The Signal (2014)

Antes de crear más estupefacción, decir que la inclusión del año es para diferenciarlo de la de 2007 del mismo título, película con la que no comparte nada más allá de este detalle. Dando una primera y superficial ojeada a The Signal, podemos definirla como una muesca más en el género del drama de ciencia ficción, tan en boga últimamente gracias a películas con calidad, pero ciertamente “de masas”, como Interstellar o Gravity. Sin embargo, The Signal también tiene elementos de suspense y terror que la sitúan en un punto de confluencia entre varios géneros cinematográficos.

No recuerdo cómo llegué a incluirla una lista de visionado pendiente que me llevó a verla finalmente las Navidades pasadas, pero supongo que las relativamente altas notas tuvieron mucho que ver. También desde luego la presencia entre un joven y desconocido reparto de Larry Fishburne –perdón, ahora se hace llamar Lawrence, Larry era sólo cuando hacía thrillers policiales ochenteros- y también la gran character actress Lin Shaye, revitalizada para el gran público en la última década gracias a la saga Insidious – aunque sus estelares apariciones datan ya de los setenta y ochenta, en Solos en la oscuridad o Hidden: Lo oculto, sin ir más lejos -. Descubrimos que esta última realiza poco más que un cameo, en su especialidad de anciana inquietante, aunque el bueno de Lawrence sí que lleva un peso fundamental en la trama. ¿Y cuál es ésta?

No es de recibo adelantar mucho de una película cuya baza principal es el suspense, y el tener al espectador cosiéndose a sí mismo con preguntas y especulaciones acerca de lo que pasa en ella, pero digamos que todo gravita en torno a tres amigos, dos chicos y una chica, en un viaje por carretera por paisajes desérticos americanos. El triángulo de relaciones es complejo: los dos varones tienen una idea del viaje que no coincide con el de la chica, uno de ellos sale con la chica mientras que el otro la desprecia, y para más inri el que está en la relación sufre una enfermedad degenerativa que le postrará en una silla de ruedas en cuestión de meses. Los tres tendrán que lidiar con problemas mucho más graves que éstos cuando lleguen a un misterioso lugar en que alguien emite una señal (signal) muy particular, y donde se verán con un inquisitivo Lawrence Fishburne en un papel de científico.

¿Cabe recomendar esta cinta? Desde luego. Aunque es cierto que es una película imperfecta, muestra un potencial y talento que pueden ofrecer más y mejor en un futuro no muy distante. Para empezar tenemos uno efectos especiales que llaman la atención en una película con un presupuesto tan enjuto. A mitad de metraje empezarán a verse destello de unos valores de producción muy cuidados y esmerados. Que nadie piense que destacar esto tenga algo que ver con la emoción y adrenalina fácil de querer ver acción y persecuciones, sino con la exigible calidad de en un género así. Una película de ciencia ficción no puede seducir jamás sin unos efectos especiales de calidad, y no me imagino The Signal con unos acabados en ese apartado como los de las pelis de los estudios The Asylum. No funcionaría.

También es de notable la fotografía, que nos transporta a las partes más áridas e inhóspitas del país de las barras y estrellas. Sin abusar de filtros amarillentos u otros recursos fáciles para dar ese barniz de desolación, tenemos unos muy trabajados escenarios tanto interiores como exteriores, en los que se suple con ingenio lo ajustado del presupuesto disponible.

Por último, para no extenderme más, The Signal consigue culminar con un final que aunque no es del todo impredecible, sí que deja un excelente sabor de boca, huyendo del final feliz que otras películas se contentan con crear. Es precisamente este tono oscuro, sombrío y pesimista otro punto a favor de la cinta. Protagonistas que huyen de clichés para sumergirnos en una historia en que muchas cosas no son lo que parecen, con una sutil crítica subyacente al sistema y lo establecido en el mundo occidental.

Nos queda lo malo, que por fortuna es poco. Me limitaría a decir que algunos espectadores quizá pierdan interés en la parte central de la película, ya que el ritmo no es excesivamente alto. Los fanáticos de las emociones fuertes y de ver las películas mordiéndose las uñas con las posaderas haciendo equilibrios en el borde del sofá estáis avisados, porque The Signal tiene poco de montaña rusa.

En definitiva, una película modesta pero meritoria, que no cambiará la vida de nadie pero sí hará que muchos amantes de la ciencia ficción con tintes de terror apuntes los nombres del equipo responsable, para ver qué más se traerán bazo el brazo en lo sucesivo. ¡A disfrutar!