Crave

Aiden ejerce de fotógrafo criminal freelance. Con apuros para llegar a fin de mes, suele aceptar encargos en fiestas de cumpleaños infantiles, lo que le amarga un poco la existencia. Es un tipo decente, pero a veces no puede evitar pensar en voz alta para hacer callar a la voz dentro de su cabeza. Una voz que trae fantasías plagadas de imágenes sexuales y ultraviolentas. Un día conoce a una de sus vecinas, una jovencita de 22 años, pero su encontronazo pronto tomará un sendero de lo más turbio, basado en la obsesión… la voz ya no se puede silenciar.

Desde Norteamérica llega un thriller hiperviolento y siniestro, Crave, que debuta en España de la mano del Festival de Sitges. Se trata del debut en el largometraje de Charles de Lauzirika, documentalista que ha querido trabajar con un guión propio, aunque basado en la historia de Robert Lawton, para volver a traer la sequedad del thriller psicológico, pero dramáticamente intimista, de los setenta, cuya mejor referencia podría ser Taxi Driver. Por mucho que incluso algunos críticos quieran buscar semejanzas entre Crave y la serie de televisión Dexter, por aquello de la fachada amable que esconde un asesino, un servidor quiere pensar que podemos estar ante la Drive de 2012. Salvando las distancias arguméntales, la contención puede ser la clave para entender la cinta.

Su paso por festivales especializados ya le ha dado un prestigioso premio como es el de “mejor debut”, otorgado por el conocido Fantasia Festival. Además en la elección de un casting sólido puede radicar parte de su éxito ya que como protagonista absoluto, en uno de esos papeles golosos con claroscuros, tenemos a Josh Lawson. Un actor solvente que me gustó especialmente en uno de los capítulos de la serie de televisión Pesadillas de Stephen King, concretamente la historia de una autopsia prematura. Pero es en papeles secundarios donde encontramos a actores más conocidos y, quiero pensar, todavía funcionales. Entre ellos el prolijo Ron Perlman, que se apunta hasta a un bombardeo y siempre aporta su grano de arena para levantar cualquier película. Una leyenda viva del cine moderno, del cuál me gustaría ver un debut cinematográfico como director. A su lado, más brevemente, también podremos disfrutar de Emma Lung, actriz australiana de amplia carrera (Triangle), o Edward Furlong, actor del que podemos bromear lo que queráis, por su descenso a los infiernos, pero que reconozcámoslo: en los últimos años está haciendo un verdadero esfuerzo por levantar su carrera.

Los días cuatro y cinco de Octubre será exhibida en el cine Retiro del Festival de Sitges para regocijo de los amantes de los thrillers intensos y retorcidos.