Found

Con la frase que acompaña esta reseña es con la que comienza Found, un brillante viaje al fondo de una pesadilla. Una cinta dura, sangrienta y perturbadora que además no se limita al impacto sensacionalista sino que posee, bajo su superficie, toda una reflexión y lectura.

David (Gavin Bronw) es un muchacho retraído, obsesionado con el cine de terror y los cómics, que por casualidad descubre que su hermano mayor, Steve (Ethan Phibeck) es un psicópata asesino que guarda las cabezas de sus víctimas como trofeos. Atrapado entre el amor que le profesa y el miedo a que este pueda asesinarle, David, mantiene en secreto su descubrimiento, tratando de comprender, aunque sea un poco, la naturaleza y los impulsos de su hermano y si él también contiene algo de su locura. Para colmo, David se encuentra cada vez más aislado: en el colegio sufre el maltrato y la burla de sus compañeros. En casa, sus padres prefieren no dar importancia a sus problemas con el ingenuo pensamiento de que el tiempo lo cura todo… Steve, por su parte, tiene en su hermano la única toma de tierra que le queda con la normalidad y no va a permitir que nadie le haga daño…

Found vuelve a colocar el horror en el seno de una familia de clase media norteamericana. Un lugar en apariencia idílico pero que como antes hicieron títulos tales como Excision, An american crime, o Happinnes, puede alojar los más abyectos comportamientos. Al igual que en las cintas mencionadas, el descenso a los infiernos de Found funciona en gran medida gracias a lo inteligente y casi siempre acertado de su guión. Difiere, en cambio, en la forma de llevar al espectador allí; ya que aquí desde el primer minuto no hay rincón alguno para la esperanza, el humor o lo secundario; empezaremos con David y sus miedos y no lo abandonaremos hasta el último plano de la cinta (que desde ya, os adelanto es de esos que te dejan sin aliento y te acompañan varias horas después de salir del cine).

La dureza argumental de la película va acompañada también de una potente crudeza visual, no apta para estómagos sensibles, donde la sangre, las decapitaciones y los actos sexuales escabrosos, son explícitos pero a la vez necesarios para llevar al espectador a los horrores que atenazan al joven protagonista (la mayoría de esos momentos se concentran en una escena de la que hablaremos más adelante).

Pero limitar a Found a su historia superficial sería injusto, pues, todo este horror es vehículo para hablar de la violencia en nuestra sociedad, del racismo, de la homofobia, del bulling, de preguntar hasta qué punto contamina o puede contaminar la moral de las jóvenes generaciones la cultura de la violencia, de la responsabilidad de los modelos parentales en los contenidos a los que se accede, de preguntar por el origen del mal o plantearse hasta qué punto la sociedad consiente y acepta el daño a la persona que se sale de lo considerado normal. Una reflexión abierta, nada maniquea ni adoctrinadora, que puede llevar a debate y a diferentes opiniones a distintos espectadores.

Los fanáticos del cine de terror, esos que llevamos viendo cintas toda la vida, algunas de ellas desconocidas o de visionado incomprensible para el público común, encontraremos en Found un homenaje a nuestras primeras incursiones en el género; al placer que suponía meterse en un videoclub y buscar cintas raras, o el explorar en internet en post de alguna joya de la que apenas nadie ha oído hablar. Así, a mitad de la cinta, cobrará especial importancia el encuentro y visionado de un título en VHS, Headless (Sin cabeza), con la que nuestro protagonista, disociará y asociará, al mismo tiempo, el terror real del cinematográfico, a la vez que atisba la demencia en la que se encuentra sumergido su hermano. Una película dentro de la película que marcará (y de qué manera tan salvaje) el salto de lo que, hasta ese momento, era un drama sobre el paso de la infancia a la adolescencia, a una joya de terror contemporáneo.

Found es una producción realmente barata, costó aproximadamente 8.000 dólares, y tengo que deciros que en ningún momento se aprecia carencia alguna. La fotografía, el sonido, los efectos de maquillaje, la banda sonora, o su genial secuencia de créditos, son casi impecables y en lneas generales podría medirse, sin ningún complejo, con cualquier título de gran presupuesto en pantalla.

Los actores, pese a algunos secundarios algo flojos, también aprueban aunque con mucha menos de nota. Destacar a nuestro protagonista que, pese a ser su primer papel, demuestra un dominio y unos registros interpretativos sobresalientes y muy por encima del resto del elenco. Tampoco su hermano se quedará corto, aunque su interpretación es más irregular y sólo logra brillar en el último tramo de la cinta.

A pesar de disfrutar enormemente sería injusto no señalar lo forzado que llega el guión a su acto final. Algo que se acentúa por el ritmo pausado con el que se ha llevado al espectador a lo largo del film. Existe un salto en la actitud de algunos personajes que es incongruente con escenas anteriores y que resta verosimilitud al cierre.

En cualquier caso, el director, Scott Schirmer, co-guionista junto al autor de la novela en la que se basa, Todd Rigney, ha logrado algo al alcance de muy pocos; una obra que será de culto. Una pieza de horror (que no de miedo) cuyas imágenes se quedan en la cabeza y regresan de cuando en cuando para volver a ponernos la carne de gallina. Una cinta indispensable para los amantes de las sensaciones fuertes cuyo visionado (y adquisición en el caso de que llegara a distribuirse en nuestro país) recomendaría también a cualquier amante del buen cine. Así que si alguna vez tenéis oportunidad de verla no la dejéis escapar… os aseguro que no lo vais a olvidar.

Mucho y muy buen cine tiene que llegar estos meses para que Found no forme parte de lo mejor de este año que ya ha pasado su ecuador.