Der Samurai

Todos los años, el Tribeca Film Festival (al igual que la categoría Next, del Sundance Film Festical) apuesta por una película indie de ese estilo lynchiano-experimental tan reconocible, obteniendo resultados, en la mayoría de ocasiones, dudosos. Y ello a pesar de la originalidad que suele ser inherente a dichas propuestas, y del montón de aplausos y polémicas que recogen anualmente (muchas de ellas consiguiendo, incluso, que las carreras de sus creadores despeguen). Como ejemplos recientes podríamos citar Mr. Jones (que quizás se trate de la peor película que podremos ver este mismo año) o Resolution. Este año le llega el turno a la alemana Der Samurai - cuyo trailer ya provocó una profunda extrañeza – , película indie que se financió con la ayuda de los amantes de este grandioso género – nosotros – y cuyo resultado final hoy estamos en disposición de evaluar.

Der Samurai es una película compleja y que sobre todo demanda receptividad por parte del espectador. En mi caso era más bien curiosidad por saber qué podría encontrarme en una película con un travesti (Pit Bukowski) armado con una catana; y de hecho lo mejor que puedo decir de Der Samurai es que el travesti en cuestión es lo mejor de la experiencia. La película gira en torno a un policía local de una pequeña localidad de la Alemania profunda (que siempre suele ser de lo más terrorífica: Nothing Bad Can Happen), con un vida privada monótona y aburrida, enteramente dedicada a cuidar a su abuela. En la actualidad investiga los crímenes domésticos de un lobo que acecha al pueblo destrozando los jardines de los habitantes; sin embargo, nuestro policía, en lugar de ponerse a la caza del lobo, lo alimenta, y es entonces cuando recibe un paquete con el remitente del “Lobo Solitario”. Y como suele suceder en estos casos, al final, la guerra torna la paz lo que la hoguera en cenizas.

La película, lisa y llanamente, es rara de cojones. Y no por gustaros el cine de David Lynch significa que os vaya a gustar Der Samurai. Lo cierto es que la historia que cuenta Der Samurai es bastante dinámica y más alocada que simbólica, así que ya podéis cambiar de canal en caso de no estar implicados de lleno en ella o consideréis que no estáis preparados para ver algo así, porque la cosa es tal y como se muestra en el tráiler. Lo que más me atrajo de la película es que me transmitía esa esencia tan indie, rural y salvaje propia del cine francés actual, con un toque a lo Twin Peaks, y todo ello sin ser especialmente gore. Se trata de una película dispuesta a romper tabúes sin recurrir al sensacionalismo y… bastante entretenida, para mí sorpresa. En cierto modo, incluso me recordó un poco al primerizo Alexandre Aja con su Alta Tensión (Haute Tension, 2003); posee esa atmósfera pérfida y lóbrega, y un “mad killer” de lo más carismático que funciona a las mil maravillas en todos los sentidos. Con solo oír su voz ya sientes como vilipendia e inquieta, a la par que seduce. En cuanto al guión, tengo mis reservas… La trasformación se basa mucho en el contenido sexual y las parafilias, al igual que hizo el mencionado Lynch en Blue Velvet. Se trata de una transformación progresiva: lo que empezó con la cabeza de un perro culmina con la de un ser humano; y bajo esta premisa se van sucediendo los acontecimientos hasta llegar a un desenlace en el que el titiritero pasa a ser el títere, en lo que vendría a ser un clímax ya premeditado. Los diálogos son muy polémicos en el sentido de que no tardan en “abrir la veda” y dejarte elucubrando, recapitulando e intentando captar por donde pueden ir los tiros. En términos generales el guión se muestra, al menos en su arranque, tal cual debería, sin trampa ni cartón; el problema es que en su parte final la trama se torna muy tramposa, no porque presente giros argumentales sino porque es taimadamente ambigua, lo cual choca y desvirtúa ese genial comienzo. Para mí, el clímax debería haber sido conciso y concluyente, y el problema es que es sucio y vago, por lo que pierde bastante.

En conclusión, Der Samurai es una experiencia entretenida, muy dinámica, extraña con un desvergonzado tono cómico muy estimulante, e incluso hasta un puntillo yakuza a lo Takeshi Kitano. Pasas un buen rato. Lo malo que es muy hermética y ambigua, lo cual indica que se prefirió la retaguardia del aprobado elegiaco a la gloria del sobresaliente, una pena.