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Folk Horror

Terror antes de Cristo

El hombre de mimbre (Robin Hardy, 1973).

Podríamos definir el folk horror como un subgénero que bebe directamente de las tradiciones paganas europeas, de los ritos y de la mitología de la era precristiana. Estas historias suelen desarrollarse en entornos rurales, campestres, muy alejados de las grandes urbes y, por ende, de todo lo que tenga relación alguna con la civilización y su predominio tecnológico. Las tramas escenifican el viejo enfrentamiento entre lo viejo y lo nuevo, entre «el ratón de campo y el ratón ciudad». Se nos presenta en ellas el conflicto encarnado por dos partes bien diferenciadas: por un lado, los recién llegados, con su mentalidad moderna, cosmopolita y escéptica, decididos a instalarse y a comenzar una nueva vida en el campo o simplemente a meter sus narices en los asuntos y en la vida de los lugareños; por otro, la comunidad que allí habita, aparentemente afable, pero ciertamente cerrada, sectaria, celosa de sus secretos, de costumbres ancestrales, regida por creencias arcanas y oscurantistas. Generalmente, un secreto obsceno, inconfesable, compartido por los componentes de estas hermandades agrícolas, se esconde detrás de estas idílicas estampas bucólicas: el sacrificio indispensable para el éxito del cultivo, para la continuidad de la vida, aceptado como algo connatural por todos, excepto, claro está, por los “extranjeros”.

Es este un subgénero eminentemente británico, tanto en sus manifestaciones cinematográficas como en las literarias. Se acepta que sus orígenes se remontan a los textos de algunos de los autores fundamentales de la literatura de género: M.R. James, Arthur Machen y Algernon Blackwood, entre otros muchos. Elementos recurrentes en estas historias son los ritos arcanos, los templos en ruinas, los monumentos megalíticos, todo aquello relacionado con labranza y las cosechas, y un amplio repertorio de símbolos ligados a la tierra, a la magia y a la fertilidad, así como seres mágicos tales como hadas o duendes.

En cuanto al cine, si hay una obra que destaque por encima del resto esa es sin duda El hombre de mimbre (1973), clásico del cine de terror y máximo exponente del folk horror. En ella, un oficial de policía es enviado a investigar la desaparición de una niña en una remota isla escocesa. Al llegar allí, el sargento, hombre “civilizado” y de fuertes convicciones cristianas, se enfrentará no solo con la hostilidad de los locales, sino con su propia incapacidad para comprender y asimilar las extrañas creencias que aún perviven en aquel lugar apartado del mundo, que a sus ojos son más propias de “barbaros” y de personas supersticiosas que de gente civilizada. Al margen de su final sorprendente, la película puede leerse como un libro de texto sobre los principios y las claves fundamentales del folk horror. En este sentido, se trata de una obra plenamente didáctica, y por ello se aconseja como toma de contacto ideal para aquellos que quieran iniciarse en la temática. El hombre de mimbre es, por numerosos motivos, una obra seminal, muchas de sus escenas, de sus explicaciones, incluso su giro final, se han convertido en clichés con los años. Ejemplos más recientes de folk horror podemos encontrarlos en Halloween III (1982), Los chicos del maíz (1984), Kill list (2011), Jug face (2013), Wake Wood (2012), Sauna (2008), The Shrine (2010), The lords of Salem (2012), A Field in England (2013) o incluso El proyecto de la bruja de Blair. Sin embargo, son los setenta los que ha dado los productos más sobresalientes. Viajemos en el tiempo y el espacio: Inglaterra, década de los setenta.

En 1970, dentro de la mítica serie de la BBC Play for today, se emite Robin Redbreast, un drama sobre una editora de guiones que, tras una ruptura sentimental, decide retirarse a una casa de campo situada en una pequeña aldea, alejada del bullicio de la gran ciudad (Londres). Lo que comienza como una sencilla historia con tintes feministas y teñida de cierta polémica social (se aborda sin tapujos la cuestión del aborto), termina convirtiéndose en algo mucho más complejo y turbador. Robin redbreast anticipa no pocos de los ingredientes básicos de El hombre de mimbre, al tiempo que apunta algunos de los puntos fundamentales de la filosofía del subgénero: los ritos paganos, la fertilidad, los sacrificios humanos, la adoración a la Madre Tierra, el enfrentamiento entre la mentalidad ancestral y la moderna… Más allá de lo dicho, estamos ante una estupenda cinta de terror: «Como buena parte de las producciones británicas de la época, Robin redbreast despliega una sobria pero acertada dirección. Rehúye en buena medida los mohines y muletillas propias del género y se acerca, en parte forzada por las limitaciones –apenas cuatro personajes, tres decorados y un par de exteriores-, a la puesta en escena del drama convencional. No hablamos aquí tanto de la generación de un terror palpable como de la gestación de la una amenaza latente: el suspense. Bien medido este, apoyado en los diálogos y en un reguero de imágenes inquietantes y bien dosificadas que refuerzan la tensión creciente» (Robin redbreast, en Judex.net).

Esa misma década, Nigel Kneale, uno de los mejores y más influyentes guionistas del fantaterror, firmaría los libretos de varios títulos para televisión considerados hoy en día como el santo y seña del folk horror: la magnífica serie Beasts (1976), la formidable Stone Tape (1972) o la estupenda Against the crowd: Murrain (1975). Todos ellas, en su propia categoría, tremendas piezas de ficción, con influencia demostrable en autores posteriores como Stephen Volk (guionista de Ghostwatch) o el propio John Carpenter. En esta misma década, BBC y ITV producen un puñado de series de televisión juveniles que abordan la temática, ya sea de forma directa o tangencial, cada una desde su particular óptica: A ghost story for christmas, The owl service (1969), Children of the Stones (1977), Raven (1977)… Otros títulos de la pequeña pantalla a tener en cuenta serían The mind beyond: stones (1976), Penda´s fen (1974) o Dead of night: exorcism (1972). Por su parte, en paralelo, el cine de género británico también hizo algunas aportaciones notables: Arde, arde, bruja (1962), El ojo del diablo (1966), La novia del diablo (1968), El general Witchfinder (1968) o La garra de Satán (1970), probablemente la mejor del lote junto con la primera.

De la cantidad de títulos susceptibles de incluirse dentro del subgénero producidos en otras geografías por aquellas fechas, destaquemos: Crowhaven farm (1970) y The dark secret of the harvest home (1977), ambas producciones yanquis para televisión, y también la rusa Viy (1968).

Vamos terminando: hay títulos muy aprovechables, estupendos, brillantes, en esta relación. Remiten a menudo a una forma más serena y cerebral (especialmente las producciones televisivas, obligadas en parte por las limitaciones impuestas por el formato) de entender el terror, una forma que no se cultiva demasiado en la actualidad. Completan, además, el complejo puzle del cine de género británico de la década de los sesenta y los setenta, más allá del trillado catálogo de la Hammer. Modestamente, creo que casi todo el mundo encontrará algo de provecho en el folk horror. Algunas de estas obras merecen mayor difusión.

PD: para lo que quieran profundizar en el tema, se aconseja visitar Folkhorror.com y Folkhorrorreview.blogspot.com.

Beasts (Nigel Kneale, 1976).

La garra de satán (Piers Haggard, 1970).

Robin Redbreast, (BBC, 1970).


Vuestros comentarios

1. 01 jun 2014, 21:49 | Mountain

“The Wicker Man”, la de Robin Hardy obviously, es una de mis películas preferidas, me encanta su ambientación, me encanta esa extraña comunidad con su terrible secreto y que decir de ese final, no sé ni las veces que la he visto pero me sigue poniendo los pelos como escarpias. Una película de obligado visionado para cualquier fan del cine de terror. Una jodida obra maestra.

2. 01 jun 2014, 22:31 | Sebastián Cabrol

Muy bueno el informe, relacionando títulos que los que no vimos todas las películas pasamos por alto. Creo estar mas interiorizado de la literatura (Machen y Blackwood seguro inventaron el día de campamento terrorífico)pero no está mal revisitar estas películas de época. saludos.

3. 02 jun 2014, 05:26 | Frank

Excelente informe sobre este género tan particular y algo olvidado.
Debería ya mismo a ponerme a ver muchas de las cintas expuestas pero la verdad es que tengo algunas prioridades algo más modernas.

4. 02 jun 2014, 22:01 | Abaddon

Wicker Man es toda una experiencia, es facilmente una de mis favoritas y la revisito cada año.
De la terrible remake lo menos dicho mejor.
Satan’s Claw parece interesante, la voy a cazar.
Muy buen articulo.

5. 02 jun 2014, 23:17 | Elchinodepelocrespo

Abaddon, dale una oportunidad a Witchfinder, que es droga pura.

6. 03 jun 2014, 03:46 | Abaddon

Elchinodepelocrespo, recien vi el nombre de Vincent Price en el cast de Witchfinder asi que por default la agrego al watchlist.
Beasts parece tambien entretenida, le doy una oportunidad por ser de Nigel Kneale, su Stone Tape bordeaba lo genial.

7. 03 jun 2014, 14:28 | Elchinodepelocrespo

El mejor capítulo de Beasts es “The baby” mirátelo el primero, es estupendo.

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