The Toxic Avenger

Melvin, el chico de la limpieza de un gimnasio de la pequeña localidad de Tromaville, cae en una cuba radioactiva cuando huye de una pandilla de jóvenes acosadores. Las radiaciones le convertirán en un monstruoso mutante con superpoderes, los cuales usará para liberar del mal a la ciudad…

Me dispongo a disfrutar nuevamente - tras 15/20 años transcurridos desde la última vez que la vi – de todo un clásico del cine trash como es El Vengador Tóxico (The Toxic Avenger, 1984) y me asaltan las habituales dudas: ¿Habrá envejecido mal la película? ¿Destruirá este nuevo visionado el pedestal en el que tengo colocado al Vengador Tóxico desde mis años mozos? ¿Seré capaz de volver a disfrutar de la película como antaño? ¿O quizás sea yo el que esté envejeciendo mal?

Tan solo hay una manera de resolver toda esta acumulación de dudas: volver a enfrentarme a la mugrienta fregona del gran Toxie. De manera que espero pacientemente a que todo el mundo en casa duerma, lleno mi vaso del Foster Hollywood hasta arriba de coca-cola (pedazo de “product-placement” por el que no voy a cobrar ni un puñetero euro) y escojo la “Versión Original” en Filmin convencido de que nunca antes he tenido la oportunidad de ver The Toxic Avenger en el idioma en que fue rodada la película. Tirando de refranero, “Nunca es tarde si la dicha es buena…”

Lo primero que aparece en la pantalla de mi televisor es el mítico skyline que acompañaba al logotipo de la compañía (lo siento, no recuerdo si en la actualidad el skyline todavía está presente), capaz de hacerme retroceder en el tiempo y rememorar, con cierto puntito de nostalgia, aquellos años de video-club en el que cualquier hallazgo tromático (Toxic Avenger, El día de la madre, Redneck Zombies, Los surfistas nazis deben morir…) era celebrado con el exceso de júbilo y alegría propios de la juventud. Lo que viene a continuación es un festival de tetas y culos (marca de la casa), humor chusco y políticamente incorrecto (marca de la casa), situaciones grotescas (marca de la casa), violencia desmedida, diálogos absurdos y gore gamberro que invita a la carcajada contínua (marcas de la casa).

Así es… de ser un poquito más inteligente podría haberme ahorrado tanta “marca de la casa”. Desde el mismo instante en el que el vengador tóxico debutara en 1984, diez años después de la fundación de la Troma, Toxie se erigió como el gran estandarte de la compañía, hasta el punto de que hoy en día, si entráis en la página web oficial de Troma, podréis observar que el rostro de Toxie forma parte del actual logotipo de la mítica productora y distribuidora. The Toxic Avenger acabó convirtiéndose en la propia marca y las señas de identidad de la película se reprodujeron en decenas - quizás centenares – de producciones posteriores de la Troma. Por si fuera poco, The Toxic Avenger contó con un total de tres secuelas: The Toxic Avenger II (1989), The Toxic Avenger Part III: The Last Temptation (1989) y Citizen Toxie: The Toxic Avenger IV (2000); a las que debemos sumarle una serie animada e incluso un musical titulado The Toxic Avenger que debutó en los escenarios en 2008.

Ayer tuve la oportunidad de recuperar The Toxic Avenger gracias a Filmin, y todas mis dudas se desvanecieron a los pocos minutos. Toxie sigue en plena forma casi 30 años más tarde y yo sigo conservando parte de ese espíritu joven y freak que ya daba por perdido. Disfruté como un crio recuperando al viejo y querido vengador tóxico.
Por cierto, creo que en los últimos meses Arnold Schwarzenegger ha vuelto a mencionar que la posibilidad de un remake de The Toxic Avenger sigue viva. Es algo de lo que ya se viene hablando desde hace bastante tiempo. Steve Pink, director en cuyo currículum figura la comedia Jacuzzi al Pasado (reconozco que me reí) sigue sonando como el principal candidato para hacerse con las riendas del proyecto, mientras que el nombre de John Travolta, al que también se relacionó inicialmente con el remake, parece haber perdido fuerza. Schwarzenegger sí parece dispuesto a subirse al barco, aunque por supuesto se descarta que pudiera interpretar el papel protagonista de la película.