto con “la larga marcha”.

Me quedo con el gran momento en el que la niña ve los tres aspectos de dios.

2. 31 jul 2012, 17:55 | Dana

Magnífica reseña, me dieron ganas de leer el libro.
De King he leído pocos libros pero todos me han gustado, este lo apuntaré sin duda.

3. 08 ago 2012, 18:45 | Darth Clarius

Las mejores obras de King que he leído han sido relatos cortos, incluída ésta, “El ciclo del hombre lobo” y “La niebla”. “Eso”, “Salems Lot” y “Cujo” son novelas más largas y excelentes. Por el contrario “La torre oscura” nunca me atrapó

4. 09 ago 2012, 14:48 | MASP

Pues no os preocupéis que en breve habrá más King para todos, de hecho un libro de él que seguro muchos no conocéis y que no es una novela… xD

5. 24 ago 2014, 21:38 | Mountain

Para pasar el rato en veranillo, no me parece brillante pero tiene su intriga y te lo comes en un suspiro. Me ha gustado pero no me ha entusiasmado.
70/100

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