Shotgun Wedding

Un día antes de la boda, la extensa familia al completo y los más allegados amigos de la pareja ideal formada por Robbert y Rosemary, se reúnen para cenar. La hecatombe matrimonial está a punto de iniciarse. Cámaras en marcha, presentación de personajes, todo el mundo ebrio, futura esposa durmiendo en una habitación separada y, de repente, el novio, la dama de honor y el hermano borracho jugando a “quién se vuela los sesos en primer lugar”. Una situación de partida ingeniosa e inteligente.

¡Arrolladora! Sin lugar a dudas, ese sería mi calificativo para resumir a esta pequeña joyita titulada Shotgun Wedding, desgraciadamente olvidada entre tanto bodrio filmado con cámara en mano. Es curioso, pero a veces me da la sensación de que son los peores found footage los que llegan a un público mayoritario. Hemos sido muchos - yo mismo me incluyo – los que nos hemos cebado con producciones tan horrendas como The Jungle, Aréa 407 o cualquier deleznable producto taquillero a la sombra de la saga Paranormal Activity; y sin embargo ahora me llega el momento de reseñar un found footage por el que de verdad ha merecido la pena invertir mi tiempo, y ni una sola alma la ha visto. No estoy diciendo que Shotgun Wedding sea una película perfecta, pero el entretenimiento está más que asegurado; y es realmente triste ver como películas de similar catadura, como la mencionada The Jungle, gozan de mayor alcance y distribución.

Shotgun Wedding viene a darle un nuevo sentido a una zafia expresión norteamericana que, básicamente, es sinónimo de “boda+preñada”, para otorgarle un significado literal más acorde y menos vulgar: “boda+cadáver-todo producto resultante de la concepción”. El resultado es una excelente e interesantísima comedia gore con evidentes reminiscencias a Tucker and Dale vs. Evil (de la cual seguimos esperando su deseado estreno) e incluso algún homenaje al maestro Hitchcock (que no nombraré porque sería un pequeño spoiler implícito). Al principio la trama se presenta de un modo complicado; recuerdo que empecé a ver la película con muchas reticencias y con el mando a distancia en la mano y a punto de decirle adiós a la primera de cambio. Los juegos visuales, las situaciones tontorronas y su apariencia de serie B dificultan, de entrada, su correcta digestión - soy el primero que lo reconoce – ; pero finalmente… ¡vaya sí merece la pena! Al final es simplemente cuestión de saber disfrutarla y apreciarla como lo que es, con sus situaciones estúpidas, sus toscos juegos de cámara – ¡Dios bendiga la sutileza! En serio, al principio es aceptable y viniendo de una comedia gore hasta se agradece que sea tan directa; pero es tan abusivo y descarado…. Con tanta artimaña no hay ni un solo momento que no sea interrumpido por alguno de los pobres cámaras… ¡ni que fueran omnipresentes! – y, como no, personajes estereotipados en su punto de efervescencia para hacernos pasar un rato inolvidable. De todos ellos, claramente, destaca la madre del novio; en palabras de la pobre Pensee, mientras todavía podía hablar (también se la conoce como dama de honor número 1 o la dama de honor sin cerebro): “¡es el diablo!”

Sin embargo no todo funciona a las mil maravillas en Shotgun Wedding. Sus responsables no quisieron cometer el mismo error que cometió la espantosa, aburrida y tremendamente lenta 100 Bloody Acres (de lo peorcito que vio la luz el pasado año), por lo que se entiende que intentaran, mediante la técnica del found footage, compensar la evidente falta de originalidad de la película. La solución tomada acaba siendo, por un lado, ingeniosa y repleta de sarcasmo, dado que los protagonistas hacen lo posible por rehuir las consecuencias derivadas de los asesinatos cometidos, al tiempo que, por una u otra razón, siempre hay algún pobre desgraciado filmándolo todo. Y por otro lado, la utilización del found footage implica un especial interés y esfuerzo de la película por grabarlo absolutamente todo, incluso cuando resulta no solamente inverosímil, sino también rematadamente estúpido y agotador… aunque la mar de gracioso.

De todos modos, lo importante es que Shotgun Wedding es tremendamente divertida, tiene brío, nos regala lo mejor de cada personaje y arranca un par de carcajadas en momentos completamente inesperados y memorables. Una joyita. Es evidente que no es original, pero sería de tontos no aceptar un pastel de bodas tan suculento y jocoso. Por mi parte me quedo con el deseo de repetir las aventuras de esta panda de imbéciles con suerte. Una experiencia altamente recomendada, en especial si eres fan de la comedia gore.