Thale

Dos encargados de la limpieza, viejos amigos antaño, se adentran en una casa cuyo dueño acaba de morir. Curiosos descienden al sótano para encontrar muchísimos aparatos científicos de dudoso origen. Pero aun más sorprendente resulta la presencia de una joven tan hermosa como extraña sumergida en un bañera llena de un líquido lechoso. La cicatriz en la base de su espalda, su mutismo y su errático comportamiento apuntan hacía una vieja leyenda que se cuenta en Noruega: los “Huldre”, aquellos seres parecidos a mujeres que embelesan a los hombres para devorarlos.

Viniendo de la helada Noruega y tratando, en clave de horror, una de las leyendas tradicionales del país, más de uno nos frotábamos las manos pensando que podríamos estar ante un nuevo éxito escandinavo como lo fue la imprescindible The Troll Hunter. Tanto el tráiler, como sus imágenes y las primeras críticas bienintencionadas nos había hecho seguirle la pista a Thale con mucho detalle. Probablemente su mayor atractivo radicaba en lo preciosista de sus imágenes promociónales y en lo peculiar de la leyenda llevada a la pantalla. Thale trata sobre unos seres llamados “Huldre”, toman la forma de hermosas mujeres que seducen a los hombres con sus cánticos para devorarlos después. La única forma de distinguirlas, en su fase de desarrollo, de una mujer normal sería el rabito de vaca que lucen donde la espalda se vuelve más apetecible. Se dice que viven en los páramos helados casi como animales salvajes. Entenderéis que si la cinta planteaba el choque entre lo mundano y este mundo mitológico a través del protagonismo absoluto de una hermosa y misteriosa joven, muchos anduviésemos locos por echarle un vistazo.

Ni corto ni perezoso desenvuelvo el paquete que me ha llegado y dejo emerger mi lado más pueril para dar saltitos de alegría ante el blu-ray noruego que tengo entre manos. Por desgracia comienzan los problemas: no contiene subtítulos más que en idiomas escandinavos. Bueno, al menos como extras aporta un par de cortometrajes. Uno, Bak lukkede dører, del propio Aleksander Nordaas, director de la cinta. Como no me voy a enterar de mucho viéndolos os confesaré que ni los voy a poner y dudo que algún día lo haga. De lo que sí puedo disfrutar es de unos bocetos que preludiarán el visionado de Thale, afortunadamente tengo contactos y un buen amigo me hace un apaño con unos subtítulos propios. Ahora bien, desconozco el contenido de próximas ediciones, la siguiente será la alemana (a finales de noviembre de este mismo año) pero seguramente acabe siendo editada con unos buenos subtítulos en inglés, por ello os aconsejaría que no compraseis el blu-ray noruego de momento. ¡Hasta para pulsar “play” he tenido que tirar de traductor! La verdad es que, al más puro estilo norteño, la película no contiene mucho dialogo (por supuesto, la bella protagonista es muda) y se puede seguir sin entender los diálogos, pero desde luego algo os perderíais por el camino.

La expectación aumenta cuando se reproduce el invento. Lo primero que destaca es la fotografía, muy lograda pese a la evidente falta de medios. Me acomodo aun más en el sofá y procedo a dejarme llevar con los consejos de MASP, colaborador literario de la web, sobre la paciencia y su valor determinante para el disfrute de casi cualquier obra.

Desgraciadamente, una vez más, las expectativas creadas se antojan desproporcionadas visto el resultado final.

¿Estamos ante una mala película? Ni mucho menos. Thale tal vez podría presumir de ser una de las películas con mejor estética de los últimos tiempos, siempre teniendo en cuenta que se mueve en el rango de películas de bajo presupuesto, y, por si fuera poco, cuenta por momentos con una atmósfera fascinante. Es importante la seducción que ejerce Thale, así llamada la criatura protagonista, tanto sobre los personajes masculinos que la rodean como sobre el espectador. Tal vez por ello, se trate de una película más orientada al público masculino, pero mas adelante lanzaré unas reflexiones sobre ello.

Sin embargo, al respecto de la calidad técnica, me gustaría destacar ciertos altibajos. Curiosamente tiene escenas exquisitamente planificadas, rodadas con mucho mimo, frente a otras que parecen más propias de la serie Z. Aun más curioso, las mejores, las que dan un aire de fábula macabra a Thale corresponden casi íntegramente a lo mostrado en el tráiler. ¿Marketing? No conozco mucho sobre la creación del proyecto, pero es como si un cortometraje casi perfecto hubiese sido montado junto a otras escenas para alargarlo innecesariamente. Aleksander Nordaas asume la producción, escritura, dirección, edición… Quizás demasiadas tareas para un cineasta sin mucha experiencia. Sin ninguna duda, si Thale se hubiese quedado en un cortometraje estaríamos hablando de uno ganador en cualquier festival especializado al que se presentase. De todos modos, atentos a Nordaas porque si tiene buen madurar será un director destacado dentro del género.

Esta irregularidad se evidencia en otro hecho que lastra mucho la cinta: su simpleza. A pesar de durar poco más de setenta minutos, el argumento jamás daría para más de treinta minutos, tal y como está desarrollado. Tampoco estamos ante una situación del todo novedosa, aunque muy distinta, ahí tenéis Deadgirl para buscar similitudes, por aquello de la chica encontrada en un sótano abandonado. La criatura, por su actitud feral, nos va a recordar rápidamente a Dren (de Splice) o a La Mujer (de The Woman). Ejemplos demasiado recientes como para no ser tenidos en cuenta. Por si fuera poco, se alargan los silencios frente al desarrollo psicológico de los personajes. Elvis y Leo, los limpiadores que encuentran a la bella Thale, son meros testigos de dicho encuentro. Nordaas hace tímidos intentos para dotarlos de una dimensión profunda, mediante la antigua amistas que los unía, que acaban difuminados ante el giro final, orientado a la peor acción posible.

Con todo, vuelvo a recalcar que los beatíficos momentos de silencio acompañando a la mirada eterna y enorme de Thale, junto a los momentos álgidos en los que la imaginería pseudo científica acompaña la desnuda figura del mágico ser, valen por si solos el visionado de la película. Más culpa de ello que el propio director, lo tiene la única mujer en el elenco: Silje Reinåmo, actriz desconocida hasta la fecha. Ella es la única con el poder de cautivarnos, precisamente por eso comentaba que veo difícil que el público femenino sepa ver más allá de sus fallos (extrema lentitud, nulo desarrollo de la historia, una conclusión fuera de juego…).

Así de simple es la película que solo me queda recomendarla a los amantes del terror sobrenatural más curtidos. Como decía MASP, a aquellos que sepan tener la paciencia suficiente para disfrutar de los cuadros estáticos que nos ofrece, con mucho pulso, Nordaas. Gran iluminación y banda sonora que ayudan a sumergirse en esas viñetas evocadoras. Sustitutivos perfectos para una violencia que el tráiler prometía muy ufano para luego quedar en nada (Thale no es la máquina de matar que muchos querríais, lo siento). También hay que saber perdonarle su falta de presupuesto, porque cada euro está muy bien invertido en unos efectos realizados por ordenador integrados de manera soberbia. Si consigues adaptarte a estos parámetros no habrás perdido tu tiempo.

Sobre el supuesto machismo en “Thale”

Su propia sinopsis indica que el argumento esconde cierta lucha de sexos entre sus líneas. Por supuesto, una muy diferente y para nada morbosa como así lo fue Deadgirl. Tenemos a una mujer indefensa por alguna razón. En este caso, vendría a ser la ausencia de la cola de vaca que caracteriza a su especie. Valorar dicha cola como símbolo fálico parece bastante coherente, y el que lleguen dos hombres a, de alguna manera, salvar a la “pobre e indefensa” mujer dice mucho de la perspectiva masculina de su premisa. ¿Y? Pues no pasa nada, digo yo. Además, contaremos en sus últimos compases con la presencia de unos personajes masculinos muy, pero que muy malos. Es precisamente en el sentido de guerra de sexos cuando la cinta cobra mayor profundidad. Las lecturas son las tópicas, pero quien diga que Thale es machista es corto mental. Obviamente, dichas insinuaciones provienen de Estados Unidos, gran país para unas cosas y demasiado hipócrita para otras. Como sus habitantes han renegado del folclore europeo que corre por sus venas, han debido de renegar también de sus implicaciones: la mitología europea, y me atrevería a decir mundial, ha estado muy influenciada por los poderes religiosos – eminentemente masculinos y cristianos – y por el poder político/económico/militar – otro que tanto –. ¿Alguien se extraña a estas alturas que los viejos cuentos de seres femeninos devoradores de hombres proliferasen hace siglos? Resulta que Thale incluso le da la vuelta a la tortilla cuando finalmente cada sexo adopta un lugar muy distinto al que la tradición le condena. Y si se trata de una película que se decide por hablar de dicha leyenda, la perspectiva vendrá heredada de sus propios orígenes y no de una intencionalidad insultante. ¿Estamos o no estamos?