Coherence

La cinta que nos ocupa hoy se llevó una de las ovaciones más entusiastas en el festival de Sitges de este año 2013. Toda una sorpresa para el público que llegó poco expectante y también para su director James Ward Byrkit y para uno de sus protagonistas, el otrora mejor amigo de Buffy, Nicholas Brendon. La mayoría de los presentes nos rendimos así ante una propuesta raquítica visualmente pero muy original, con muchas coincidencias con otra de reciente estreno de la que hablaremos más adelante, donde la coherencia que anuncia su título es, quizás, lo que más falte.

Coincidiendo con el paso de un cometa sobre su región, un grupo de amigos de largo recorrido se ha reunido a cenar y contarse cómo les van las cosas. La última vez que este cometa pasó cerca de nuestro planeta muchos hechos insólitos sucedieron y el grupo fantasea con lo que puede pasar en esta ocasión; para su sorpresa pronto descubrirán en sus carnes los extraños efectos del astro cuando observen, con asombro, que desde el exterior otras personas están rondando por la parcela y dejando extraños objetos y misteriosas fotografías de los invitados.

Lo que continúa no es propiamente un spoiler ni me cargo el argumento pero, si quieres mantener tu mente virgen respecto a las sorpresas que aguarda Coherence, creo que tu lectura de esta reseña tendría que terminar aquí… ¿Seguimos? Pues bien, esta película viene a sumarse a cintas como Triangle, o Los cronocrímenes o incluso en menor medida con Another earth y Resolution, que juegan con las paradojas temporales y la superposición de dimensiones. Para que el espectador entre en este juego, durante las charlas de los protagonistas se introducirán pequeñas teorías cuánticas soltadas a vuelapluma cuya sencillez narrativa contrastará con su plasmación en pantalla ya que, conforme la historia avance, la situación dentro de la casa irá retorciéndose y retorciéndose hasta que el espectador no llegue a saber si los personajes con los que comenzó este periplo son los mismo que en origen estaban en la habitación o han sido sustituidos por otras entidades cuánticas en algún momento que la cámara no les tenía en cuadro (imagino que sin ver la cinta no entenderéis demasiado de lo que hablo… pero también me figuro que a muchos os entrarán muchas ganas de averiguarlo).

Desgraciadamente para ambas, una cinta de este mismo año que no había visto apenas nadie cuando se pasó la que nos ocupa, repite muchas de las claves que confieren a éste título tanta originalidad. La película en cuestión es +1 (reseñada estupendamente por nuestro compañero Manu). En una hay un cometa y en la otra un meteorito, en una hay una fiesta y en la otra una cena, en ambas hay varias dimensiones que se superponen, en ambas también nos encontramos una historia de amor que no funciona bien… En detrimento de Coherence su factura técnica es muy inferior, aunque en el toma y daca gana en ideas y conceptos. Así que dependerá del espectador decidir cuál de las dos cintas sobresale de la otra o si, como es mi opinión, se quedan a la par.

Respecto al guión, la cinta se mueve peligrosamente por el filo del cortometraje estirado hasta el tamaño de un largo, aunque sabe mutar cuando comienza a hacerse reiterativa. Su fondo dramático le servirá para este fin, mutando de una trama coral a una íntima con un sólo protagonista.

Hay también una segunda lectura en la historia, una reflexión sobre la amistad y el pegamento que la fundamenta que, como les pasa a los protagonistas de esta historia, hace que pasado el tiempo la persona que tenemos delante sea un completo desconocido habitando el cuerpo de alguien querido.

Coherence es muy pequeña visualmente, pero no es dejéis engañar: Tiene un gran potencial para entretener a poco que entres en su juego.