Alien Abduction

Una familia de urbanitas se van de paseo al monte. Para nuestra fortuna, el más pequeño del clan porta entre sus manos una cámara de la que no se despegará ni para cagar. Pobrecito, al ser autista es la única mascota que le han dejado tener. En la dichosa montaña, por lo visto, se han producido múltiples avistamientos de luces. ¿Estrellas fugaces? Sí, claro, montadas por entrañables hombrecillos grises. Simpáticos extraterrestres que usan la montaña como coto de caza.

En mi obsesión por ir reseñando todo “mockumentary” o “found footage” que acabe en mis manos, hoy le toca el turno a “Alien Abduction”, cinta de 2014 de la cual varias personas me hablaron de forma bastante positiva. Una vez vista, y con la decepción como principal sentimiento en mi haber, supongo que los comentarios positivos venían dados por el frágil estado que atraviesa el cine de terror en la actualidad y, en concreto, el bajísimo nivel que ofrece el formato cámara en mano. Está claro, y ya lo hemos ido comentando en otras reseñas, que el presupuesto cuenta un papel importante en este tipo de producciones, algo curioso cuando los resultados deberían, más que en un film al uso, estar asociados inherentemente a la definición del guion, mucho más importante si cabe cuando estamos hablando de películas que juegan con la suspensión de la realidad.
Sin embargo, plasmar una situación fantástica/sobrenatural de forma creíble requiere de medios. A diferencia de otros géneros, la credibilidad pasa por equilibrar muy bien la capacidad visual de los realizadores con el control de un libreto que debe dejar las flipadas para los que pueden manejarlas. Un buen ejemplo de porque otros géneros lo tienen más fácil para aplicar el formato los podéis encontrar en “This is Spinal Tap” o “Project X”.

En la otra cara de la moneda, pero haciéndolo bien, “Chronicle”, “Afflicted”, “Monstruoso”, “Troll Hunter” o “The Bay”, las cuales saben alcanzar al espectador enseñando sus “locuras” a navaja, usando pasta para representar en pantalla cosas y seres imposibles. ¿Por qué? Pues porque la realidad es más indiscreta que cualquier manifestación artística. ¿Qué haría un hombre con una cámara en la mano si estuviese delante de un accidente de tráfico? En la mayoría de los casos rodar el caos y la destrucción como si la vida le fuese en ello. Por lo tanto, no puedes intentar vendernos algo usando una técnica narrativa que coquetea con lo “real” sin mostrar nada válido en pantalla, ¿no sé supone que este formato debe meter al espectador con más fuerza en la historia pues “podría estar pasando cerca de su casa”? Mover la cámara entre la oscuridad con objeto de avanzar metraje sin que avance una historia queda muy molón por usar la excusa de “sugerir antes que mostrar”. ¡Ja! Todos estos directores de chichinabo creerán estar componiendo una atmósfera de horror insuperable, y lo único que intentan hacer, como otros hicieron antes, es ocultar sus carencias como artistas y su falta de presupuesto. Por ello es más sangrante cuando ni siquiera se dignan a aportar algo de originalidad en su historia, o usan de forma repetitiva la más mínima gota de creatividad durante hora y media. El principal problema que le estoy viendo a esto del “found footage” es lo repetitivo que se está haciendo a pasos agigantados (¿podría haber algo más triste que “Willow Creek”?).

Abundan los paisajes rurales o ruinosos, y es que son baratos. Los actores son muy malos por lo general, no queremos actores conocidos porque rompen los esquemas de credibilidad, ¿verdad? Y el guion tiene que ser sencillo para no desubicar al espectador. Vamos, que decenas de directores andan copiando el esquema de “El Proyecto de la Bruja de Balir” para satisfacer a un mercado vago y poco crítico gracias a la facilidad con la que se obtienen estas películas (cuando la gran masa pagaba por ver cualquier cosa, se volvía más exigente).

“Alien Abduction” adolece de los mismos problemas del “found footage” medio. Parte de una historia tonta de la que no puede haber desarrollo alguno, incluso pecando durante sus primeros compases al adelantar el final de la historia (muy lógico que una cámara atraviese la atmósfera terrestre, choque contra el pavimento y siga funcionando). La excusa en este caso es una familia que se va al monte de excursión, en la montaña de marras hay avistamientos de “lucecitas”, ergo son atacados por extraterrestres con ganas de poner sondas anales al personal. Ya está, de inicio a fin, no hay nada más. Ni personajes carismáticos, ni escenas claras de terror y sí mucho gemido junto a la cámara y movimientos epilépticos cuando los alienígenas se pavonean frente a los personajes. No es que la película de Matty Beckerman carezca de detalles simpáticos y algún escenario evocador (un túnel y una cabaña, ¡y para de contar!), pero sólo consigue mantener el interés a base de un ritmo frenético, cargado de idas y venidas a todo correr. Tampoco los efectos especiales ayudan, muy escasos y, aunque dignos, bastante cantosos dado su origen digital.
Me ha gustado que cuando los extraterrestres se encuentran cerca la cámara comienza a hacer efectos raros, tal vez algún vestigio de las sensaciones que ofrecía la radio de nuestros queridos “Silent Hilll”s. Por otro lado, que los nombres de los miembros de la familia protagonista coincidan con el de los desconocidos actores que los interpretan también es un gesto de cara a aportar algo de credibilidad, digo yo, aunque finalmente quede en anecdótico.

Supongo que habrá jugado en su contra el que tanto el director como guionista de “Alien Abduction” sean jóvenes nóveles sin una carrera detrás. Hace falta también oficio, además de dinero, para llevar una historia tan manida al terreno de lo memorable. Algo de talento ahí, no lo voy a negar: por ejemplo la edición es bastante buena, intenta realzar de forma loable los elementos de tensión, una pena que dicha intención se diluya entre escenas repetitivas y carentes de estilo. A este respecto, muchísimo mejor “Skinwalker Ranch”. Fijaos que una de las vertientes que podría haber adoptado la cinta era la de la connivencia de los alienígenas con el gobierno de los Estados Unidos. Ni eso, cualquier giro, por pequeño que sea, se descarta en pro del correcalles más básico.

Una más del montón que sólo recomiendo a devoradores de “found footages” con ganas de mucha acción (aviso que sin sentido alguno) y por aquello de tener como villanos de la función extraterrestres en lugar de fantasmas o psicópatas. Nunca creí que diría esto, pero prefiero el segmento de “V/H/S 2” llamado “Slumber Party Alien Abduction”, del cual la cinta de Beckerman toma demasiados apuntes, antes que tragarme esta hora y media de nuevo

Focazos y carusas para dar y tomar

Alienígenas con Wonder Bra!!!