Extraterrestrial

En una remota zona montañosa llevan años sucediendo desapariciones, pero ahora que April y sus amigos se dirigen a la cabaña del padre de esta a recoger sus cosas, es cuando las fuerzas detrás de las supuestas “abducciones” se desvelan en todo su horror para desgracia de los cinco jóvenes.

The Vicious Brothers, directores y guionistas de “Extraterrestrial”, saltaron a la fama por su largometraje debut: “Grave Encounters”, un agradecido mockumentary que ponía un guión simplista al servicio del terror más efectista, plagado de sustos y personajes testimoniales. Digamos que su siguiente trabajo, obviado el libreto de la segunda parte de su ópera prima, extiende el modus operandi de estos dos canadienses que sorprendentemente no comparten lazos familiares. Es decir, terror de fácil consumo que se presenta autoconsciente del papel de entretenimiento que juega, y lo hace mediante herramientas manidas pero con una seriedad estética que asegura la solidez de su propuesta. En otras palabras, hora y media de comida basura, algo que sienta fenomenal de vez en cuando. Olvidad el cine intelectual durante un rato y zambulliros, conscientes de sus defectos inherentes, en un adecuado condimento a la noche de Halloween.

Esta vez The Vicious Brothers abandonan el formato de cámara en mano para abordar un metraje convencional cuyo peor defecto es el desequilibrio entre sus partes; quizás sesgado por el exceso de referencias y homenajes del que hacen gala sus autores. Un arranque prometedor, lleno de angustia y un aspecto técnico que enseguida reclama nuestra atención, se convierte a los pocos minutos en la consabida presentación de un grupo de jóvenes que provocan antipatía se les mire por donde se les mire. Afortunadamente su destino es una cabaña ubicada en el interior de la región donde al inicio de la cinta se nos mostraba una serie de terroríficos sucesos relacionados con abducciones. Así que hasta la persona más lerda y esquiva de los spoilers se puede imaginar como acabará la cosa. Llegado a este punto, cuando los chavales de marras alcanzan a la citada choza, ya han proliferado las referencias, nada veladas, a la película “Fuego en el Cielo” (afortunadamente no lo son de “Extraños Invasores”, seria candidata a una reseña casposa). Sin embargo, el nudo de la cinta, ni más ni menos que una hora de tomo y lomo, se aleja de esas referencias serias para convertirse en una cinta de terror adolescente del montón. Sí, hombrecillos grises (bueno, más bien gigantones grises con muy mala gaita), corre que te pillo, griterío en el bosque y la histriónica presencia metida con calzador de Michael Ironside (“Desafío Total”, “Starship Troopers”), el mejor actor con diferencia. Eso que contamos con un elenco bastante curtido en mil batallas (y reciclado de “Grave Encounters”), pero finalmente solo salvaría al veterano actor y a Melanie Papalia, que también pudimos disfrutar en “The Den”, una chica a tener en cuenta.

¡Ay! ¡Cuánto daño ha hecho el terror adolescente construido alrededor de una puñetera cabaña en el bosque. Aunque para los resultados modernos que ofrece este entorno me quedo con películas más casposas como “Llegan sin Avisar”, “El viento del Infierno” o directamente con el clásico entre los clásicos: “Posesión Infernal” (inclúyase su remake encubierto: “Terroríficamente Muertos”). Yo que creía haber visto la muerte de este recurso con la simpática “Cabin in the Woods”. Sea como sea, “Extraterrestrial” se deja llevar por lo más aburrido de este terror, carente de innovación y, si me apuráis, interés; esto último culpa llanamente del poco carisma de sus héroes y villanos. Y es que pese al cuidado técnico, los buenos efectos especiales y el equilibrio entre lo explícito y la sugestión; los extraterrestres de marras que persiguen a nuestros jóvenes protagonistas son aburridos hasta decir basta. No solo por su forma de actuar, también por lo incongruente de sus decisiones. Serán una raza avanzada, pero hacen cosas tan raras como tirarse a lo loco sobre la superficie de un planeta para a los poco minutos abducir desde una nave nodriza a sus víctimas. Por no hablar del tema de la vestimenta: ¿son alérgicos a la ropa o simplemente hippies espaciales? Ese es el verdadero expediente X.

Y hablando de Mulder y Scully, una vez pasado esos momentos tediosos – salpicados de chistes mediocres, escenas cogidas por los pelos, policías atormentados, un poco de romance barato y auto referencias al estilo mockumentary que dio alas a The Vicious Brothers –, la cinta cambia violentamente para ofrecernos de nuevo los mismos elementos desplegados hasta el momento, pero potenciados por una ambientación mucho más “alienígena” y, por qué no, alocada. Concluyendo con una especie de epílogo donde el romance alcanza unas cotas tan melosas que no pueden ser menos que adorables, y lo más importante: verdadero homenaje a la serie “Expediente X” que altera totalmente la concepción del guión… ¿qué llega demasiado tarde? Por supuesto, parece que el relleno de su parte central tuviese como objetivo despistar al espectador, precisamente al estilo de ciertos mecanismos de la citada “Cabin in the Woods”. No obstante, es tan alargado y predecible el sopor que muchos espectadores ya habrán llegado dormidos al desenlace. Peor aun cuando el ritmo y los valores de producción dicen lo contrario. A destacar de estos últimos la música y los efectos sonoros, muy cuidados, pese al abuso que se hace de ellos en ese desquiciado tramo final.

Sin más, una cinta que podría haber sido imprescindible de haber jugado con sus elementos en un tono más serio. En parte una decepción debido al tráiler y promoción realizada previamente, que para nada auguraban ese sesgo comíco que a la postre no llega a convencer; y en parte una cinta honesta como película de “terror” moderna, que sobrevive gracias a su ritmo y a unos últimos minutos muy entretenidos. Como decía, recomendada para la ligereza de Noche de Difuntos, olvidable durante el resto del año.