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Girl House

El Slasher clásico sigue vivo

Girl House

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DIVERSIÓN:
TERROR:
ORIGINALIDAD:
GORE:
  • 3/5

Kylie (Ali Cobrin) es una joven estudiante en apuros económicos. Por ello, decide empezar a trabajar en Girl House, una web erótica en la que durante 24 horas se retransmite la vida diaria de un grupo de chicas en una casa donde, antes o después, se desnudan ante las cámaras, a petición de los clientes. Entre ellos, hay uno que responde al nick de “Loverboy” (Slaine) y que, quizás, es algo más perverso de lo que ellas imaginan…

Ante Girl House había tantos motivos como para frotarse las manos como para llevárselas a la cabeza, atemorizado. Por un lado, hablamos de un slasher que tiene la excusa perfecta para regodearse en la anatomía femenina: una web porno de chicas. Podía ser un festín de sexo y asesinatos, el cóctel perfecto para muchos. Pero, por otra parte, la presencia de la tecnología, a un servidor, le hace sospechar por principio. Entendámonos: creo que internet, webcams y móviles pueden ser últiles para el terror, y el entorno “páginas web” ha dado películas interesantes, desde mi punto de vista, como “My Little Eye” (Marc Evans, 2002). Sin embargo, también ha generado “Halloween Resurrection” (Rick Rosenthal, 2002) o “Open Windows” (Nacho Vigalondo, 2014), demostrando que cuando la situación de asedio y asesinato está siendo vista por un gran colectivo… simplemente, se pierde la sensación de aislamiento y desesperanza de un crimen del que nadie es testigo. Además, internet, móviles y cámaras conllevan siempre demasiadas explicaciones: por qué hay, o no, cobertura en un lugar; o porqué en un momento no se puede localizar desde dónde se retransmite una señal y en otro sí… en fin, demasiadas aclaraciones, como decimos, para poder llegar a una situación a la que, en otras circunstancias, se llegaría con mayor facilidad: víctimas solas a las que nadie puede ayudar.

Por suerte, los responsables de Girl House también se han empeñado en promocionar que el suyo es un slasher de la vieja escuela, y eso decantaba la balanza hacia el lado positivo. Y así ha sido, a pesar de que no estemos ante una película modélica, ni mucho menos. Debía haber sido un festín, pero es un almuerzo que te deja con un poco de hambre.

El comienzo es el que se espera del subgénero: un prólogo con un asesinato. En este caso, el origen del trauma del psicópata y su primera víctima. Tras esto, nos lanzamos a la actualidad, a la web, a la joven Kylie y a Loverboy, el asesino, años después.

¿Es el momento del sexo, de las chicas guapas enseñando carne? No especialmente, y así será el resto de la película. Curiosamente, llamándose como se llama, y siendo su argumento el que es, parece que Girl House se hubiera propuesto no regodearse en este tema, probablemente para evitar problemas de calificación… y así lo hace, a costa de defraudar, seguro, un poco a su público. Ali Cobrin, Kylie, se muestra la mar de casta a la hora de desnudarse, no así como otras de sus compañeras que, sin embargo, no son protagonistas, por lo que no se las verá tanto. De hecho, las carencias de credibilidad de Girl House vendrán, sobre todo, por ahí: ¿en serio en una web porno no se exige un coito al día, desnudos, masturbación… y a los clientes les vale con un bailecito con la modelo tapándose los senos? Definitivamente, Kylie ha tenido toda la suerte del mundo encontrando ese trabajo.

Funciona infinitamente mejor la parte que corresponde a Loverboy (Slaine, todo un acierto de casting). Encerrado en su sótano, su presencia es inquietante, y la diferencia entre lo que alguien parece que dice por Internet y lo que dice realmente, una vez que se le conoce y se saben sus intenciones, perturba e incomoda a partes iguales. E interesa, que es lo más importante: durante una hora, seguimos la trama sin necesidad de que haya asesinatos.

En los cuarenta minutos finales, todo cambia: Loverboy se calza una máscara y comienza la masacre. El slasher de vieja escuela se impone al terror high-tech: Loverboy se revela como una suerte de hermano bastardo de Leatherface, Girl House comparte muchos, e icónicos, planos con Halloween, y poco a poco se deja de lado el porno y las webcams, ganando terreno el clima de suspense y los asesinatos. A este respecto, es preciso señalar que nos hallamos con el mismo problema que con los desnudos: le cuesta ofrecer casquería y sangre, aunque finalmente llegará al mínimo para saciar a los espectadores. Por otra parte, Trevor Matthews y Nick Gordon, director y guionista, se lo hacen pasar bastante mal a la protagonista, y eso es algo de agradecer en los tiempos que corren.

Planteada, así, la situación, alguien podría pensar para qué eran necesarios, entonces, tanto el componente tecnológico, si lo abandona cuando se mete en faena, como el sexual, que la película nunca parece dispuesta a explotar. Para un servidor, Loverboy es asesino y víctima a la vez. Y el porno es bastante culpable de su desdicha: las webs eróticas han creado una distancia en su cabeza entre la realidad y la fantasía. Pero no sólo en él: en la sociedad entera, de hecho. Su historia, junto con el breve episodio con la mujer de una empresa en la que está trabajando, así como el final de la trama del personaje de Devon (Alyson Bath), otra de las chicas de Girl House, son un buen ejemplo de cómo vivimos en una era en la que: a) el físico manda; y b) el físico no sirve de nada si no hay nadie para admirarlo. Por eso, las chicas sexys se exhiben en webs, al alcance de la mirada de todo el mundo, y los psicópatas como Loverboy se esconden en sótanos hediondos.

En cualquier caso, quien escribe da la bienvenida a Girl House y sus sanas intenciones, aunque no siempre lleguen a buen puerto. Lo que creo que es innegable es que se pasa un buen mal rato con ella, y si te interesa mínimamente el género no deberías perdértela. Recemos para que llegue a nuestras tierras por un cauce legal, y que el entusiasmo sea percibido por sus responsables para que les anime a ofrecer material nuevo y estimulante.

Lo mejor: La matanza final.

Lo peor: Podía haber sido una pasada.


Vuestros comentarios

1. 27 mar 2015, 23:12 | Mountain

Me encanta el slasher o sea que le seguiré la pista a este pero fijo! gracias Manu.

2. 17 may 2015, 22:03 | Mountain

Elegante y muy entretenida, solo por eso merece un visionado. Buen uso de las cámaras repartidas por toda la casa, un killer furioso y con mala hostia, muy Leatherface, como tiene que ser en un slasher que se precie, sí que es verdad que se queda un poco cortito en cuanto a sangre y como bien dice Manu podría haber sido una pasada pero…la imprescindible Halloween también tiene su presencia en unas cuantas imágenes. Lo más chungo es que la máscara del asesino da mucho mal rollo y sabéis porque? porque es igualito a Michael Jackson! 70/100

Lo mejor: Que tiene clase y buenas maneras.
Lo peor: Manu dixit. Podía haber sido una pasada pero…

3. 19 may 2015, 05:03 | Andrómeda

Me gustó!!! Un slasher muy de la vieja escuela disfrazado con tecnología nueva. Muy entretenida y disfrutable. Es más, creo que será la nueva favorita del amigo Bob Rock xD

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