Ju-On The Final Curse

Mai descubre que su hermana menor, Yui, ha desaparecido. Yui trabaja como maestra de escuela primaria y con frecuencia visitó la casa de un peculiar estudiante: Toshio Saeki, el cual se negaba a ir al colegio. Mai intentará localizar Toshio Saeki en busca de pistas sobre la desaparición de su hermana.

Si le tengo cariño a una franquicia asiática, esa es sin duda “Ju-On” (conocida en Estados Unidos como “The Grudge” y en España como “La Maldición”). Supuso el auge del j-horror y encandiló a miles y miles de occidentales, entre los que me cuento, con la terrible maldición que exponía y con escenas que, a día de hoy, siguen provocando muy mal rollo, sino miedo, hasta en el más curtido de los aficionados al género. Quedarán para la memoria universal, junto a nombres de la talla de “Freddy Krueger” o “Michael Mayers”, dos nuevos iconos de terror que son Toshio y su madre Kayako, presos de un drama eterno capaz de generar miseria y muerte a todo aquel que se acerque a la casa donde fueron asesinados estos dos personajes. Así, en 2000, con mucho esfuerzo y el apoyo de Kiyoshi Kurosawa (“Pulse”), Takashi Shimizu editaba directo a vídeo dos producciones de bajo presupuesto que reúnen la esencia del horror oriental y, además, contienen las pautas ideales para un cuento de terror macabro. Desde aquí me gustaría invitaros a verlas, pues estas dos cintas son sin duda el cenit del terror oriental de principios de siglo.

Tras el éxito cosechado, unos años después estrenaba en cines las dos primeras partes de “Ju-On”, con una distribución internacional impresionante. Aunque la historia nunca se ha movido de su premisa inicial en ninguna de sus partes (es decir, la maldición espectral que asola a la familia Saeki), satisfacía a un rango tan amplio de público que pronto fue preparada una readaptación estadunidense dirigida por el mismo Shimizu y protagonizada por Sarah Michelle Gellar. Aquello fue el verdadero principio del fin, la saga no era capaz de romper sus propios esquemas y la historia original no daba para más. A pesar de la buena taquilla generada por el remake, las críticas negativas empezaron a hacer mella en el trabajo de Shimizu que, tras dirigir la continuación de su propio remake, desaparece de la franquicia dejando un par de spin-offs en manos ajenas durante 2009: “White Ghost” y “Black Ghost”; bastante inocuas y de nuevo ahondado en una fantasmagoría que ya ha perdido toda su capacidad de sorpresa. Viendo que la serie “Ju-On” se iba por el sumidero, en 2014 se estrena una especie de “reboot” con resultados también cuestionables. Una cinta que juzgamos en Almas Oscuras con bastante severidad. Recuerdo que cuando leí el subtítulo de la susodicha, “el principio del fin”, pensé: “no, se trata más bien de la constatación del fin”. Sin embargo, semejante estamento sólo tocaba la superficie, y es ahora cuando al parecer se presenta la que será la última película de la saga: “Ju-On, The Final”… aunque cuesta cree que esta sea la última vez que oigamos de Toshio.

El próximo 20 de Junio se estrena en Japón lo que sería la continuación directa de la cinta del año pasado, contribuyendo a la extraña sensación de lío que provoca la dichosa saga. No obstante, espero sinceramente que su nivel esté por encima de su predecesora, una película demasiado convencional y aburrida para mi gusto. De nuevo tendremos niños pálidos que maullando llevan la maldición de su tragedia allá por donde pasen, pero esta vez con una dirección muy solvente, Masayuki Ochiai (“Shutter”, “Hypnosis”, “Retratos del Más Allá”), y el mismo guionista de “Beggining of the End”: Takashige Ichise, un curtido productor que ha colaborado en más del 50% de cine de terror de calidad que nos ha llegado desde Japón. Crucemos los dedos para que sea un final en toda regla y a la altura de una saga mítica, por mucho que el argumento se repita hasta límites extenuantes.