Hide and Seek

No creo que en Corea del Sur exista un equivalente al dicho, gozan de una cinematografía mucho más asentada industrial y culturalmente que la española, pero si así fuera, Hide and Seek sería la típica película ante la que alguien diría: “qué buena, no parece surcoreana” (por suerte, todo sea dicho, aquí también es cada vez menos usual escucharlo). La prensa la ha celebrado por todo lo alto, y las reseñas de particulares en blogs, imdb, filmaffinity y demás también parecen indicar que la película gusta. Y no está nada mal, en serio. Pero no es oro todo lo que viene de Corea del Sur, y en más de una ocasión es el seguidor de esta cinematografía en particular quien engrandecen el producto por su procedencia, y no por sí mismo.

Sin embargo, insisto, Hide and Seek tiene más cosas positivas que negativas. Seong-Soo (Hyeon-ju Son) nunca habla a su mujer, Min-ji (Mi-seon Jeon), ni a sus hijos, de su hermano Sung Chul (Kim Won-hae). Cuando un día recibe una llamada avisándole de que éste ha desaparecido Seong-Soo acude al barrio con su familia, y descubre las extrañas circunstancias que rodean a la repentina ausencia de Sung Chul: la casa parece deshabitada desde hace tiempo, y una vecina, Joo-Hee (Jung-Hee Moon) le habla de cómo un extraño hombre de negro que cubre su rostro con el casco de una moto persigue y vigila a los vecinos del inmueble, y parece haberse fijado en su hija. ¿Es el enmascarado el hermano de Seong-Soo?

Hide and Seek comienza con una estupenda escena prólogo escalofriante, en la que una chica vuelve de noche su vivienda, y tiene lugar la primera aparición del enmascarado. El hecho de contar con un villano con el rostro cubierto dota a la película de un clima bastante especial: el tono es de thriller, pero los ataques de este asesino se meten de lleno en el terror, y acercándonos incluso al slasher en determinados momentos. Esto, convierte a Hide and Seek en una de esas películas en las que hay escenas: es decir, hay momentos más narrativos, que hacen avanzar la trama, y otros en los que la historia se detiene y lo importante es crear un ambiente de suspense para que estalle con un clímax, a ser posible aterrador. Rara vez tienes la sensación de que sus responsables (por cierto, es el debut en el largometraje de su director, Huh Jung, quien según la Korean Movie Data Base cuenta con un corto y un mediometraje a sus espaldas) están sólo cubriendo el expediente, sino más bien que en determinados momentos quieren que te lo pases bien. Y eso, en una película de estas características, significa que sufras y acumules tensión. Para un servidor, hay tres grandes escenas en Hide and Seek: el prólogo, la escena nocturna entre Seong-Soo y su hermano, y la escena de la caja vacía en recepción.

Otros puntos fuertes de la película de Huh Jung serán reconocibles, también, para los seguidores del cine coreano; a saber, puntos de giro sorprendentes, flashbacks (quizás demasiado explicativos) y una voluntad por mirar la realidad desde un punto de vista inusual que la revele como un sitio extraño en el que suceden cosas insólitas (la figura del mendigo, por ejemplo).

Pero, como ya se ha mencionado, en Hide and Seek también hay puntos débiles. El mayor de todos ellos es su clímax. Si bien ha quedado claro que Huh Jung sabe cómo crear ambiente y controla el tempo para que la tensión vaya en aumento, el final, para quien escribe, se le va de las manos. Es excesivo, demasiado largo, y los sobresaltos son poco imaginativos. Creo que era una escena que no daba para tanto metraje, y el ejercicio que en las tres ocasiones anteriores era virtuosismo, aquí se vuelve rutinario y mecanicista. Una lástima porque, además, empieza muy bien (el momento del párking funciona a la perfección). Por otra parte, una vez que la historia ha llegado a su fin y ha puesto boca arriba todas sus cartas, se desvela la fragilidad de la construcción de la misma. Es un poco forzada, hay una voz en off que acaba por jugar más en contra que a favor (si no pretendiera convertirse la historia en una suerte de leyenda urbana y se quedara en un caso concreto, todos sería mucho más creíbles) y a poco que se repase la trama se encuentra uno con momentos con serios problemas de verosimilitud.

Por tanto, no queda más que recomendar sin duda Hide and Seek como lo que es: un divertimento que sorprende y asusta a partes iguales. Y no conviene dejarse llevar demasiado por el entusiasmo porque es un producto digno, por supuesto, pero está muy lejos de ser una obra maestra. Probablemente, sus buenos datos de taquilla para tratarse de una película de bajo presupuesto, y unas cuantas nominaciones y premios en su país, hayan ayudado a hacer la vista gorda a sus defectos.