Chilling Visions: 5 senses of fear

Chilling Visions es una antología de terror de bajo presupuesto pero mucha imaginación. Seis directores dirigen cinco cortos, cada uno de ellos asociado a un sentido distinto. Los segmentos se rodaron cada uno en cuatro días, y hubo tres días entre uno y otro. El poco presupuesto se nota en pequeños detalles que pasan absolutamente desapercibidos, como el escenario único de casi todas las historias, o la iluminación, que a veces no está a la altura. Pero, en serio, está suplido con creces por un buen hacer y una capacidad de sorpresa y entretenimiento bastante deslumbrante. Además, en cierto sentido, es un fresco de un sector del cine independiente de terror americano, que en tan excasas ocasiones acaba llegando a nuestro país.

Una mirada rápida:

SMELL, dirigido por Nick Everhart, en su debut en el mundo del “largometraje”, cuenta la historia de Seth, un oficinista que intenta recuperar a su exnovia usando un nuevo perfume. Es un buen arranque, aunque quizás sea una pieza un poco menor. Aún así, su visionado es agradable y tiene un par de efectos gore apañados.

SEE, de Miko Hughes, debutante en la dirección pero con bastantes títulos a sus espaldas como actor, es probablemente el corto menos agradecido de todos. Su historia es grande y ambiciosa, y para que hubiera tenido un mínimo calado habría necesitado bastante más desarrollo y tiempo. En sus parcos veinte minutos, se queda en algo sin mucho sentido y bastante precipitado y atropellado. Es la historia de un oftalmólogo obsesionado con una paciente a la que somete a un particular tratamiento.

Un servidor no es un gran fan de las películas por capítulos, y he de reconocer que, tras “See”, estuve a punto de abandonar. No porque fuera tan terriblemente espantoso como para no soportarlo, sino porque siempre hay muchas películas que ver como para centrarse en una que no convence al cien por cien. Ahora me alegro bastante de no haberlo hecho, pues Chilling Visions: 5 Senses of Fear va de menos a más.

TOUCH, dirigido por Emily Hagins, (que tiene algunos títulos más en su haber que también parecen no haber sido distribuidos correctamente) quizás no tenga un final a la altura, pero es una historia más que buena. El punto de partida no puede ser mejor: una familia sufre un accidente de coche y, el único que resulta ileso y puede ir a buscar ayuda es el hijo menor, ciego. Así que el chico se interna en el bosque y… TOUCH guarda una pequeña sorpresa, y sin duda, recuperas la fe en la película y estás dispuesto a verla entera, por si los capítulos restantes ofrecen algo parecido a este.

Y así es:

TASTE, de Eric England (Madison County, Contracted) es otro prodigio. Su protagonista es un joven que acude a una entrevista de trabajo en un moderno complejo de oficinas. TASTE es enigmático, te obliga a seguir adelante para intentar averiguar qué está pasando, y se guarda un as en la manga para su final que es bastante difícil que no te sorprenda. Sólo con éste y el anterior capítulo ya hubiera valido la pena toda la película.

Y el cierre lo echa LISTEN, dirigido por Jesse Holland y Andy Mitton, responsables de la interesante Yellow Brick Road. Quizás, su argumento es el más trillado de los cinco, y su forma, el found footage, puede tirar para atrás a más de uno. Pero aún así vale la pena: sigue a dos jóvenes cineastas que están rodando una película sobre una vieja canción. Es un buen cierre, es interesante, tiene varias imágenes impactantes y, sobre todo, tiene sentido su forma (SPOILER: al tratarse de una canción que mata, el sonido puede deteriorarse o alterarse en las distintas grabaciones para que el espectador real de la película no la oiga entera y no enloquezca, suponiendo que entres en el juego y creas la historia del capítulo).

Es evidente que, a un servidor, la película le ha gustado, con sus más y sus menos. En sí misma, es entretenida e inquietante, y además es un ejemplo de que hay un terror independiente en Estados Unidos que quizás aún no ha dado con el sleeper que lo saque totalmente a la luz, pero que tiene las energías y las cualidades suficientes para dar el relevo a la generación inmediatamente por encima. Chilling Visions: 5 Senses of Fear es una producción de Chiller Films, división del canal Chiller, dedicado al cine de terror. Son los mismos responsables de Remains, la bastante mediocre Dead Souls pero las más que apañadas The American Scream, un documental sobre un festival de casas encantadas en Estados Unidos, o ésta; asímismo, han producido Beneath, lo último de Larry Fessenden, y entre sus proyectos para el año que viene se encuentra lo nuevo de Brett Simmons, director de la interesante Husk o The Monkey’s Paw. Quiero decir: yo, desde luego, voy a seguirles la pista.