Elysium

Elysium viene a ser lo opuesto a Oblivion. Ya, desde la promoción, mientras que la de Kosinski se anunciaba como un divertimento cargado de acción, para terminar siendo algo más intimista y relajado, la que nos ocupa llegaba con el trasfondo social, la crítica ácida y el generador de debate como principales ingredientes. Sin embargo, estamos ante un divertimento cargado de acción. En lo que sí concuerdan es en la recaudación mundial: coincidencias de la vida, ambas han acabado sus carreras comerciales con la misma cantidad, 293 millones de dólares. También han obtenido una recepción crítica y de publico similar, incluyendo la división de opiniones. Cuentan a su vez con un presupuesto similar y con una estrella encabezando cartel. En este caso, Matt Damon. No obstante, existe un principal elemento diferenciador en cuanto a expectativas, y este se encuentra en el nombre del director: Neil Blomkamp.

Este cineasta se dio a conocer en mundo del cortometraje con su trilogía Landfall, ambientados en el universo Halo, una de las sagas de videojuegos más exitosas y reputadas de la historia. La intención del proyecto era promocionar la salida de Halo 3 allá por 2007. Dieron tan buen resultado, premio en Cannes incluido, que la oportunidad de adaptar al cine el videojuego llegó a sus manos. Un proyecto soñado por muchos, que veía en este talentoso novato su perfil ideal para ser llevado a buen puerto. Claro que, como todos sabemos a estas alturas, la cosa quedó en nada. Sin embargo, Peter Jackson, entre trilogía y trilogía megalómana y ante la cancelación de Halo, de la que iba a ser productor, le ofreció a Blomkamp la oportunidad de saltar a la gran pantalla con otra producción basada en uno de sus cortos. El corto se titulaba Alive in Joburg y la película, efectivamente, District 9 (2009).

¿Qué podemos decir de District 9 que no se haya dicho ya? Pues que los que aún no la hayáis visto, lo hagáis ya mismo o seréis merecedores de un harakiri.
El problema de debutar de forma tan contundente, es que las expectativas para con el siguiente trabajo se disparan. Todos los fans de la anterior esperan grandes cosas y los críticos más amargados una excusa para despellejarla. Por citar un caso popular y relativamente reciente, y aunque no fuese su opera prima, recuerdo que cuando M. Night Shymalan pegó el pelotazo con El sexto sentido (1999) todas las miradas se centraron en él. Lo que vino después, El protegido (2000) recibió insultos por doquier entre la audiencia y un cierto desdén crítico. Sin embargo, y el paso del tiempo lo ha demostrado, se trata de una gran obra, la mejor de su director, que se ha hecho de culto y de la que se lleva tiempo rumoreando una secuela debido al entusiasmo que ha ido creciendo a posteriori entre los aficionados. Lo mismo se podría decir de lo ocurrido en su día con Ridley Scott y su Blade Runner (1982), precedida del boom de Alien, el octavo pasajero (1979). Con esto no pretendo comparar la calidad de Elysium con El protegido y Blade Runner, pues nada más lejos de la realidad. Lo que pretendo es deciros que cuidado con las expectativas, lo que ahora llamamos hype, porque puede volver insuficiente lo que, de sobra, pasa el suficiente.

En el año 2159 existen dos clases de personas: Los muy ricos que viven en una pulcra estación espacial hecha por el hombre llamado Elíseo, y el resto, los que viven en un superpoblado planeta Tierra en ruinas. La Secretaria Rhodes (Jodie Foster), una dura funcionaria del gobierno, no se detendrá ante nada para hacer cumplir las leyes anti-inmigración y preservar el lujoso estilo de vida de los ciudadanos de Elysium. No obstante, eso no detiene a los habitantes de la Tierra en su empeño por tratar de entrar por cualquier medio que puedan.

Cuando el desafortunado Max (Matt Damon) es acorralado en una esquina, él se compromete a participar en una misión de enormes proporciones que en caso de tener éxito no sólo salvará su vida, sino que también podría traer la igualdad a estos dos mundos completamente polarizados.

Elysium es una película correcta. Nunca es redonda ni especialmente trascendente. Sin embargo, cumple con los principios básicos de cualquier producción artesanal hecha con profesionalidad: entretener sin que el espectador tenga que reducir sus exigencias por debajo de su dignidad. Esto, que no es poco, adornado con un envoltorio espectacular y de sobra eficiente.

Claro que, una grande como Jodie Foster está desaprovechada en su rol de villana. Demasiado obvio, su personaje está resumido en varios trazos de brocha gorda que no hacen justicia a la calidad interpretativa de una actriz que, de todos modos, tampoco se está tomando en serio sus diálogos. Todo lo contrario sucede con el que es el verdadero villano de la función, el principal aliado de Blomkamp, es decir, su amigo Sharlto Copley. Y es que el carismático actor sudafricano construye un personaje pasado de rosca pero a la vez divertido y temible. Un completo cambio de registro respecto a su héroe protagonista de District 9. El resto del reparto cumple dentro de sus personajes prototípicos, desde Matt Damon a Diego Luna pasando por los brasileños Wagner Moura y Alice Braga.
Ciencia ficción de mensaje express, acción de blockbuster y efectos especiales para babear. Como algunas canciones pegadizas, aunque no perduren, en su momento resultan gratificantes.