Summer of Blood

Eric, misántropo e inmaduro como sólo puede serlo un neoyorkino, afronta una prematura crisis de la mediana edad cuando es abandonado por su novia. Sin carrera, y mucho menos carisma, este perdedor abandona a pasos agigantados las escasas esperanzas de convertirse en un Casanova moderno. Por fortuna, los hados se muestran conmovidos y deciden cruzar sus pasos con los de un vampiro, que tendrá a bien transformarlo en un callejón de Brooklyn. Con un fulgurante camino sangriento frente a él, Eric aborda su nueva condición con el aplomo de un intelectual de medio pelo.

Siguiendo la línea de las primeras obras de Woody Allen, probablemente el personaje cinematográfico más odiado por nuestro querido Lafulla, Onur Tukel dirige, protagoniza, escribe y produce esta comedia de horror independiente que está cosechando muy buenas críticas en cada festival al que va a dar. Curiosamente, la prensa internacional destaca la falta de pretenciosidad de la que hace gala, mal endémico del actual cine underground de género; y me resulta curioso el apunte porque tanto su tráiler como otros detalles parecen querer encasillarla como típica comedia neoyorkina, de ombligismo declarado y tan “chachi guay” como la pléyade de artistas independientes vomitados por la Gran Manzana, y de los que parecen haber surgido Tukel y su cohorte. Un claro signo es la presencia de actores de moda en Nueva York, actores que por supuesto también dirigen, escriben y esculpen jarrones con su nabo; por ejemplo alguno de los protagonistas de una serie de moda entre los veinteañeras: Girls, la cual tiene su aquel, no voy a negarlo pues sus guionistas a veces aciertan a tocar la tecla adecuada.

Pese a mi crítica aparente, no puedo negar que “Summer of Blood” presenta un acabado interesante que casa muy bien con el cisma existencial/sexual como telón de fondo, algo muy típico para la fauna neoyorkina, tal y como queda patente en otras obritas intelectualoides como “Shortbus”. Tampoco hay que olvidar los ramalazos gores de los que hacen gala sus primeras imágenes. Pero lo que me ha dejado de piedra es que las primeras críticas, actualmente muy beligerantes contra la comedia de horror (una mezcla de géneros que todos consideramos mal sobre explotada en la actual generación), la encumbran como la mejor representante de su estirpe tras “Shaun of the Dead”, por delante de clásicos modernos como “Tucker and Dale” (algo que, siendo sincero, tampoco considero tan complicado). Y con la tontería uno se plantea en que ha quedado la elegante y siniestra figura de Drácula y compañía; la verdad que desde “Mordiscos Peligrosos” la cosa no parece andar bien para los chupasangres.

Así pues, sin reinventar la rueda, pues el argumento no parece innovar con respecto al mito vampírico, podemos estar ante una firme candidata a película de culto. Para un servidor, algo más cauto, le bastaría con que fuese la mitad de cínica que fue “Vampires”, la mejor comedia moderna sobre vampiros que he tenido el placer de visionar.