Breathless

Lorna está cansada de su marido, un papanatas que tejano que nunca ha dado un palo al agua. El desencadenante ha sido un cuantioso robo perpetrado a varios kilómetros de distancia. Cuando Lorna avisa a su querida amiga Tiny para ayudarla a resolver su “problemilla” marital comienza un juego de desconfianza y engaños cuyas consecuencias se teñirán de rojo.

Breathless es una comedia negra que sobre la base de un thriller igual de negro establece una farsa de amistades y celos muy al estilo de una pequeña obra de teatro. Dado que la complicidad con el espectador se establece a partir de las distintas vueltas de tuerca y artimañas desplegadas a través de las actuaciones de sus protagonistas, procederé a realizar una reseña que no profundizará a nivel argumental. Aunque vaya por delante que Breathless es una cinta muy recomendable a todos los niveles y cuyo método narrativo está cuidado hasta las últimas consecuencias.

Jesse Baget escribe, edita y dirige esta producción independiente que cuenta con un holgado presupuesto (5 millones de dólares), por tanto se aleja inmediatamente de producciones “underground” debido a su fabuloso acabado artístico y unas actuaciones perfectamente logradas. Ya en sus coloridos títulos de crédito iniciales, atención al rojo que es uno de los elementos estéticos esenciales, podemos vislumbrar el alcance y poderío visual de Breathless. Y como efecto colateral una exagerada similitud con los títulos de crédito de la serie Dexter, que el propio Baget insiste en considerarlo una mera casualidad, porque nunca ha visto la serie de marras.

Una vez concluidos los estupendos títulos, conoceremos a Lorna el personaje principal de la función. También nos situaremos en el único escenario de la acción. La historia se sitúa a principios de los años ochenta, algo logrado gracias al esforzado departamento de vestuario y maquillaje (bellísimas las actrices), en una caravana perdida en medio de un desierto texano. Aquí es donde se desarrolla toda la trama, casi al estilo de una obra de teatro como os comentaba. Precisamente es el estado de Texas el gran protagonista invisible de la película. El acento y frases típicas de la región son constantes en boca de sus personajes, siendo esta peculiaridad local la que aporta un saborcillo muy gracioso al desarrollo de la narración. Pero más allá de este barniz encontramos lo que serían los dos elementos más destacables de este entretenido proyecto:

Gore

El mismo tráiler ya indica claramente el rumbo sangriento que tomará Breathless en sus compases centrales: Lorna y su amiga Tiny encuentran una forma muy interesante para quitarse de en medio al marido cabrón de la primera. Por supuesto, esa forma incluye cuchillos eléctricos, batidoras y otros aparatos electrodomésticos que son irónicas herramientas en la lucha contra la violencia de género, ya sea física o psicológica. La cuestión es que estos arrebatos gore, y volvemos a la importancia del color rojo, están enfocados en un sentido cómico y como adorno estético. Sé que sonará raro, pero lo he sentido como un gore “muy femenino”. No se convierte en el eje central que mueve la cinta, pero es lo que hermana esta propuesta con otras comedias negras muy funcionales, por ejemplo Cachitos Picantes o Very Bad Things. Además están tratadas con un aplomo que parece impropio del director que debutase con la aburrida Wrestlemaniac, lo que le otorga un cualitativo contrapunto a los humorísticos mal entendidos y argucias que se van sucediendo entre las dos amigas. Digamos que ese aplomo cruel y macabro a la hora de plantear el gore refuerza los elementos thriller de Breathless, y por tanto su eficacia.

Actores y actrices

En una película cuyo elenco se completa con dos actrices principales, tres actores secundarios, dos cameos y un perro, muy bien lo tienen que hacer estos para atrapar al espectador. Y Breathless lo consigue con nota. Más allá de ese guion divertido, funcional, cargado de sorpresas pero no excesivamente original (se trata de una historia bastante repetida a lo largo del tiempo); su elenco juega a ver quien hace la mejor interpretación. Sobre la base de la ironía, creo que el mejor ambiente para el desarrollo de una actuación memorable, Gina “Lorna” Gershon (Showgirls, Cara a Cara) y Kelli “Tiny” Giddish establecen un duelo interpretativo cargado de humor interno. Se nota que ellas se lo están pasando genial con sus personajes: una dura e inteligente y la otra un poco más tonta y pícara (supongo que bajo el cliché del color de su pelo). Además de bellas, estas mujeres duras y maduras son el estandarte de ese cántico a la rigurosidad de una tierra: Texas. Cántico cuyas estrofas son decenas de cigarrillos y cuyo estribillo son las incontables copas de bourbon ingeridas.

A su alrededor, como satélites, encontramos a tres hombres que encarnan a la perfección el lado oscuro de nuestro sexo. A cargo de estos papeles tenemos nombres de relumbrón (algo apagado pero relumbrón al fin y al cabo): Val Kilmer, Ray Liotta y Wayne Duvall. Actores con muchos años de trabajo a sus espaldas y cuyo físico ya no da para protagonizar películas de acción dirigidas a quinceañeros, pero por otro lado desgranan unas actuaciones con el sabor añejo de un Jack Daniels Silver Select. Baste decir que aquellos que hayan perdido la fe en estos actores, podrán volver a recuperarla mediante Breathless. Además contamos con un pequeño cameo por parte de Richard Riehle (Chillerama, Halloween II, Hatchet, Growth…) conocido actor de serie B que merecerá siempre buenas palabras por nuestra parte.

La única nota negativa que podríamos ponerle a las actuaciones es que dado el tono de comedia ácida a veces sus interpretaciones rozan un histrionismo algo desproporcionado. Pero al que finalmente logramos acostumbrarnos sin dificultad.

Resumiendo diré que la recomiendo encarecidamente. Además la edición americana ofrece unos estupendos subtítulos en español que ayudarán a la accesibilidad por parte del mercado hispano, otra cosa serían sus magros extras: un audio comentario y un “making of” muy tradicionales.

Desde luego, no es la mejor opción si deseas ver una cinta de horror, pero con amigos, solo o directamente borracho pasarás hora y medio encandilado con una película que no pasará a la historia del séptimo arte pero deja agradables recuerdos de por vida. Una comedia negra cuidada en cada detalle.