Bingo

Aquí en España ya destaparon Andrés Pajares y Fernando Esteso los peligros del bingo para la salud, tanto mentales como físicos, y de paso perseguían faldas en lo que sería la, probablemente, mejor comedia española de todos los tiempos: Los Bingueros. Bromas a parte, nos llega la noticia de que los japoneses quieren continuar la senda de nuestras dos luminarias patrias del destape, pero esta vez el dedo índice de la mano de San Nepomuceno señala en una dirección más próxima a la ya mítica Battle Royale, o, si me apurarías, hacia la tendencia lúdico/dramática/juvenil que Los Juegos del Hambre ya han tenido a bien presentarnos tanto en formato literario como cinematográfico.

Sabemos de la capacidad mimética, o imitadora, de los japoneses, pero en este caso la historia original detrás de esta curiosa Bingo se remonta a una colección de relatos publicada en 2005 por el famoso escritor de terror, en su tierra se entiende, Yusuke Yamada. Mientras que la novela de los juegos del hambre se publicaría alrededor de 2008. Pero tampoco nos pongamos tiquismiquis con la originalidad de un argumento que se basa en el sencillo y manido concepto de un futuro distópico donde la muerte se ha convertido en un entretenimiento y negocio como ya lo fuese durante la época del Imperio romano. De hecho, tanto Stephen King, con su novela The Running Man bajo el brazo, como Mel Gibson y su Cúpula del Trueno o el propio Roger Corman con la mítica La Carrera de la Muerte del Año 200 a cuestas, tendrían algo que decir al respecto de la frescura del argumento de Bingo.

La cuestión es que la cinta ya ha sido estrenada, el pasado 22 de Septiembre, en Japón con bastante éxito de taquilla y eso que tras el proyecto nos encontramos con un director bastante hundido en la serie b nipona: Yohei Fuhuda. Cineasta y guionista que colaboró como cinematógrafo en la obscena Grotesque, aprendiendo los vericuetos del estilo terrorífico para desplegarlos en X Game (2010), Oneechanbara: The Movie (2008) y Tokyo Gore School (2009). Sin embargo, es Bingo su película más ambiciosa hasta la fecha y es que cuenta con un actor de moda por sus apolíneos rasgos, Kazuki Shimizu, y una ídolo pop llamada Sakiko Matsui, del grupo AKB48, llamada a causar desmayos adolescentes por las aulas de los colegios japoneses. Como veis, el habitual mejunje oriental que se presenta bastante típico dentro de la producción cinematográfica japonesa.

Desde la perspectiva de un servidor, la clave sería saber si su estética tenderá a lo blanco o la carmesí. Cualquiera que haya visto la genial Battle Royale sabrá que buena parte de su éxito, aparte de en la presencia de Kitano, reside en lo visceral de sus muertes, en lo cruel de su propuesta. Aunque lo dude seriamente, espero que Bingo dignifique de nuevo el subgénero de “juegos mortales en un futuro distópico”, definición que me acabo de inventar como quien no quiere la cosa. Por cierto, ¿cuál es vuestra película favorita incluyendo deporte, futuro y muerte?