Inbred

Un grupo jóvenes delincuentes urbanos son condenados a realizar servicios a la comunidad en un extraño y remoto pueblo llamado Yorkshire. Un incidente menor con uno de los lugareños se transforma rápidamente en una pesadilla delirante, empapada de sangre para todo el grupo…

Muchos sois los que ya habréis oído hablar de este curioso film del director “Alex Chandon”, incluso algunos tuvisteis la oportunidad de disfrutarlo en el Festival de Sitges del año pasado. Lo cierto es que fue un film que se hizo notar, obteniendo críticas positivas en su mayoría, además de gozar de un tráiler promocional más que sugerente.

El argumento es sencillo: un grupo de jóvenes problemáticos se reúnen junto a dos instructores para realizar una excursión a un pequeño pueblo aislado de la civilización, compuesto de una población un tanto extraña con instintos psicópatas y de comportamientos anormales. Es obvio que de “Inbred”, lo único que uno NO puede esperar es encontrarse con un intenso drama. En seguida se palpa ese tono cómico enfermizo del film, de manera que inmediatamente queda muy claro que “Inbred” no es un producto que se pueda tomar en serio. Abusa demasiado del humor negro, tanto es así que resulta absurda en todos los sentidos. Y es que cuando se afrontan este tipo de producciones, el espectador solo tiene dos salidas: o caer en gracia o, por el contrario, caer en la más absoluta de las desgracias.

Desgraciadamente, en sus primeros minutos, “Inbred” cae en desgracia —valga la redundancia—. Pocas veces he visto un film capaz de sacarme tanto de quicio. De entrada lo de “Inbred” es una auténtica pasada; no obstante hay que reconocer que, poco a poco, la película consigue su propósito: uno empieza a cogerle ese puntillo tan delirante y excesivo que tanto la caracteriza. Cuando se visiona por primera vez “Inbred” te vienen a la cabeza multitud de títulos, empezando por un más que aceptable homenaje a la española “¿Quién puede matar a un niño?”, continuando con el clásico de 1932 “Freaks” y finalizando con la polémica “La matanza de Texas”; pero sin lugar a dudas el film estrella a homenajear es “2000 maníacos”. Pero llegados a este punto, mi problema con “Inbred” está muy claro: destaca más por sus homenajes que por sí misma. Podría pasar por un remake o secuela de “2000 maníacos” perfectamente, no encontramos nada que no hayamos visto en otros remakes de la ya nombrada y, finalmente, tan solo destacaría por ser una producción británica-alemana. En resumen, carece de personalidad.

Una de las virtudes de la película es, precisamente, uno de los aspectos más odiados por este servidor: los personajes repulsivos. Uno se tira toda la película lamentando tener que soportar a este grupillo de personajes estereotipados hasta límites insospechados; tanto es así que terminé deseando la muerte de casi todos ellos, a excepción de nuestra querida Kate, que acabó haciéndose con un pequeño hueco en el corazón de un servidor. Todo lo contrario que el personaje de la muda gótica, que si por mi fuera iba directita a los cerdos la primera; pero, desgraciadamente, la chica goza de una esperanza de vida bastante cuantiosa. Un segundo entonces… ¿Dónde está esa supuesta virtud de la que hablas? Pues resulta que una de las cosas por las que destaca “Inbred” es por su gore; sangre por todas partes, recordad que el film de referencia es “2000 maníacos” y uno de los objetivos de “Inbred” es el de superar la demencia de aquella a toda costa. Así que el gore es algo que está muy presente y en este aspecto os puedo asegurar que la película se sale; es, sin lugar a dudas, lo mejor de “Inbred”. Consigue algo que los remakes de “2000 maníacos” fueron incapaces de lograr: poner en un aprieto al espectador hasta el punto de que le den ganas de mirar hacia otro lado; y lo logra, sencillamente, porque “Inbred” sabe incorporar torturas originales y muy trabajadas. Además, por suerte, también destaca por una calidad técnica bastante decente, en especial su fotografía. El reparto, personalmente, me parece correcto. Quizá mucho más estereotipado de lo que debería y con alguna que otra sobreactuación de por medio, pero lo que importa es que el reparto principal cumple medianamente por mucha manía que les cojamos a sus respectivos personajes.

Sin embargo todavía nos queda la peor parte… El film tarda demasiado en arrancar. Se tira media hora indagando en estupideces a través de pistas obvias y de momentos completamente fuera de lugar, con la simple intención de buscar la gracia facilona de siempre, y tocando temas ya algo típicos en este tipo de películas como son la consanguinidad o el maltrato y abuso de animales. Sinceramente, que queréis que os diga, en mi opinión, por muy satírico que sea el tono de “Inbred”, no me resulta una excusa válida para justificar lo expuesto y de la manera que se expone. Resulta todo algo forzado, y ya no hablemos de ciertos momentos absurdos como SPOILER el de la famosa caída, que curiosamente acaba con el desgarramiento de una arteria de la femoral derecha. Lo dicho… demasiado forzado. O de ese clímax con las botellas de vodka, recordemos que supuestamente este grupo de adolescentes ya había tenido problemas con el alcohol, por lo que sorprende que no sepan diferenciar entre agua y alcohol resultando, otra vez, una situación demasiado forzada. FIN DE SPOILER En cualquier caso se agradece la mala leche del film, a pesar de esos momentos a los que no les vi esa gracia enfermiza que se buscaba.

En resumen, “Inbred” resulta ser un film simplemente entretenido, una salvajada capaz de satisfacer a todo buen amante del gore. Pero si buscáis algo más que gore os encontrareis con un producto que se queda a medias. Tarda mucho en arrancar y es incapaz de aportar algo nuevo. A todo ello debemos sumarle momentos demasiado forzados que resultan incoherentes y paradójicos con la intención de hacer la gracia de turno.