Buenas noches dijo la señorita pájaro

Rocambolescas y artificiales tramas policíacas que sirvieron de pretexto para orquestar toda una serie de películas en las que, por regla general, se priorizaba el apartado estético y la búsqueda del impacto puramente visual (nunca la sangre fue tan roja), sobre la posible coherencia de un guión a menudo más preocupado por la inserción de detalles macabros y pasajes violentos - hermosamente violentos – que por la verosimilitud de lo expuesto.

Esta sería, a grandes rasgos y definida de una manera bastante torpe - para qué negarlo… – , la esencia del giallo, subgénero surgido en italia durante la década de los 70 y al que dieron carta de identidad cineastas tan destacados como Mario Bava, Sergio Martino o Dario Argento. ¿Que porqué os explico todo esto? Pues sencillamente porque Buenas noches dijo la señorita pájaro, película independiente que el director César Del Álamo ha sacado adelante con un exiguo presupuesto de 3.000 euros (ahí va una maldad… menos dinero del que han necesitado los directores de The ABCs of Death para dar vida a sus cortometrajes de cuatro minutos de duración) se postula como un sentido homenaje al giallo, tanto a sus formas (donde ya os aviso que habrá que tener muy en cuenta las limitaciones presupuestarias) como, sobre todo, a sus lugares comunes, piruetas argumentales y su, en ocasiones, impostada y artificiosa puesta en escena.

La carrera artística de Sonia, una joven actriz de teatro, empieza a despegar al tiempo que intenta mantener a flote la relación sentimental que la une a Óscar, casado, a su vez, con la hija de un poderoso empresario. Por otro lado la policía investiga los crímenes de un asesino en serie que envía fotografías comprometidas a sus víctimas antes de acabar con ellas. Sonia acaba de recibir una de esas fotografías…

Un asesino en serie del que tan solo vemos sus manos enfundadas en unos guantes de cuero, las pistas falsas, los falsos culpables, gestos y detalles que pasan prácticamente inadvertidos pero que acabaran siendo cruciales (atención a la genial manera en la que, casi sin darnos cuenta, César Del Álamo nos hace partícipes del juego), el trauma infantil que sobrevuela constantemente la trama, la pareja de policías (excelentes Javier Iribarren y Maya Reyes) que siempre van un paso por detrás del asesino…; desde luego Buenas noches dijo la señorita pájaro es exaustiva a la hora de abastecerse de la gran mayoría de clichés y lugares comunes del giallo e incrustarlos, con gran acierto, en el desarrollo de un thriller de tintes casi folletinescos que, sin resultar excesivamente original, sí logra unas cotas de suspense e incertidumbre más que suficientes para mantener la atención del espectador en un punto idóneo a la espera de un tramo final que sin duda alguna constituye el plato fuerte de la función.

Visualmente Buenas noches dijo la señorita pájaro intenta siempre sorprender al espectador con recursos de estilo propios del subgénero: angulaciones imposibles, primerísimos planos, pantallas partidas (la sombra del primer Brian de Palma también es alargada)… El resultado probablemente diste de ser espectacular - quizás el visual sea el apartado en el que la película se resiente con mayor fuerza de sus carencias presupuestarias – , pero a pesar de ello Buenas noches dijo la señorita pájaro nos ofrece momentos puntuales tan logrados como el plano secuencia que abre la película (protagonizado por una indispensable Alba Messa) o la hermosa ejecución del primer crimen cometido por el asesino en serie.

Pero más allá de mimetizar, en mayor o menor grado, con mayor o menor acierto, las constantes vitales de un subgénero como es el giallo; creo sinceramente que la obra de César Del Álamo debe ser destacada por un elemento que se aleja de dichas cuestiones – pertenecientes, quizás, a un plano más académico – y que probablemente sea mucho más decisivo para el potencial espectador de la película: su enorme capacidad para divertir y entretener. Si durante su desarrollo, como ya he apuntado anteriormente, logra captar y mantener en vilo la atención del espectador con una relativa facilidad; es en el tramo final de la película cuando César Del Álamo decide subir la apuesta – aumentando considerablemente el riesgo – al exagerar los trazos de un subgénero que, por sí mismo, tiende a la hipérbole y a la exageración; lo que provoca que Buenas noches dijo la señorita pájaro abandone por momentos su condición de mero homenaje al giallo para acercarse, con absoluto conocimiento de causa y asumiendo toda la responsabilidad que de ello se deriva, a los límites de la parodia. Del Álamo nos ofrece un divertídisimo tramo final que concatena improbables e inverosímiles giros argumentales capaces de tensar la cuerda al máximo y poner al espectador en la tesitura de tener que participar, por narices, en una travesura o un juego cuyas reglas deberán ser aceptadas si realmente se quiere disfrutar de la película.

No será fácil… ya os lo advierto. Esa acumulación de giros, trampas, socavones, vueltas de tuerca…; condensados, además, en un espacio tan corto de tiempo, es probable que acabe saturando a más de un espectador que quizás haya cometido el error (comprensible) de, hasta llegar a ese instante, tomarse las cosas demasiado en serio. Buenas noches dijo la señorita pájaro, a pesar de su aparente complejidad, no deja de ser un guiño, un juego, una ocurrencia… pero servida con tal grado de inteligencia, honradez y, por que no decirlo, talento, que acaba resultando una experiencia deliciosa. Juguetona, ingeniosa y tremendamente divertida. No dejéis pasar esta oportunidad.