Raze

Es interesante destacar, antes de nada, la palabra “intensidad” para definir Raze. Si de algo va sobrada la película de Josh C. Waller es, precisamente, de esa intensidad… de principio a fin. Esa misma intensidad es la que hace de Raze un film, sencillamente, vibrante. Una intensidad que viene arropada, en todo momento, por una brutal puesta en escena de la mano de un director nada contemplativo y muy dispuesto a meter cizaña; y de la extraordinaria labor de unas actrices muy metidas en sus papeles. Todo ello, conjugado en Raze, acaba ofreciéndonos un exploitation carcelario muy equilibrado, ameno y sangriento.

Tal vez ese énfasis en la parte más visceral de Raze sea el causante de un arranque de la historia poco detallado e incluso algo confuso. No quiere decir que esté mal explicado, ni mucho menos, pero si se hubiese acentuado más el aspecto dramático de la historia desde su inicio, quizás se hubiera logrado un mayor peso y calado de la misma. De todas maneras, en el transcurrir del metraje, Raze sí nos ofrece pinceladas de las circunstancias que rodean a cada una de las convictas, sus problemas y preocupaciones, y finalmente el motivo por el cual han sido escogidas. Podemos decir que hay miga en este pan… No únicamente se trata de luchar porque sí, sino que hay una importante historia tras todo el tinglado montado; e incluso cuando la situación se torna límite y llega el momento de tomar decisiones vitales, todo dará un giro hacia el drama, la ira y el desborde de sentimientos.

El guión de Raze también esconde ciertas sorpresas que es mejor no desvelar. De hecho sería conveniente no conocer demasiados detalles acerca de la trama, porque vale mucho la pena ir descubriendo cositas según avanza la historia, y aunque, como he mencionado antes, el inicio sea algo desconcertante, a medida que Raze se acerca a su clímax, queda todo bien atado y de manera bastante convincente…, aunque pueda parecer una locura.

Pero sin duda alguna, al margen de todas estas vicisitudes alrededor de la historia que esconde Raze, la película de Waller pasará a la historia por ser una curiosa mezcla entre el cine exploitation y el drama carcelario. Tenemos a un grupo de chicas, algunas jóvenes y otras no tanto, que por alguna razón han sido capturadas y encerradas en cárceles con el aparente y único motivo de pelear entre ellas para sobrevivir. Quien vence pasa a la siguiente ronda (pelea), y quien cae, muere. Son peleas por la supremacía y la supervivencia, y cuando la bajara queda expuesta sobre la mesa y vemos todas las cartas, será el momento de descubrir las motivaciones de cada una de las luchadoras y entender porqué están dispuestas a luchar… a muerte. Los motivos pueden ser muy diversos: desde salvar a un familiar, salvar la propia vida o ser la más temida por las demás. No todas tienen las mismas motivaciones, pero sí todas ellas se juegan cosas muy importantes en cada pelea.

Josh C. Waller desempeña en Raze una dirección muy ágil y también muy efectista. Ágil porque la película es muy eléctrica en sus momentos de acción, en los combates; y efectista porque las peleas, además de ser absolutamente brutales, están francamente bien diseñas en aras a alcanzar una gran cuota de realismo. En este apartado Raze no solo es muy violenta, sino que tiene algunas escenas muy, pero que muy crudas,y que pueden llegar a sorprender por su nivel de ferocidad. Está claro que este es un producto que probablemente nunca llegue por estos lares debido a que sería censurado inmediatamente por su nivel de crueldad.

Otro de los aspectos a resaltar en Raze son las interpretaciones. Todas las actrices que intervienen en Raze deben dar el pego como tipejas capaces de repartir buenas galletas, ser unas malas bestias y tener ganas de romperte la crisma en cuanto te pongas a tiro. Y en esto también resulta convincente Raze. Tenemos por un lado a Zoe Bell, que estaba muy claro que no iba a tener problema alguno para protagonizar las escenas de lucha, puesto que antes de que Tarantino le diera su gran oportunidad en Death Proof, la actriz destacó como doble de escenas de riesgo en películas repletas de acción como Kill Bill, en la que dobló a Uma Thurman. Pero además de su solvencia en las secuencias de lucha, Zoe Bell también lleva a cabo una correcta actuación, y lo mismo podemos decir de Rachel Nichols, la bella y tímida jovencita intimidada por la peligrosa mala de turno, interpretada, muy eficazmente, por Rebecca Marshall. También destacar a la chica que inicialmente no quiere problemas, pero que no dudará en responder ferozmente cuando le toquen las narices más de lo conveniente, muy bien interpretada por la actriz Tracie Thoms. Finalmente tendremos, en plan cameo, (Atención Spoiler) como luchadora que palma a las primeras de cambio, (fin Spoiler) a la popular Rosario Dawson; y con un papel del que no desvelaré absolutamente nada, a la actriz Sherilyn Fenn, conocida por su participación en la mítica serie Twin Peaks y en muchas películas noventeras de género fantástico.

Raze es una película muy recomendable. Es entretenida, salvaje, dramática, disfruta de unas interpretaciones muy convincentes y de un director muy osado capaz de orquestar una puesta en escena dinámica, dramática y espectacularmente violenta en las secuencias de peleas. Pero tampoco hay que ver Raze solo por las peleas y por su nivel de crudeza, porque el conjunto de la historia suma tanto o más que las peleas en sí. Raze oculta muy bien sus cartas, sabe confundir y sabe sorprender cuando toca; sobre todo en su tramo final.