V/H/S

Para muchos de los que somos aficionados a esto del terror, las películas de episodios son una debilidad. Sucede como con las de animales mutados, muñecos asesinos o posesiones demoníacas: la mayoría son malas o decepcionantes, pero no somos capaces de mirar hacia otro lado cuando llega la nueva producción. En el caso de las antologías de terror hay varias que dieron el pelotazo. Puede que la más recordada y comentada a nivel popular sea la magnífica Creepshow (1982), uno de los pocos casos en los que todas las historias mantienen un nivel elevado. Hay otros ejemplos de gran calidad, previos, como el sorprendente telefilme Trilogía del terror (1975), o posteriores como la impactante Three…Extremes (2004). En todas esas historias cortas, que en ocasiones se cruzan entre sí y otras veces son relatos independientes, hemos visto de todo: zombis, fantasmas, monstruos de variadas formas, colores y tamaños, momias, hombres lobo, vampiros, gárgolas, animales poco domesticados, muñecos que cobran vida, psicópatas, niños malvados, posesiones, aliens, y así podríamos seguir hasta citar todos los personajes y subgéneros del cine fantástico, el terror y la ciencia ficción. Por todo ello, poca cosa puede innovar una antología de terror actual en cuanto a temas a tratar. Sin embargo, en cuanto a las formas, hay algo que en el mundo occidental no ha sido muy explotado todavía: el found footage.

V/H/S ha sido anunciada a bombo y platillo a través de la red como la nueva película polémica para festivales. Como sucedió otros años con, estas sí brutales, Martyrs (2008) o A Serbian Film (2010), la publicidad morbosa se hizo presente por medio de desmayos y mareos varios en algunas salas donde se había proyectado. Algo de lo que os habló el compañero Asier Fernández en una noticia que publicamos en Almas Oscuras. Uno de los sucesos en cuestión ha tenido lugar en el Festival de Cine Independiente de Sundance. Ya se sabe, que si se han desmayado, que si necesitan atención medica, que si unos maleantes estaban fumando un porro durante la sesión. En fin, aunque cabe la posibilidad de que todo esté preparado, también debemos comprender que un público de Sundance, al menos en gran parte, no es lo mismo que un público de Sitges. Me da en la nariz que aquí nos encontraremos con más espectadores arqueando una ceja por indignación que pidiendo ambulancias. Y es que, pese a no parecerme una mala película, la sensación general es algo decepcionante si uno entra a la sala con expectativas elevadas.

Sea como fuere, y dejando a un lado el hype, intentaré hablar de V/H/S de una forma imparcial y lo más justa posible para con sus valores como antología del terror moderna. Y lo haré, paso a paso, comentando cada una de las historias que han escrito y dirigido unas cuantas promesas del terror indie: Matt Bettinelli-Olpin, David Bruckner, Tyler Gillet, Justin Martinez, Glenn McQuaid, Nicolas Tecosky, Radio Silence, Joe Swanberg, Chad Villella, Ti West y Adam Wingrad.

Amateur Night

De David Bruckner

Un grupo de amigos sale de fiesta en busca de chicas. Uno de ellos, el pardillo, tiene la misión de ir grabando todo con una mini cámara implantada en sus gafas. En una discoteca conocen a varias chicas. Entre ellas, hay una que se comporta de forma muy extraña y que tiene fijación con el pardillo.

Es la primera historia, y como suele pasar, intentan que sea un arranque potente para captar la atención del espectador. En cierto modo lo consiguen. El problema de Amateur Night se encuentra en la cámara: su movimiento puede provocar mareos crónicos, y seguramente sea la razón de los vómitos en algunos festivales (sic). Se mueve demasiado, incluso tratándose de un found footage. En los momentos de tensión se entiende, pero coño, hay momentos que parece que el pringado de las gafas tiene ataques de epilepsia. Pese a ello, y si uno puede soportarlo, encontrará una intriga efectiva, sobre todo gracias a la excelente labor de Hannah Fierman como la chica de comportamiento extraño, que desemboca en un clímax sangriento y con algún que otro hallazgo visual interesante.

Second Honeymoon

De Ti West

Una pareja de viaje por Estados Unidos se aloja en un cutre-hostal. Alguien llama al timbre. Según él, se trataba de una mujer de aspecto amenazante. Sin darle más importancia a la extraña visita, se van a dormir. Durante la noche, alguien entra en la habitación.

La cosa decae. Del relativo impacto del primer episodio pasamos a una especie de slasher que termina por aburrir pese a sus intentos por crear una atmósfera inquietante. Demasiado convencional y reiterativa, guarda algún que otro momento gore sucio y malsano y un giro final atropellado.

Tuesday the 17th

De Genn McQuaid

Un grupo de amigos van a pasarlo bien a un bosque. Una de las chicas afirma de modo tajante que todos morirán allí. Aunque les parece raro su comportamiento, deciden seguir como si nada. Poco después, empezarán a caer uno a uno víctimas de un asesino imposible de visualizar.

Como se intuye por el título, se trata de un slasher rollo Viernes 13 que no tendría nada de especial de no ser por la naturaleza imperceptible de su asesino. Aunque la historia tiene menos sentido que una lluvia de ranas, se las apañan para crear un clímax enrarecido y hemoglobínico. Un poco casposa, pero puede pasar si estáis con las exigencias en horas bajas.

The Sick Thing that Happened to Emily When She Was Younger

De Joe Swanberg

Una chica mantiene con su novio una conversación a través de la web cam. Le confiesa que ha sufrido experiencias sin explicación en su casa, y le invita a que vaya observando lo que ocurre.

Siguiendo la moda iniciada por Paranormal Activity, tenemos una historia de fantasmas “en directo” con algunos sustos conseguidos y otro poco de relleno sin interés. Por suerte, al tratarse de un segmento de apenas veinte minutos, no tienen el mismo tiempo para perder que los responsables de la exitosa película citada. Mantiene el suspense, pese a un giro final flojo.

10/31/98

De Matt Bettinelli-Olpin

Unos amigos viajan a una mansión donde piensan que se está celebrando una gran fiesta. Una vez allí, no encuentran a nadie en las habitaciones y todo está en silencio. Todo, salvo un lugar en el cual, lo que parece ser una secta, está completando un ritual de tortura.

Igual que se suele intentar que la primera historia sea un arranque que capte la atención, para lo último guardan lo mejor. Y este, sin duda, es el mejor segmento de la película. Tampoco es que eso sea un privilegio, pues la media de calidad es modesta, pero en este caso no me baso únicamente en la comparación, sino en la calidad individual. Son alrededor de quince minutos entretenidos, impactantes y aterradores, con un imaginativo uso de los efectos especiales y un ritmo arrollador. Un magnifico cierre que sube algún punto al conjunto.