Hashima Project

Cinco universitarios han tenido cierto éxito en youtube tras publicar sus grabaciones de visitas a ruinas abandonadas y encantadas supuestamente. Ahora se enfrentan a su mayor reto: investigar las ruinas de una isla misteriosa que un día albergó a miles de familias… ¿volverán cuerdos de tan intensa experiencia?

Hashima es una pequeña isla, de 480 de ancho por 150 metros de largo, situada a pocos kilómetros de Nagasaki, y que hasta los años setenta ejerció de dormitorio para miles de mineros y sus familias que explotaban las minas de carbón cercanas para el gigante Mitsubishi. Con el auge de una nueva tecnología, la isla fue deshabitándose paulatinamente pese a haber sido la región de mayor densidad de población en el mundo. Actualmente se encuentra en total abandono y los enormes bloques de apartamentos de deshacen por las inclemencias del tiempo creando un paisaje fantasmagórico.

Y allí es donde cinco jóvenes se dirigen con la intención de realizar un documental que capture la presencia de fantasmas, su objetivo es venderlo a una productora de películas de terror. Que la cinta de la que hoy os hablamos, llamada “Hashima Project” de forma muy adecuada, ni siquiera se moleste en aportar los datos que un servidor ha recuperado de la wikipedia apunta muy a las claras el tipo de producto ante el que estamos: horror superficial para adolescentes, aunque afortunadamente no se trata de ningún “found footage”. Una razón de ser que no es mala de por sí, pero que acaba resultando pedante cuando se alarga hasta las dos horas de duración con un ritmo tedioso y un guion que no sólo carece de cualquier profundidad, sino que además desaprovecha su gran oportunidad: la localización tan sugerente que ofrecen los edificios de hormigón de la isla Hashima. De hecho, esta isla ya ha sido visitada por las cámaras de grabación en diversos videos clips y como decorados para “Battle Royale II”, además de formar parte de los exteriores de la guarida del villano de “Skyfall”. Es más, hace años que las visitas se prodigan, pues la isla ha sido parcialmente abierta al público a principios de siglo; algo tendrán esos parajes que estimulan la imaginación, lo que me recuerda otro estrepitoso fracaso como fue “Atrapados en Chernobyl”, y aun así tengo que reconocer la superioridad de esta última frente a la cinta tailandesa que hoy nos ocupa, lo cual ya debería prevenirnos.

Lo poco bueno que se puede decir de “Hashima Project” es que su realización es cuasi perfecta, así como otros apartados técnicos; aunque no todos, por ejemplo los efectos especiales dejan bastante que desear en varios momentos puntuales. Pero* tanto el montaje como la fotografía son para quitarse el sombrero*, nada sorprendente cuando ya sabemos que esta producción nos llega de Tailandia. Desgraciadamente, estas excelencias técnicas no esconden su incapacidad para la truculencia o el poder de aterrar que otras cintas de la tierra, prolífica como pocas en esto del terror, si consiguen y han establecido como marca registrada, recordemos por ejemplo “Shutter” o “Body 19”.
La película de Piyapan Choopetch, autor de la saga “My Ex”, no lo consigue por dejadez, se abandona a los peores cánones del cine de terror occidental con una morosidad enervante. Casi tenemos que esperar una hora para que comience lo más intenso de la cinta, una introducción de personajes que si bien está bien interpretada por unos jóvenes bastante entregados, sigue ofreciendo el típico plantel de personajes acartonados y sin una historia detrás que nos permita identificarnos con ellos, o al menos empatizar de forma remota. También resulta curiosa la obstinación de su director por alargar los planos más intrascendentes de esta primera mitad: ¿dónde están los sustos? No soy partidario de las técnicas efectistas para lograr sobresaltos, pero entonces… ¿ante qué tipo de película de horror adolescente estamos? Todo son vagos sueños y malos presagios, insisto que rodados con exquisitez, hasta una segunda mitad donde, una vez vueltos nuestros jóvenes de la isla maldita, parece que se despliega una suerte de tormenta sobrenatural sobre ellos. Y cuando nos debería ofrecer los pasajes más interesantes, en cuanto a una película de fantasmas se trata, la película se vuelve más tediosa si cabe con el mismo ritmo enervante y una toma de decisiones de dudosa credibilidad, y nulo interés, lo que lleva a la película a una conclusión ridícula y muy risible; probablemente por esa banda sonora melosa que acompaña a las escenas de mayor dramatismo. Efectivamente, lo peor que puede pasar en una producción de horror se desvela al final de la misma: “Hashima Project” se vuelve ñoña como ella sola y provoca mucho asco y repulsa en el espectador de un mínimo de edad.

Podríamos pensar que la cinta es más apropiada para adolescentes que para treintañeros curtidos en mil batallas, pero imagino doscientas películas mucho más potentes para invertir tu tiempo y dinero cuando rozas la veintena. Es más, esto que voy a decir casi atenta contra mis principios, antes entiendo el éxito de taquilla del engañabobos llamado “Ouija” que la existencia de productos mediocres como “Hashima Project”. Así ha pasado sin pena ni gloria, ni se ha distribuido de forma internacional, tras el estreno masivo sufrido en su país durante 2013.

Resumiendo podemos decir que no cuenta nada novedoso, que además narrativamente lo hace mal (no sé si fue el tedio que me provocaba o una verdadera aberración de su guion, pero la parte fantasmal está contada con muy poco pulso y acierto, muy confusa) y, lo peor, es que no causa inquietud alguna, cero tensión, pese a tener algunos de los paisajes más tenebrosos que he visto en mucho tiempo. Resulta curioso comprobar que tras el libreto se encuentra todo un experto en cine de terror y acción (metido en cintas como “Bangkok Dangerous” y “Sars Wars”), no sabemos que habrá fallado esta vez pero si este es el camino que va a seguir el cine oriental de horror, y todo apunta a un rotundo sí, que no cuenten conmigo. ¿Cuál será mi nuevo intento de encontrar una película que resucite las sensaciones de “Kairo”, “The Ring”, “Ju-on” y demás…? Se admiten propuestas.