The Possession (El Origen del Mal)

Clyde (Jeffrey Dean Morgan) compra a su hija Em (Natasha Calis) una caja de madera en el mercadillo de un vecino que dice estar a punto de mudarse. Ignora que,en realidad, ese hombre quiere librarse cuanto antes de la caja porque, quien la abre, libera a un peligroso espíritu…

“El Origen del Mal” es otra película más de posesiones que asegura estar basada en hechos reales. También, es otra película más de posesiones, con todos los tópicos sobre el tema y pocas, o ninguna, sorpresa. Realmente, da hasta rabia que, bajo la fachada de una obra seria y con cierta dignidad, siga estrenándose, año tras año, la misma película de siempre. Apoyándose en la solvencia, y esto sí es innegable, de un elenco encabezado por el gran Jeffrey Dean Morgan y Kira Sedgwick, nos adentramos en la historia de una familia disfuncional en la que los padres, los dos actores mencionados, se alternan a sus hijas durante la semana. Ella, la madre, es estricta y obsesiva; él es un poco más dejado. La situación acaba repercutiendo en las hijas, de manera que, cuando el espíritu empieza a actuar sobre la pequeña Em, nadie le da más importancia más allá de un cambio de comportamiento motivado por su situación familiar.

Tras las cámaras se encuentra Ole Bornedal, que gozó de prestigio internacional tras escribir y dirigir “NightWatch” y su remake americano. El director acierta en el tramo inicial dándole un cierto tono “realista” o “europeo” a la película, algo que curiosamente contrasta con lo tópico de algunos diálogos, aunque es justo decir que, en general, éstos están relativamente bien pulidos, dentro de lo convencional. Sin embargo, en los momentos de terror, esta mirada seria y fría va absolutamente en contra: a veces, no es tan terrorífico lo que se está mostrando; otras, es tal la intensidad que se le aplica al material que se bordea el ridículo (por ejemplo, el momento entre el nuevo novio de Kira Sedgwick y la pequeña Natasha Calis).

Parece ser que la primera versión de la película obtuvo una R de la MPAA, y un segundo montaje rebajó la calificación a PG-13. Con las escenas de terror recortadas, “The Possession” no es gran cosa, pero da la impresión de que, con las versiones íntegras, tampoco lo sería. Conforme avanza la trama, aunque suene a broma, el interés decrece y comienzan a acumularse despropósitos y tópicos más gordos a partes iguales. Desde alguien buscando en internet qué puede estar pasando (y encontrándolo, claro), a una suerte de exorcismo judío, en el tramo final el distanciamiento y el poco entusiasmo con el que se contemplan la película sólo puede ser equivalente a cómo su director ha intentado ver desde fuera su material… dejándolo desprovisto de alma y pasión.

Creo que no es un impedimento para su disfrute que una película no tenga un argumento especialmente original, o que su trama sea una excusa descarada para enlazar una serie de momentos terroríficos: si éstos funcionan, no hay ningún problema. Sin embargo, “The Possession” no acierta, desde mi punto de vista, en ninguno de los dos niveles. El argumento no ofrece ni nada nuevo ni un poco más de emoción a lo que uno se espera de una película de posesiones. Y las escenas de terror están más basadas en efectos de audio que en una auténtica construcción del suspense. Hay una, en concreto, que parece de las más señaladas, a tenor de los comentarios tras el estreno americano. Sucede durante una prueba médica. Probablemente, la idea inicial de la misma no está nada mal, y en otro material, quizás brillara y funcionase con más fuerza. Pero, en un entorno pretendidamente “realista” como éste… simplemente chirría que se salten sus propias claves y normas para ofrecer una imagen más o menos impactante.

Personalmente, me parece que hay poco donde rascar en esta película. Y es una pena, tratándose de, en teoría, un material ofrecido por una productora especializada en el género, Ghosthouse. Supongo que, casos así, lo que ponen de manifiesto es que, realmente, lo único que interesa del terror son sus normalmente buenos resultados económicos (a Ghosthouse, por ejemplo, una obra como “Boogeyman”, (2005, Stephen Kay) le costó en torno a 20 millones y recuadó 60… y eso sin ir especialmente bien en taquilla ni gustar demasiado en general). Y “The Possession” ha sido el mejor estreno en su fin de semana…