The Naked Lunch

“Timadores del mundo,hay un primo con el que no podéis: el primo que lleváis dentro”. Williams S. Burroughs

William Seward Burroughs (San Luis, Misuri (1914) – Kansas (1997)), novelista, ensayista y crítico social estadounidense, nació en el seno de una familia acomodada. Ya de niño descubrió su homosexualidad latente en sus novelas y una pasión por las armas de fuego hasta el final de sus días. Tras una etapa autodestructiva durante los años 40 y una incursión en la literatura pulp con la novela Yonki, se dedicó en los 60 a escribir con frecuencia. Su obra es intensamente autobiográfica y en ella plasma sus adicciones a la heroína y otras substancias. Entre sus obras más destacadas figura Yonki, Queer (Marica) y The Naked Lunch (editadas por Anagrama en España). La técnica que desarrolló en ésta última fue el cut-up: consiste en colages narrativos o intentos de destruir las reglas sintácticas o semánticas sin perder el sentido de la narración. Dicha técnica ha servido de inspiración a cantantes como David Bowie o Patti Smith admiradores de su obra, para escribir sus letras. Según Burroughs el individuo esta alienado con el lenguaje al que considera un virus que reside en su mente como hábitat y los infectados por él no saben que lo están. Burroughs formó parte del movimiento o generación beat o grupo de intelectuales y artistas americanos que definieron una nueva cultura, tras la II Guerra Mundial. Mantuvo contactos importantes con Allen Ginsberg (del que se cree que fue su amante) y Jack Kerouac precursores de dicho movimiento beat.

El Almuerzo Desnudo (1959) y David Cronenberg unieron sus destinos cuando en el festival de Toronto de 1983 el productor Jeremy Thomas contactó con David para hablarle de su intención de adaptar la imposible novela. Thomas al comprobar la extraordinaria visión del director canadiense (admirador declarado de Burroughs) y obtener el sí, decidió comprar los derechos de la novela. Ante la dificultad de rodar en Tánger (donde pasa la mayor parte de la acción) se optó por recrearlo en una nave industrial de Toronto.

La película se abre con unos títulos de crédito inspirados en los trabajos del gran Saul Bass (colaborador habitual de Alfred Hitchcock), al compás de la partitura del habitual Howard Shore y el ritmo de la música Jazz de Ornette Coleman.

Su trama nos presenta a Bill Lee (seudónimo de Burroughs, interpretado por Peter Weller) escritor que trabaja como exterminador de cucarachas. Su mujer Joan (Judy Davis) una yonki que se chuta el polvo insecticida de la máquina de Bill y sus amigos Martin y Hank (alteregos de Kerouac y Gingsberg) con los que Bill mantiene conversaciones que divagan entre literatura y filosofía. A raíz del asesinato de Joan, provocado involuntariamente por Bill, añadido al acoso de la policía de narcóticos que sufre, éste se ve obligado a abandonar América y refugiarse en Tánger, donde tiene su sede central Interzona: una corporación imaginada por sus delirios. Sus constantes alucinaciones provocadas por el pelitre (polvo insecticida amarillento) y una nueva droga la carne negra que le suministra el enigmático Dr. Benway (Roy Scheider) le llevará a creerse un agente infiltrado en Interzona que mediante informes e investigaciones intentará destapar la conspiración de los malvados ciempiés.

Cronenberg, sin ceñirse fielmente a la novela, retrata América ofreciendo una visión nihilista con trasfondo de cine negro policiaco de los 60. Para ambientar Tánger recrea un marco más sobrecargado y barroco. Detalles visuales como esos ciber-cafés arcaicos donde las máquinas de escribir sustituyen a los ordenadores actuales, permitiendo el desarrollo de la escritura mientras se consume una copa. Esos planos medios con parte del decorado y personajes filosofando sobre literatura y temas pseudo-intelectuales narrados como si de un relato audiovisual se tratase. Y la escena donde Joan habla con Bill de sus cuelgues, denominándolos chutes kafkianos, que le hacen sentirse como un insecto (clara referencia al relato la metamorfosis de Kafka). O el extraño incidente de la segunda esposa fallecida de Burroughs en México que el director aquí recrea hasta en 2 ocasiones idénticas (América y Tánger) con Bill disparando a lo Guillermo Tell a las dos mujeres que quiere. Todo ello remarca la íntima comunión de cine y literatura que aplica el director. Otro tema es la fotografía de Peter Suschitzky bañando las imágenes con tonos amarillentos y marrones, reflejo del desasosiego que reina en la película.

Pero donde Cronenberg se explaya a gusto es en las abundantes dosis de escenas/momentos oníricos y perturbadores, llenos de perversidad y monstruoso bizarrismo alucinógeno. Máquinas de escribir transformadas en imposibles insectos que ordenan y buscan placer a través de sus teclas; criaturas como los Mugwumps de las que emana una sustancia terriblemente adictiva; cabezas de Mugwumps con teclas de escribir en lugar de dientes; monstruos sedientos de sexo, hombres que se esconden en cuerpos de mujeres… en fin, una orgía de excesos excelentemente coreografiada por los maquillajes y criaturas creados por los grandes Chris Walas INC.

Mención aparte merece la labor interpretativa de todos sus personajes: empezando por un extraordinario y muy contenido Weller como Bill. Una Judy Davis interpretando a las 2 mujeres que ama el protagonista y que consiguió el premio de la crítica de Londres y Nueva York por su interpretación en este film en 1991. Y una galería de secundarios como Julian Sands (Boxing Elena) como el ambiguo Yves Cloquet o Ian Holm como Tom Frost, convincente. Y Roy Scheider como el pérfido Dr. Benway borda una templada e histriónica actuación acorde a su revelación final.

El almuerzo desnudo es un paranoico, enfermizo y ambiguo viaje lleno de surrealismo visual y con una sugerida, aunque intensa carga homoerótica, excepto por el tórrido romance de Bill con Joan Frost. Sólo recomendable para muy acérrimos fans de Cronenberg o entusiastas de rarezas imposibles y arriesgadas. No esperéis un guión coherente y lineal o unos personajes definidos. Abandonad toda lógica y sumergiros en su psicotrópica trama para degustarla con toda intensidad, tomándola con muuucha calma y paciencia.

The Naked Lunch esta editada en DVD por Avalon en 2007 en VO con unos excelentes subtítulos españoles y en edición de 2 discos compuestos por interesantísimas biofilmografias, trailer, entrevista a Jeremy Thomas, making off y el cortometraje: Snuff (2000) de Borja Crespo.

Reseña por Alfonso Bayo