Entrance

ENTRANCE es acerca de los límites de nuestra percepción, cómo las cosas que acechan en la periferia de nuestra vida pueden conducir a conclusiones terribles, sobre cómo se cayó el amor con la ciudad, pero no la dejaría ir.

Antes de nada, y como es mi primera reseña en cuanto a películas se refiere, quiero hacer un inciso para haceros una idea de cuáles son mis gustos y así no crear falsas expectativas y evitar que nadie salga con una idea equivocada de lo que es Entrance.

Entrance entraría perfectamente en lo que yo llamo “mi tipo de film”. Cuando hablo de mi “mi tipo de film” me refiero a cine independiente, cine de bajo presupuesto. Básicamente lo que busco en este tipo de films es un trasfondo currado que de verdad me diga algo, y con el que llegue a conectar; es decir, algo visceral. Y claro, para ello es necesario poder conectar con los personajes, por lo que en este tipo de films el ritmo lento es el que mejor se adecua a sus objetivos, así que no esperéis un ritmo dinámico.

El argumento de Entrance suena algo raro, pero en sí la premisa es muy simple. Entrance trata sobre un mujer joven y soltera, Suzy, que comparte vivienda con una amiga y con su perro. El problema de Suzy es que la mayor parte del tiempo está sola, es una mujer vulnerable e indefensa que no conoce prácticamente a nadie y no tiene familia; y eso da miedo. Recordemos la situación de Suzy, mujer joven, soltera y la mayor parte del tiempo está sola: es la víctima perfecta.

En la mayor parte del metraje veremos que no ocurre absolutamente nada. El objetivo de la película es hacernos una idea de cómo es la vida se Suzy, su rutina, su trabajo, sus amigos y su extraño comportamiento con los hombres; por lo que el ritmo de la cinta es muy lento y monótono. Pero en el fondo la mayor parte del tiempo percibimos que algo va mal, sentimos esa tensión, ese acoso, la presencia de alguien o algo. Es la misma técnica que también podemos apreciar en los films del director Ti West, y se nota que el director de Entrance es gran fan de su cine. No ocurre prácticamente nada hasta el acto final, cosa que me hizo reflexionar sobre la importancia de directores como Ti West en lo que al cine de terror concierne.

No obstante a pesar de que Suzy es un personaje de los más normal, poco a poco se va ganando al espectador y sí, a mi la desaparición del perro me ganó por completo. Lo siento, los animales mandan. Aunque hay que reconocer que la actuación de nuestra protagonista, Suziey Block, es magnífica, muy espontánea; lo que le da ese toque realista que el film tanto necesita. Ya que Entrance es de esas películas en las que la actriz principal carga todo el peso del film, no hay ni una sola escena en la que no salga Suziey Block . Igualmente a pesar de su poca originalidad y su ritmo lento, el film guarda una última sorpresa que a su vez esconde un interesante trasfondo.

El trasfondo de Entrance me pareció absolutamente brillante. Me hizo reflexionar sobre la vida en la ciudad, lo poco que importamos; un día estamos vivos y al siguiente no. Y digo yo… qué más da ¿no?, al fin y al cabo solo eres uno más, de los millones y millones de personas que conviven contigo. Personas que no te conocen pero con las que convives todos los días, que solo sienten indiferencia, solo se preocupan por sí mismos; y eso es muy triste y terrorífico. Vivir en la ciudad es como vivir en la nada.

En resumen, Entrance no es un film para todo el mundo y probablemente la mayoría se haya dormido un par de veces intentando terminarla. A mí sí me ha gustado, pero no quiero que nadie se haga falsas expectativas. Ahora ya, experimentar Entrance o no depende de cada uno.

Reseña por Enrique O. A.