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El último pasajero

Bienvenidos a la aventura del Valkirie…

“Espuma noche y niebla. Una humedad que se filtra dentro de los huesos con la fuerza de una mala hierba enraizando, Agua turbia, oscura. Miles de metros de abismo debajo del barco, y en alguna parte, allá abajo, monstruos…”

Año 1939, Agosto. El barco mercantil Pass of Ballaster se interna en un plúmbeo banco de niebla durante su trayecto a través del atlántico norte. Temerosa y asombrada, la tripulación del buque es incapaz de dar crédito al sorprendente descubrimiento que se muestra ante sus ojos: Un lujoso y colosal trasatlántico, perteneciente al bando alemán, abandonado a la deriva sin signos evidentes de vida en su interior. Tres de los tripulantes son los encargados de subir a bordo del coloso a investigar las causas del hallazgo pero, tal como era de esperar, confirman que la embarcación está completamente desierta a excepción de un único e inesperado tripulante: un bebe de pocos meses, envuelto en un talit, abandonado a sus suerte en mitad de la pista de baile.

Setenta años más tarde, la periodista de origen español Catalina Soto, más conocida como Kate Kilory, decide aceptar un encargo del London New Herald, que gira en torno a esta increíble historia. Cuando empieza a tirar de los hilos, Kate se topa de bruces con pistas que la conducen hasta uno de los hombres más respetados y conocidos, tanto por su riqueza como su habilidad para los negocios: Isaac Feldman, un empresario de origen judío obsesionado con la leyenda negra que rodea al poderoso trasatlántico. Provisto de una tripulación compuesta por los mejores científicos y experimentados militares, Feldman llevará a cabo la hazaña que había estado previendo durante años: volver a repetir, paso por paso, la travesía llevada a cabo por el trasatlántico antes de su misterioso hallazgo en el año 1939. Absorbida por esta increíble historia que le impide pasarse el tiempo inmersa en su reciente desgracia personal, Kate logra formar parte de la tripulación del Valkirie, el mayor desafío al que nunca en su vida había soñado enfrentarse: Señoras, señores, permítanme que les dé la bienvenida al Valkirie. Antes de hacer las presentaciones y entrar en materia, quiero agradecerles de corazón que hayan aceptado participar en este viaje…”

El último pasajero es la última y asombrosa creación del periodista y abogado pontevedrés Manel Loureiro, el cual ha conseguido una importante repercusión a nivel mediático de la mano de obras literarias como Apocalipsis Z (2008, Dolmen), que comenzó como un blog que el autor escribía a modo de hobbie en su tiempo libre y terminó como un fenómeno de ventas a gran escala, o sus dos posteriores secuelas: Los días oscuros (Plaza & Janés, 2010) y La ira de los justos (Plaza & Janés, 2011) las cuales han logrado un éxito también arrollador y una cálida acogida por parte de crítica y público en diferentes partes del mundo.

Siguiendo la estela de éxito que envuelve a este joven novelista, no cabe otra cosa que remarcar la solvencia de la cual ha vuelto a hacer gala a la hora de construir una historia eficiente y sólida, que cuenta con los ingredientes necesarios para ser considerada como una obra eminentemente completa, de calificación sobresaliente: terror, gore, intriga, suspense, acción, amor y sexo a partes iguales. Todo ello, dentro del contexto de un inteligente y entretejido entramado, consigue que el lector se sienta totalmente abstraído en el contenido de sus páginas, un gran logro que otorga a la última obra de Loureiro el status de Page Turner de escándalo. A tenor de esto, cabría señalar a esta excepcional creación literaria, sin ánimo de ir por las nubes, como uno de los títulos más sugestivos y amenos dentro del ámbito de la literatura de misterio e intriga, muy por encima de creaciones más reconocidas y bastante más mediocres firmadas por autores de renombre tales como el señor Stephen King o su homónimo Dean Koontz.

Es más que posible que, en principio, la premisa representada a lo largo de sus 450 páginas pueda ser considerada como poco novedosa u original, puesto que no es la primera ni última vez que semejante escenario ha sido el elegido para la plasmación, tanto escrita como visual, de este tipo de situaciones tensas a la par que terroríficas. Buena cuenta de ello, pueden dar autores clásicos de la talla del británico William Hope Hodgson, cuya aversión por la vida marítima le llevo a escribir numerosos relatos de estas características que le valieron el reconocimiento póstumo como maestro del terror por parte de autores como H.P. Lovecraft o Ambrose Bierce. Otros claros ejemplos que se han dado a la utilización de este recurso, aunque de forma menos recurrente, han sido el inglés Richard Middleton con su relato El buque fantasma o el español y más contemporáneo Oscar Sacristán con su novela corta El misterio del Vislatek. Ambos, títulos incluidos en la maravillosa antología de relatos de terror Mares tenebrosos (Valdemar, 2011), dentro de la cual puede encontrarse un extenso abanico de narraciones dedicadas a ensalzar, a partes iguales, la belleza y el misterio del enigmático universo marítimo. Evidentemente, tal como señalaba en el párrafo anterior, también han sido numerosas las producciones dedicadas a plasmar este tipo de situaciones en pantalla. Entre los numerosos ejemplos que podrían enumerarse, cabe destacar Ghost Ship (Steve Beck, 2002), en la cual un grupo de rescate marítimo descubría los restos de un lujoso trasatlántico de origen Italiano en medio del estrecho de Bering, o Haunted Boat (Olga Levens, 2005), en la que unos jóvenes se embarcaban en unas terribles vacaciones a bordo de un buque de pesadilla.

Resulta de sobra evidente que El último pasajero constituye un sentido panegírico a este tipo de relatos ambientados en alta mar que, a su vez, han mamado de la tradición popular constituida, en muchos casos, a base de testimonios de aterrorizados marineros (tal como era el caso de Hodgson). No obstante, no resultan tan descabelladas estas creencias, puesto que existen fuentes de información perfectamente verídicas en las cuales se recogen casos tan reales como sobrecogedores, algunos de los cuales bien pudieran tacharse de ficticios debido al asombro que causan. El propio Loureiro se atreve a referir en su novela algunos de estos escabrosos sucesos, lo cual no ofrece lugar a dudas de las reminiscencias, tanto literarias como no ficticias, tomadas por el autor. Entre los más insólitos y sobrecogedores se encuentran:

El buque Mary Celeste, descubierto en el año 1872 a medio camino entre las islas Azores y Portugal, sin tripulación a bordo y con aprovisionamiento para seis meses de subsistencia.

El MV Joyita, encontrado a la deriva en el año 1955 abandonado, al igual que el anterior caso solo que, en esta ocasión, faltaban los botes salvavidas, las ventanas de la nave estaban rotas y, más tarde, se encontraron trapos ensangrentados que daban lugar a pensar en una resolución violenta por parte de los ocupantes. Como es sabido, jamás se supo nada de su tripulación.

Bastante más dramáticos fueron los hechos acaecidos en el interior del SS Ourang Medan, cuyos tripulantes fueron encontrados muertos con los brazos extendidos y los rostros paralizados por el miedo, incluyendo al único perro que se encontraba a bordo del buque. Momentos antes de este descubrimiento, varias naves que se encontraban en el mismo radio de acción que el desafortunado mercante, entre las que se encontraban La Ciudad de Baltimore y La estrella de plata, recibieron un desasosegante y entrecortado mensaje pidiendo auxilio. De forma inexplicable, una explosión en la bodega del barco propició que éste se hundiese rápidamente, antes de que pudiese esclarecerse más información acerca de este homicidio masivo.

Otro caso, más reciente, es el del yate de 10 metros Kaz II, encontrado en la costa norte de Australia en el año 2007. Los tres tripulantes que viajaban a bordo desaparecieron como por arte de magia, según pudo comprobarse tras analizar los equipos GPS del yate. A tenor del veredicto judicial, los navegantes saltaron por la borda al unísono, a pesar de que nunca aparecieron los supuestos cadáveres ni existieron otro tipo de pruebas adicionales que justificasen tal resolución.

Pese a que existe un número de incidentes de este tipo bastante amplio con características comunes a todos ellos, no serán desglosados aquí y ahora por razones obvias, la principal y más importante el analizar más en profundidad el caso que ocupa esta reseña. Son numerosas las cualidades, tanto a nivel formal como estilístico, que podrían enumerarse a la hora de valorar de forma crítica El último pasajero. Por supuesto, una historia convenientemente construida y unos personajes por los cuales el lector llegue a sentir “simpatía” o, mejor dicho, familiaridad, son un buen comienzo en toda novela o, digamos, la piedra angular de toda obra literaria que se precie. A este respecto, la novela de Loureiro cumple de sobra en todos los sentidos y, aunque en algunos medios de difusión se la ha calificado como “plana” y escasa en lo tocante a la presentación de los personajes principales o parca en cuanto a descripciones, una servidora no puede estar menos de acuerdo. Es muy cierto que el número de personajes que el autor presenta ante los ojos del lector no es demasiado amplio, lo cual puede dar un aire simplista y “escaso” ante los ojos de aquellos que, a sí mismos, se calificarían como amantes de la literatura más sofisticada y compleja. También es verdad que, a excepción de la personalidad de Kate, el resto de protagonistas aparecen ciertamente desdibujados y, algunos de ellos, prescindibles en el trascurso de la historia. Aunque, visto desde otro punto de vista menos “exigente”, si es que es este el término adecuado, este pequeño defecto, por llamarlo de algún modo, contribuye de forma bastante positiva a acrecentar el interés en la historia en sí, restando importancia a otros pormenores de segundo plano y escasa importancia, ya que, si hay un indiscutible protagonista en esta historia es el Valkirie, en torno a cuya figura gira el resto de la trama.

En lo tocante al tema estilístico, sí que es cierto que el estilo narrativo de Loureiro parece adolecer de cierta simpleza, debido a su expresión prosaica y poco recargada, un pormenor que, lejos de resultar molesto, consigue que la lectura sea una tarea fácil y ligera. Además, el autor hace gala de un prosaísmo elegante y sobrio, huyendo de la sobrecarga y el amaneramiento. Unido a esto, una asombrosa capacidad narrativa, salpicada de saltos temporales y momentos de frenética tensión, que mantienen al lector en vilo en todo momento, aderezada con la conveniente creación de una atmósfera claustrofóbica y opresiva, actúan como poderosos alicientes a la hora de completar la lectura en un tiempo record. La aparición de inesperados giros argumentales, presentes a lo largo toda la narración, contribuyen, de igual manera, a agilizar el proceso. Tal vez la única y pequeña pega que se le puede encontrar es la resolución del tramo final, algo difícil de digerir para mentes poco abiertas, aunque no supone una contrariedad importante que pueda restar puntos al conseguido conjunto.

En resumidas cuentas, El último pasajero podría muy bien describirse, sino como la novela perfecta, una de las creaciones más completas y fascinantes en el ámbito de la literatura fantástica de corte nacional. Una de las mejores y más formidables novelas de terror que se hayan escrito en mucho tiempo, tan solo un punto por debajo de “El fin de los días” del señor Adam Neville, merecedora del podio de honor a mejor joya literaria en lo que va de año, lo cual constituye un argumento con el peso suficiente para considerarla de obligada lectura para todo buen amante de este género literario. Un autentico goce para los sentidos que no defraudará al lector más avezado ni al público más claramente exigente. Absolutamente recomendable y remarcadamente imprescindible.


Vuestros comentarios

1. 23 oct 2013, 11:48 | Mr.Celofán

Peazo reseña. Ya tenía intención de leerlo, ¡¡pero ahora es necesidad!!

Saludos.

2. 23 oct 2013, 16:49 | Callus

Lo leí hace unos meses. Muy entretenido aunq es verdad q la trama y su resolución no es nada novedosa y que, en determinadas partes (sobre todo hacia el final) la historia decae un poco.

3. 23 oct 2013, 21:33 | MASP

Fabulosa reseña, Lady! Además me has leído el pensamiento. Es una de mis próximas lecturas junto con precisamente “El Fin De Los Días” de Neville.

El tema relativo a los misterios marinos es una de mis pasiones y daría para toda una web. Puede que en breve me decida a reseñar libros de dicha temática pero relacionados con Almas Oscuras, claro está.

Por cierto, hoy mismo me acaba de tentar “Kraken” de China Mieville y quizá le de un vistazo, aunque las críticas lo tildan de rayada del copón.

Ahora mismo leyendo “Los Cuchillos De Midwich” de John Wyndham del que habrá correspondiente reseña y “Casas Malditas: La Arquitectura Del Horror” de Ángel Gómez Rivero que es magnífico.

Saludos!

4. 25 oct 2013, 18:35 | Lady Necrophage

Hell, amigos!!!

Mr. Celofán, MASP y todos aquellos que aún no hayais disfrutado de esta maravillosa obra, no os la podéis perder. No esperéis para adentraros en la aventura del Valkirie, una de las sensaciones de éste 2013!!!

MASP: Sí, el tema de los misterios marinos da para demasiado, de hecho tuve que acortar unas cuantas parrafadas para ceñirme más a la reseña en cuestión ;)
“El fin de los días” de Neville, lo tengo también como proyecto de reseña. Por supuesto, espero conocer tu opinión al respecto.
Tomo nota de tus títulos, sobre todo el de John Wyndan.

Saludos y gracias por vuestros comentarios!!!

5. 07 jun 2015, 21:45 | caritobelu

hola existe un film de pelicula de esta historia?

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