Pacific Rim

Nunca he sido especialmente fan de Guillermo del Toro. No obstante, es uno de los cineastas a los que tengo mayor respeto. Siempre ha sido lo que podemos llamar uno de los nuestros: un cinéfago empedernido y friki del cine fantástico como el que más. Un tipo que desborda empatía y crea interés por ver cada nuevo proyecto como director. Su carrera se ha dividido entre pequeñas películas autorales – Cronos (1993), El espinazo del diablo (2001), El laberinto del fauno (2006)-, con las que ha conseguido mejores resultados, y algunos viajes a Hollywood – Mimic (1997), Blade 2 (2002), Hellboy (2004), Hellboy II (2008)-. Ha estado los últimos cinco años centrado en la producción con desiguales resultados, pero su regreso a la silla del director ha querido hacerla por la puerta grande en todos los sentidos. Así, Pacific Rim se convierte la película más ambiciosa y cara del mexicano. Un capricho de fan para fans presupuestado en la friolera de 190 millones de dólares. No se trata de otro Transformers, como aventuraban algunos, ni tampoco de una copia de Evangelion, como aseguraron tantos otros. Es Del Toro, con sus virtudes y defectos, elevado por fin al nivel blockbuster.

Robots contra monstruos

Cuando legiones de monstruosas criaturas, denominadas Kaiju, comienzan a salir del mar, se inicia una guerra que acabará con millones de vidas y que consumirá los recursos de la humanidad durante interminables años. Para combatir a los Kaiju gigantes diseñan un tipo especial de arma: enormes robots, llamados Jaegers, que son controlados simultáneamente por dos pilotos cuyas mentes están bloqueadas en un puente neurologico. Pero incluso los Jaegers proporcionan poca defensa ante los incansables Kaiju. A punto de la derrota, las fuerzas que defienden a la humanidad no tienen otra elección que recurrir a dos insólitos héroes: un ex piloto acabado (Charlie Hunnam) y un aprendiz que todavía no se ha puesto a prueba (Rinko Kikuchi). Ambos se unen para traer a un legendario pero al parecer obsoleto Jaeger del pasado. Juntos, son la última esperanza de la humanidad frente al Apocalipsis que se avecina.

Robots gigantes contra monstruos gigantes. Punto. ¿Es esto malo? Nada más lejos de la realidad. En realidad, es una apuesta honesta por homenajear el cine de monstruos gigantes japoneses que él mismo disfrutaba de pequeño. No hay trampa ni cartón en la estructura, y tan solo encontramos la ventaja, pese a los añorados efectos stop motion y las maquetas, de unos apabullantes CGI de la Industrial Light & Magic. Algo de lo que se da buena cuenta en el espectacular arranque, con el que Del Toro no pierde el tiempo situándonos en plena batalla campal entre uno de los jaeger y un inmenso monstruo en pleno océano. Ahora bien, pese a que como apunté, la estructura es la esperada en este tipo de producto, el principal fallo del que se resiente es en el nulo desarrollo de personajes y la poco química entre ellos. No es algo de lo que no adolezcan del todo clásicos que han influenciado a Del Toro como Gozdilla en Japón bajo el terror del monstruo o el mítico Mazinger Z, pero no por ello deja de ser evitable.

La labor de Del Toro tras las cámaras ofrece una de cal y otra de arena. Si bien su estilo visual siempre nos regala imágenes vistosas y algunos planos memorables, en esta ocasión, culpa compartida con la sala de montaje, por momentos precipita demasiado la acción durante las peleas. Lastima, pues los FX rallan a gran nivel y cuando la cámara no se desquicia ni el montaje entra en ataque epiléptico, se consiguen minutos realmente asombrosos. Quizás el exceso de primeros planos en las confrontaciones es lo que menos ayuda a que podamos seguir la acción de manera fluida. Error, en todo caso, muy común en el cine actual. Obviando dicho frenesí y la sosa descripción de los personajes principales, nos quedan secundarios potentes como el siempre bienvenido Idris Elba o un divertido Ron Perlman. Y sobre todo, diversión desenfadada que evoca nuestros tiernos recuerdos infantiles* con las mejores intenciones. Pese a lo irregular durante el desarrollo, no cabe duda de que Pacific Rim, cuando se centra en el lado épico, entretiene.

¿Éxito o fracaso?

Pese a que todo parecía indicar que estábamos ante uno de los éxitos de la temporada veraniega, Pacific Rim se estrenó en USA como unos flojos 38 millones de dólares. Su recorrido fue poco entusiasta, finalizando su carrera en los 100 millones. Cifras que en productos más pequeños serían motivo de jolgorio entre sus responsables, pero no en el caso de una producción de casi 200 millones de presupuesto y alrededor de otros 120 en publicidad. Las suerte quedó echada a lo que ocurriera en el resto del mundo y sobre todo en mercados como China y Rusia, a los que Hollywood presta mucha atención desde hace varios años. En el caso que nos ocupa con más razón en el caso del mercado oriental, pues está especialmente diseñada para sus gustos. Y efectivamente, China ha sido el mercado más importante, superando incluso la recaudación USA, con más de 100 millones de dólares y convirtiéndose en el mayor estreno de la historia en aquel país. Con las cifras de China, Japón y otros países asiáticos, pese a la menor aceptación en Europa o América Latina, el total mundial ha ascendido hasta la fecha a los 407 millones.

¿Qué quiere decir esto? Pues que sumado a las excelentes previsiones sobre las ventas en DVD y Blu Ray y a las notables críticas tanto de medios como de público, se están planteando seriamente rodar una segunda entrega. Y un dato importante que se ha rumoreado es que podría haber un híbrido de jaeger y kaiju.