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Fonda Sangrienta

Sopa de virgen

Fonda Sangrienta

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DIVERSIÓN:
TERROR:
ORIGINALIDAD:
GORE:
  • 3.5/5

Dos hermanos regentan un restaurante vegetariano como tapadera a sus actividades caníbales. Últimos representantes de una secta de numerianos, recolectan miembros femeninos para resucitar a su diosa, Shiitar; todo ello tutelados por el cerebro de su tío asesinado. ¿Cómo acabará el ritual de resurrección de una diosa con ganas de comerse a toda la humanidas?

“Fonda Sangrienta” (como se tradujo, en su estreno en video clubs españoles, a la serie b llamada “Blood Diner”) se convierte en un placer culpable que mezcla comedia, terror y gore con el gran acierto de presentar situaciones imposibles de olvidar por únicas y alocadas. Al seguir su acabado visual, en cierta manera, los parámetros del cine que ha caracterizado a la productora y distribuidora Troma (“El Vengador Tóxico”, “Mutantes en la Universidad”, “Sgt. Kabukiman”), así como al cine de guerrillas fabricado por Frank Henenlotter (“Brain Damage”, “Basket Case”, “Frankenhooker”), quizás “Fonda Sangrienta” ha permanecido un poco a la sombra de títulos más conocidos, como los nombrados, sin que muchos aficionados hayan sabido ver más allá del acabado cafre de sus imágenes o sus actuaciones mediocres. Pero no os equivoquéis, estamos ante una de los mejores “slapsticks” que se realizaron en el cine underground del siglo pasado, y es que, como digo, ofrece algunos de los momentos más desquiciados de la serie B ochentera, con un buen acabado visual, todo el encanto de la época y el suficiente mal gusto como para sobresalir por encima de sus competidoras.

Para ir calentando: la masacre de unas animadoras nudistas, croquetas de cabezas, deditos rebozados, pechos baratos para todos los gustos, el pequeño Jimmy Hitler, el Rey de la Basura Blanca, un chef con acento ruso que sufre de arrebatos de ventriloquia, una diosa caníbal “numeriana”, un cerebro dictador en un frasco burbujeante, zombies interpretados por vagabundos y adictos al crack… Es decir, nada serio en absoluto sino un homenaje algo desquiciado al inventor del “gore”: Herschell Gordon Lewis. Más en concreto a “Blood Feast” (1963), de la que roba la trama central para crear una aberración a la que, no nos volvamos locos, es mejor acceder con buen humor y cigarritos de la risa. A pesar de mis preferencias personales, no voy a negaros que “Fonda Sangrienta” sea una caspa de tomo y lomo y cuyos valores cinematográficos molestarán a los más puristas de estos lares. Además se trata de una cinta que pone de manifiesto la peligrosidad de mezclar comedia y horror, porque a pesar de que se mantiene un raro equilibrio en algunas de sus partes, los resultados siguen siendo dignos de la Troma, con lo que todo ello resume.

Tras “Blood Diner” encontramos a una exótica directora que se rumorea era una dictadora en el set de rodaje. Jackie Kong, californiana que dirigió unas pocas explotaciones, ya fuesen comedias puras o cruces como el que hoy nos ocupa. Entre las más destacadas “El Ser”, “Patrulla de Noche” y “Blood Diner”… una pena que desapareciese con los ochentas porque la tía prometía con su desvergüenza para rodar; eso sí, vaya por delante que sus cintas ocultan algún destello de calidad técnico impropio de una adicta a la “explotation”. De todos modos, “Blood Diner” se desenvuelve bien entre vecinas de estantería, no destaca por detalles técnicos como fotografía o vestuario, pero logra una sordidez visual que no sólo casa con la narración, también representar la realidad del submundo por donde se movían Kong y su equipo: bares infame, punkis trasnochados y prostitutas con ganas de fama… ¡Los Ángeles! Al mando de la historia, una fumada pulp que mezcla Lovecraft con chistes chuscos sobre canibalismo, encontramos a Michael Sonye, cuyo mayor logro es haber interpretado a Mengele en la psicotrópica “Los Surfistas Nazis deben Morir”, otra cinta de culto que nos ubica un poco mejor en el tipo de cine que representa “Fonda Sangrienta”.
En cuanto a los actores encontramos el típico caso de gente que no llegó a nada. Y dadas las actuaciones que nos brindan (justificables en cuanto intentan dar algo de sustancia a un guión falto de profundidad o sentido alguno) a nadie le extraña que hasta el más relevante de estos peleles acabase pidiendo por las calles Los Ángeles. Poco hay que decir al respecto cuando un cerebro de plástico en un bote lleno de agua burbujeante actúa bastante mejor que el resto de de sus compañeros humanos… ¡bueno, que la diversión inherente al surtido de caretos del que seremos testigos bien merece pasar por el trago de conocerlos!

Entonces, seguiremos las aventuras y desventuras de dos sectarios caníbales, ayudados por el cerebro de su tío muerto a tiros por la policía tras castrarse por vicio, que buscan despertar a una antigua diosa con muy malas pulgas. Digamos que la base argumental pertenece a “Bloody Feast”, así como algún fotograma robado, y el resto es pura paranoia extrema para satisfacción de aquellos descerebrados que, como un servidor, gustan del cine gore malo y de tintes paródicos. Como no podía ser menos, los hermanos (George y Michael, quizás en un retorcido guiño a “Wham!”) son acosados por un par de detectives cuyo papel en el drama no acaba de quedar claro del todo. La cuestión es que todas las chorradas acaecidas en pantalla son el preludio a la orgía de sangre (expresada como “blood buffet” en lugar de “blood feast”) con la que concluye “espectacularmente” la hora y media de metraje. Dicha orgía preludia otras escenas similares como la conclusión de “Braindead”, por recordar un “slapstick” que bebe mucho de la señora Kong; y vendría a ser el punto fuerte completado con multitud de extras reclutados entre los callejones de la “Ciudad de los Sueños (rotos)”. Aunque el desarrollo hasta este punto es interesante, básicamente los problemas para conseguir miembros de prostitutas con que resucitar a la diosa Shiitar (tributo invertido a la babilónica Ishtar), el desmadre final justifica el acceso a “Blood Diner” incluso para personas que rechacen comedia + terror. Además, vaya por delante, que la comedia no funcionaría sino fuese por el lado macarra exhibido (o por las sustancias ilegales ingeridas); así que no esperéis que os levante el ánimo en un mal día.

Concluyendo, “Fonda Sangrienta” es una de esas “tonterías” que funcionaban genial en los ochentas, pero que actualmente nadie consigue imitar a derechas – ni siquiera la propia Troma sabe cómo recuperar parte de su encanto –, y por eso tiene el doble valor de funcionar en su vertiente lúdico macabra y testimonio del lado más infame de la década cuando vio la luz. No sólo eso, a los amantes del gore desquiciado y barato les gustará ver como se resuelven ciertas escenas y la locura, tal que si los actores estuviesen drogados, que revolotea por toda la producción. En lo particular es una cinta que siempre me pone una sonrisa en la cara, tanto por ese desmelene del que hace gala como de una banda sonora que a veces acierta sin querer (ese mambo mientras uno de los hermanos protagonistas atropella repetidas veces a un gordinflón) y otras desentona y se oye tan mal que parece sacada de una pesadilla. Nostálgicos, cachondos varios y amantes de la serie b, no os podéis perder este clásico.

Lo mejor: El delirio combinado, pura esencia del cine de serie B ochentero, ya no se hacen películas así.

Lo peor: A veces el humor es tan chusco que te saca de la película.


Vuestros comentarios

1. 14 jun 2015, 23:30 | MASP

Parodia imprescindible para comprender la psicotronía cinéfaga ochentera que algunos tuvimos la fortuna de disfrutar en persona, acudiendo a videoclubes de barrio en los que desenterrar joyas del “Trash Cinema” carentes de toda vergüenza ajena.
Una pena que ya no interese recuperar este género minoritario con sus delirantes FX incluidos. Porque por mucho que encontremos bodrios semejantes de tiburones voladores y otras geriatreces, su explotación a golpe de tarjeta gráfica de saldo les resta todo el posible encanto.
Saludos.

2. 16 jun 2015, 18:44 | Gustavo

Mi favorita sin duda, tengo una unica copia vcd que conservo como oro.

3. 16 jun 2015, 22:35 | Mountain

La vi en los ochenta, yo también pasaba horas y horas buscando inmundicias en los videoclubs, pero ni viendo el tráiler he podido recordar nada de la peli, solo me suena el cerebrito enlatado.

4. 17 jun 2015, 11:22 | Elchinodepelocrespo

Creo haberla visto, pero la voy a buscar. Mil gracias.

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