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Let's scare Jessica to death

Frágil retrato de la locura

Let's scare Jessica to death

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DIVERSIÓN:
TERROR:
ORIGINALIDAD:
GORE:
  • 3/5

Jessica, su novio y un amigo se dirigen a la granja que acaban de comprar en busca de la tranquilidad del campo. Abandonan Manhattan esperando que Jessica se recupere de las crisis nerviosas que la acosan desde la muerte de su padre. Tras un breve y tenso encuentro con los locales, el grupo llega al viejo caserón para descubrir que una joven la habita. Una vez hechos todos amigos, los días transcurren con una falsa tranquilidad que terminará por romper de nuevo los nervios de Jessica debido a siniestros eventos. ¿Existe una maldición en esa casa o nuestra adorable protagonista está perdiendo la noción de la realidad?

El sueño americano terminaba empapado en sangre tras el fracaso que supuso la hiriente guerra de Vietnam, la sociedad estadounidense despertaba para contemplar un futuro más hostil, y su enfrentamiento con la realidad se resolvería en un campo de batalla lleno de interrogantes sobre la familia, el amor, el significado del trabajo duro y la forma de vida basada en el capitalismo. Estados Unidos abandonaba la infancia para convertirse de golpe y porrazo en un adulto cubierto de cicatrices tanto físicas como morales. Y la industria cinematográfica no fue ajena a este cambio de paradigma, que afectó incluso al cine de género. Una de las muestras tempranas de esta interpretación del traumático cambio a la edad adulta, en cuanto a sociedad, sería “Let’s scare Jessica to death”, cinta de psicodélicos título y cártel que nos presenta el frágil drama de una mujer que intenta decantarse entre locura y cordura en un mundo que se ha vuelto hostil para ella. En cuanto a lo que nos atañe aquí, lo interesante sería que esa realidad enemistada con Jessica lo es por motivos sobrenaturales y terroríficos, tanto desde un punto de vista intimista (personales para la protagonista) como desde la base más sucia y macabra del terror.

Con tempo, sentido del espacio y relaciones entre personajes inherentes a su fecha de producción, 1971, “Let’s scare Jessica to death” se revela rápidamente como una obra de muy bajo presupuesto donde subyace esa tristeza que fue moneda de cambio de la trasición entre décadas: los protagonistas conducen un coche fúnebre con el símbolo de la paz pintado y son obviamente bohemios de la gran ciudad, factor decididamente irónico cuando observamos el agresivo recibimiento con el que los locales los saludan. Así la película se dirige parcialmente hacia otro concepto muy interesante como es el terror rural (el gótico americano), pero basado en un choque entre culturas: el liberalismo demócrata, entendido como el “buenrollismo” hippie, y el proteccionismo republicano, representado por personas mayores que odian a los extraños. A este último respecto, la película plantea una deliciosa ironía, casi crítica según la interpretemos; todo tiene que ver al servicio que prestan los habitantes del pueblo a una figura de la que hablaremos más adelante.

Bien, llegado a este punto me gustaría hacer dos simples recomendaciones para incrementar el disfrute de “Let’s scare Jessica to death”: Lo primero, si lo leído hasta el momento os motiva, haceros con una copia y empezad a verla ya mismo, si seguís leyendo esta reseña o indagáis más sobre el argumento de la cinta, diluiréis el factor sorpresa de la misma, cuando aquí, más que nunca, este factor beneficia la experiencia.
Lo segundo, cuando acudes a películas de hace tantos años lo mejor es rebajar las expectativas en cuanto a horror y sensaciones fuertes. “Let’s scare Jessica to death” no es una excepción, partamos de que es una cinta que le da mucha importancia al drama personal de la protagonista, donde las relaciones entre los personajes expresan más por sus silencios que por lo que dicen. Entonces, más allá de esta primera capa de falsa calma, de una lánguida sensación de falta de peligro, se esconde un relato de terror puro, uno que apela fuertemente a lo psicológico, pero hay que escarbar y ser paciente para disfrutarlo.

Ya metidos en harina, me gustaría destacar los dos puntos más importantes y que hacen única a esta película:

Su capacidad de retratar la inestabilidad mental, muy inteligente y madura, sin posicionarse de un lado u otro, huyendo del análisis y ahondando en su dramatismo gracias a la genial interpretación de Zohra Lampert, que construye el retrato perfecto de una sensible mujer llena de vida cuya capacidad de control se va esfumando a lo largo del metraje. Lo mejor a este respecto, sería la insistencia por reflejar las dudas de Jessica mediante voces en off y sus propios pensamientos confusos. Un acierto que nos mete más en su cabeza si cabe.
La cinta arranca con un prólogo donde Jessica, desfallecida sobre un bote, dice exactamente: “Sueños o pesadillas. Realidad o locura. Ya no puedo distinguir cual es cual”. Y esta premisa, esa frase digna del Poe más abisal, es la que John D. Hancock, director y guionista, decide llevar hasta el final; creando un círculo perfecto donde es imposible no sentir una fuerte empatía por Jessica. Este cuadro sobre la fragilidad mental, sobre la complejidad femenina y el choque entre el estrés de la ciudad y la (relativa) calma de los espacios rurales, tiene multitud de lecturas. Es ahí, con por ejemplo ese servilismo vampírico (¿tan corporativo y republicano?), donde “Let’s scare Jessica to death” se hace fuerte, al ofrecer un amplio abanico de interpretaciones. Generando dentro del espectador el mismo desasosiego que vive Jessica: ¿qué es real o no? Pregunta de respuestas terroríficas cuando vemos un vampiro a plena luz del día…

Su otro punto fuerte vendría de la mano de lo estético. Con esa naturalidad impostada, directamente provocada por la muerte del sueño americano, se va componiendo un relato gótico clásico perfectamente entreverado con esa modernidad que auspiciaría el cine de género tal y como se conoce actualmente. Los devaneos góticos no sólo surge por la fragilidad mental de nuestra protagonista, existe una trama que hereda elementos de “Carmilla”, de Sheridan Le Fanu, y esta se refleja en pantalla a través de unas localizaciones extrañamente siniestras y una maldición vampírica con una ligera patina sexy, enarbolada por Mariclare Costello, que interpreta a la catalizadora Emily. Ciertos planos en concreto aluden a los elementos góticos más tradiciones, aquellos que tienen como principal foco la granja, donde nuestros protagonistas esperan encontrar una vida idílica, o el lago envuelto en niebla cuyos ecos recuerdan a la magnífica novela “El Agujero del Infierno” de Adrian Ross. Aunque en algunos momentos chirríe esta composición, es el ritmo tranquilo de la cinta, aunado a la magnífica banda sonora mezcla de alegatos folk y experimentación, el que finalmente termina por componer una luminosa pintura llena de matices.

Sin embargo, no es oro todo lo que reluce, y aunque es justo reconocer tanto que “Let’s scare Jessica to death” es una película única dentro del género de terror, como que alcanza momentos espeluznantes, finalmente deja un sabor agridulce como espectadores del cine de terror. Demasiado contextualizada, el relato macabro se diluye frente a esa primera mitad con aires de crítica post Vietnam. Además, la edición no es nada de otro mundo, haciendo avanzar la trama a trancas y barrancas, demostrando que, en lo narrativo, John D. Hancock estaba un tanto verde, por no hablar de las encorsetadas formas de la época. Por ejemplo, en cuanto a efectos especiales no esperéis apenas nada, lo que, por otro lado, no supone problema alguno mientras la cinta juega en la división del terror psicológico, su tramo final, por desgracia, si que adolece esta falta de recursos.

En resumen, “Let’s scare Jessica to death” se beneficia de una atmósfera de pesadilla muy bien lograda, la que se construye a través de las dudas y temores de una genial Zohra Lampert, a la que sus compañeros de reparto tampoco desmerecen. No obstante pierde fuelle dentro de su propuesta visual, mezcla del gótico más clásico con el drama post Vietnam, debido a la suma de pequeñas carencias técnicas y una pasividad, o reflexividad, a veces enervante. Sí, la cinta se demuestra lenta en demasiadas ocasiones, y su fuerte sesgo dramático la aleja del terror tal y como un servidor lo concibe; y eso es lo que nos importa en este análisis. No obstante, su fuerte personalidad invita a disfrutarla sin complejos para constatar que el cine de género tiene muchas vertientes y que, en épocas pasadas, hasta las películas más baratas ponían mucho mimo y empeño en contar “algo”, mejor o peor, pero lejos de los efectismos que ahora asolan una industria necesitada de mayor esfuerzo y creatividad para sus historias.

Lo mejor: La equilibrada y elegante forma de plasmar la locura, la duda emocional, en pantalla.

Lo peor: A veces es tan reflexiva que... se hace un poco soporífera.


Vuestros comentarios

1. 27 sep 2015, 16:37 | MASP

Pues sí señor. Cinta de obligada revisión y merecida reseña. Igual fuerzo mucho la referencia pero yo a este tipo de films siempre les veo influenciados por la inimitable “Repulsión” de Polanski o quizá es que siento un fetichismo patológico por la Deneuve de aquellos años mozos, que también pudiera ser.

En todo caso, son films dignos de mención por la variedad de recursos estilísticos con los que plasmar ese pretendido mundo onírico que atormenta a sus protagonistas en una época donde la técnica y el presupuesto limitaban el uso de FX en favor de la siempre fértil e inagotable imaginación, hoy lastrada por el abuso informático que ahorra esfuerzos ante la carencia más acusada de talento.

Como asignatura obligada deberían incluir el visionado forzoso de “El Gabinete Del Doctor Caligari” a todos aquellos cineastas en ciernes y me atrevería decir que incluso también a algunos consagrados que apostaría a que no la han visto a juzgar por la vacuidad de sus obras. Pero total, como la taquilla es la que manda, con lograr una buena recaudación ya basta, lo del estilo ya es secundario puesto que de priorizarlo, en la mayoria de los casos no será apreciado salvo por un reducto de “insurgentes” como los aquí presentes. Y es que todavía hay quien me dice que “Drive” o “It Follows” son malas porque son “lentas”. Hombreeeeeee…

Saludos!

2. 27 sep 2015, 17:07 | Bob Rock

MASP.- Bueno es que Repulsion es muy influyente. Por su puesto algo tiene, pero el espíritu es muy distinto, aunque sólo sea por la diferencia de nacionalidad. A su manera, a su muy extraña manera, Jessica es muchísimo más oscura. Pero Polanski como director deja a Hancock a la altura del betún.

Efectivamente por ahí van las últimas frases de la reseña: que con cuatro recursos, en los sesenta/setenta el cine de género ahondase tanto en el terror, en como poner los pelos de punta sólo con dinamitar el mundo de sus protagonistas. Eso es porque desarrollaban personajes con los que es inevitable entrelazarte.

Lo de lenta o no lenta, ahí ya pienso que cada película debe tener su propio dinamismo. Es como conducir, a veces la propia carretera te pide caña y otras que vayas relajado. Jessica es un viaje campestre al que la velocidad jamás le hubiese sentado bien, pero por ejemplo Zombieland (en las antípodas de esto) necesitaba ese ritmo vertiginoso. Lo importante es no confundir el tocino con la velocidad.

Gracias por tus sabios apuntes y reflexiones!!

PD: Bueno, es que o entiendes Caligari o no entiendes porque existe el cine de horror. Al menos a mi juicio.

3. 27 sep 2015, 22:36 | Elchinodepelocrespo

Una de mis pelis de terror favoritas de todos los tiempos.

4. 27 sep 2015, 22:38 | Mountain

La tengo hace tiempo, pues en algún sitio leí que era de las que había que ver, cualquier día de estos cae.
“It Follows” y “Drive” malas porque son lentas? en fin…

5. 03 oct 2015, 03:05 | maymay74

A mi se me hace una excelente película; sabe crear esa atmósfera tétrica que ya quisieran lograr muchas películas hoy en día.

6. 30 mar 2016, 11:56 | Yann

Vista. Excelente recomendación. A pesar de sus defectos, tiene algo que la hace diferente.

7. 27 may 2019, 23:06 | unikitty!

pelicula que con muy pocos recursos logra un digno thriller psicologico sin ni un solo efecto especial (no los necesita, como dice bob) ni grandes actuaciones (la protagonista no puede evitar reirse en muchas escenas) ni crear una atmosfera macabra (todo sucede durante el dia mayormente) y todo por contarlo pausadamente para que te inquietes de mas por saber que es lo que le espera a la pobre jessica.

eso si, su ritmo lento es un desafio (y de los bien dificiles) que decidira si sos lo suficientemente paciente o no.

^ w ^

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