House Hunting

The Wrong House es una película escrita y dirigida por Eric Hurt que, inconcebiblemente, pasó a llamarse House Hunting, título carente de significado alguno para dicha película. Pero teniendo en cuenta que el título original pertenecía a otra película… se le puede perdonar. En cuanto al género tan solo diré que NO, no es un torture porn… aunque personalmente creo que habría salido victoriosa si se hubiera decantado por esta etiqueta.

Entré en una casa, y no era una casa,
Tiene una gran escalera y un estupendo gran salón;
Pero no tiene un jardín,
Un jardín,
Un jardín,
No es como una casa de verdad.

El concepto, aparentemente, no es muy complejo. Dos familias son invitadas a ver una casa, con opción a compra, en mitad del bosque. Una vez en el interior se encuentran con una casa destartalada, atrapado en otro tiempo y de la que no pueden escapar. En su intento de huída se encontrarán con una joven fustigada, repleta de magulladuras y a la que le han cortado la lengua.

Pese al buen aspecto de la premisa y a un montón de buenas críticas obtenidas, el argumento de House Haunting es bastante tedioso y algo trillado. Evidentemente tenía muy claro el concepto una vez empieza a desarrollarse la historia. El juego que se nos propone ya lo hemos visto anteriormente. La historia cíclica ya escrita, la historia predestinada a sucederse contínuamente. El problema de dicho juego, es que empieza tras un mes de convivencia… sí, habéis leído bien: un mes viviendo en la misma casa, y jugando al mismo juego; y así, de la nada, empiezan a caer como moscas. Y encima están convencidos de que va a colar; pues no, no cuela. A mí como espectador ya me habían perdido. Sé qué es lo que se pretendía hacer con dicho mes, pero eso no justifica lo histriónico y absurdo que resulta todo.

Entré en una casa, y no era una casa,
Tiene un gran jardín y una estupenda alta muralla;
Pero no tiene un árbol de mayo,
Un árbol de mayo,
Un árbol de mayo,
No es como una casa de verdad.

Dentro de la basura que es el guión, hay ciertos detalles que he podido salvar. El primero es el concepto de “casa”. Resulta ingenioso (muy a lo AHS), y además refleja muy bien ese toque absorbente capaz de enloquecer a todo aquél que se atreva a pisarla. En realidad, lo que se nos muestra no es una casa; digamos que es una especie de purgatorio tirando a infierno. Un lugar en el que los pecados se hacen realidad y en el que basta con que caiga uno solo de sus inquilinos en la perdición, para que el resto estén sentenciados. También destacar ese toque original que utilizan para salir del mencionado trance temporal, y que lamentablemente, en última instancia, se cargan de la forma más patética que os podáis imaginar. A lo que se suman esa vastedad de lagunas en el guión que, en el fondo, sabemos que nunca van a desvelar.

Entré en una casa, y no era una casa,
Lentos pétalos blancos del árbol de mayo caen;
Pero no tiene un mirlo,
Un mirlo,
Un mirlo,
No es como una casa de verdad.

Visualmente no me puedo quejar, House Haunting está por encima de la media. En especial quiero destacar esa secuencia de la joven desconocida, magullada, corriendo por el bosque; es una secuencia sensacional. Con el reparto tengo mis reproches. Digamos que tiene sus puntos buenos y malos. Entre sus puntos buenos destacar a Marc Singer, y entre los malos una mención especial para Janey Gioiosa, nuestra protagonista…, un florero insípido.

Entré en una casa, y pensé que era una casa,
Podía escuchar al mirlo del árbol de mayo gritar…
Pero nadie lo escuchó,
nadie
Me gustó,
Nadie la quería de verdad.

En resumen, House Haunting es una cinta parsimoniosa que os podéis ahorrar perfectamente. Para el aventurero que se adentre en ella, le recomiendo que vaya con pocas expectativas y teniendo una idea clara de lo “lacustre” y hueco que es el guión (aunque sí os engancha no creo que le deis importancia). Eso sí, las palabras que le acompañan, compuestas por Alan Alexandre Milne, brillantes. Evidentemente, no la recomiendo.