Tus Gritos Me Dan Risa

Suenan los villancicos en plenas navidades del 96’. En una casa de campo solitaria un matrimonio y sus dos hijos pasan la noche frente a la tele. Todo podría ser idílico si no fuese por el timbre de la puerta. Suena con insistencia y al otro lado… al otro lado una figure deformada por el dolor muestra sus afilados dientes. Una dentadura macabra que luce incongruente en el rostro de un payaso. Esta Navidad vendrá pasada por sangre para nuestra familia protagonista.

Por fin he podido tener el placer de ver con mis propios ojos el resultado final del proyecto que nuestro amigo Sergio Morcillo se llevaba entre manos. A saber, un cortometraje de quince minutos muy bien aprovechado, “made in aquí”, y cuyas mejores referencias eran la tenacidad de su director por recrear el terror sobrenatural de la vieja escuela, concretamente la escuela ochentera, sin prejuicio alguno y, sobre todo, mucha sangre, como viene siendo marca de la casa a juzgar por su anterior corto Don’t Stop. Y hay que reconocer que el objetivo de Sergio se ha logrado con creces, además de tratarse de un simpático guió al horror con el que crecimos muchos treintañeros (Posesión Infernal, Pesadilla en Elm Steet, Muñeco Diabólico, Demons…), Tus Gritos Me Dan Risa se convierte en una entretenidísima experiencia, que divierte porque consigue transmitir la ilusión de su equipo al completo, y las ganas de juerga que flotaban por el set de rodaje.

En el lado negativo, Tus Gritos Me Dan Risa puede que peque de falta de profundidad argumental, así como de una carencia de originalidad por todo aquello de beber de fuentes bien conocidas entre el aficionado. Claro que hay que ser consecuentes con el tipo de proyecto que se pretendía realizar, al fin y al cabo se trata de un cortometraje, y siempre resulta complicado mantener el homenaje continuo sin caer ocasionalmente en la copia o el tópico. Curiosamente, donde un servidor ve excesivas similitudes con el cine de Alexandre Ajá, Sergio se las achaca a Paco Plaza vía [REC] 3. Bueno, sea como sea, ambas influencias me parecen positivas (y reconocidas por parte del autor), porque antes de conseguir voz propia hay que manipular los estilos ajenos. No obstante ya os digo que a mi se me hicieron algo pesadas dichas similitudes. Sobre todo en comparación a puntuales destellos de humor muy negros que me parecieron más propios y personales; y son esos detalles los que alzan su cortometraje por encima de la media.

El guión de Pablo Rodríguez, basado en una idea original de Sergio y apuntillado por Bob Rock (probablemente la influencia más negativa, dados sus bizarros gustos), brilla por su sencillez y por una idea básica muy querida para los amantes del cine de videoclub: los payasos asesinos. Es difícil no recordar con cariño, por muy flojas que fuesen algunas, obritas como Clownhouse, Killer Klowns From Outer Space, It… pues precisamente esa nostalgia se traslada al cortometraje a golpe de chorretones de sangre y unos maquillajes increíbles para el exiguo presupuesto que había de por medio: fantástico Santiago Gijón como responsable de los FX.

En cuanto a la técnica, pues tiene sus altibajos como cualquier proyecto de estas características, pero es en las escenas nocturnas del interior de la casa donde Sergio se sabe desenvolver con la cámara de una forma fresca y retorcida. Apuntalando el horror con sus planos esquizoides, su estilo se ve realzado gracias a la simpática ambientación sonora y a una iluminación saturada de colores básicos, fiel reflejo de la época que busca homenajear. Mención aparte para los títulos de crédito iniciales y finales, de una calidad sencillamente brutal. Complementan el visionado de Tus Gritos Me Dan Risa convirtiendo el viaje en una entrañable aventura.

Sobre los actores poco puedo aportar más allá de un sonoro aplauso. Sin ser rostros conocidos del panorama nacional, me parece que se han comprometido con el proyecto de una forma memorable. Y esa dedicación es la que transpira durante todo el metraje, empapando al espectador y haciéndole participe de la “broma”, de la “diversión” y, finalmente, del gore, porque amigos: aquí hay tomate. Lo dicho, desde el cínico Rafa Casette hasta la guerrera y guapa Zida Marin, pasando por la diabólica Flora López y el niño cabroncete Nacho Martinez (el verdadero enlace con los ochentas), todos aprueban con nota pese a sus limitaciones naturales.

Puede que sea por el puro cariño que le tengo a Sergio, por mi amor hacía la época dorada donde descubrí el cine fantástico y de terror, puede que tal vez porque los payasos siempre me dieron miedo, porque mi amigo Bob Rock haya participado en el proyecto o, simplemente, porque es un cortometraje muy digno… pero la verdad que os recomiendo encarecidamente, y tomaros mi emoción con la relatividad que queráis, que vayáis a disfrutarlo el próximo sábado día 6 de Octubre al espacio Brigadoon en Sitges. A las 16:00 tendréis a sus creadores esperándoos con la motosierra entre manos.

Se trata solo de un poco de diversión de serie b. ¿Te la vas a perder?