The Coed and the Zombie Stoner

Está bien… Llega el momento de dejar la materia gris a un lado. Cualquier atisvo de inteligencia NO será bienvenida (y sí… he escrito “atisvo” con “v” para situarme en la línea de gilipollez absoluta que marca la película). Supongo que debo definir The Coed and the Zombie Stoner de alguna manera, así que ahí va: podríamos decir que se trata de una especie de parodia fumada y pasada de vueltas de Memorias de un zombie adolescente (Warm Bodies, 2013), película que, por cierto, me pareció un auténtico desastre. Tan sólo necesitamos del argumento de The Coed and the Zombie Stoner para empezar a tener las cosas bastante claras:

Chrissy es una estudiante universitaria con aptitudes para la ciencia. Durante sus prácticas en el laboratorio de la facultad inventa, sin quererlo, una potente bebida cuyo principal ingrediente es el cannabis y que tiene la propiedad de calmar a los zombis. Pero Chrissy tiene un grave problema en el horizonte: debe encontrar a un nuevo novio cuanto antes si no quiere ser expulsada de la fraternidad. Curiosamente el profesor para el que realiza las prácticas esconde, desde hace ya unos cuantos años, a un zombie en el armario. Como no podía ser de otra manera Chrissy y el zombie en cuestión acaban enamorándose y consumando su amor como buenamente pueden. Y como tampoco podía ser de otra manera, la epidemia zombi no tarda demasiado en expandirse por todo el campus.

En cualquier caso lo que no voy a venderos es que The Coed and the Zombie Stoner me pillara por sorpresa. Se trataba de hincarle el diente a una comedia zombi descerebrada producida por la gente de Asylum. “Comedia”, “zombie” y “Asylum” en una misma frase creo que son razones más que suficientes para no acercarse a la película ni con un palo; pero a pesar de ello el cuerpo me pedía marcha. ¿Y que acabé encontrándome? Pues lo esperado: drogas, tetas, culos, tampones, chistes sobre vaginas, penes zombis… Cualquier estupidez que se os ocurra tiene cabida en The Coed and the Zombie Stoner; y dicho así supongo que la cosa todavía promete. El problema es que a la tercera universitaria que se pasea por el campus en pelota picada y gritando como una posesa, la cosa pierda parte de su encanto (si es que alguna vez lo tuvo).

The Coed and the Zombie Stoner pretende ser una comedia disparatada, salvaje y políticamente incorrecta; y los ingredientes con los que cuenta (sexo, caca, culo, pedo, pis) probablemente eran los idóneos para lograr su objetivo. Pero todas las buenas intenciones que pudiera tener la película se derrumban cuando emerge la cruda realidad: The Coed and the Zombie Stoner no tiene ni puta gracia. Y es una lástima, porque la película está rodada de manera bastatne competente (dentro de lo que cabe) y los actores hacen lo que pueden (que ya es mucho) con el material que tienen entre manos. Sin embargo la realidad es tozuda, y en el fondo lo único que tenemos es una retahíla de chistes cutres y guarretes que apenas lograron arrancarme un par de sonrisas muy, pero que muy forzadas.

Visto lo visto, ahí va mi conclusión: si os apetece ver una película con un montón de tías corriendo desnudas, un zombie al que se le cae la polla en el momento más inoportuno, tampones usados, bebidas milagrosas y zombis fumetas… puede que The Coed and the Zombie Stoner sea vuestra película. Y si además esperáis que la película en cuestión os haga gracia… os deseo toda la suerte del mundo. Pero mi opinión es que se necesita ir muy fumado para que The Coed and the Zombie Stoner te haga puñetera gracia.