Re-Kill

¿Cuando oí hablar por primera vez de “Re-kill”? Creo que allá por el 2011; es más, si no me equivoco, creo que debería haber sido estrenada en ese mismo año para el que fuera primer After Dark Originals (cuando la distribuidora se lanzó la producción de sus propias cintas). Entonces, ¿hey baby, qué pasó? Una vez hechos públicos los problemas con “Asylum”, la última película producida por estos alegres americanos hace dos años, llegué a suponer que el rodaje de “Re-kill” se convirtió en un infierno, que finalmente se editaría con un par de dilatadores anales de regalo para ayudar a pasar mejor el asunto o que algún rumano avieso estaba actualmente en las Bahamas encendiendo puros con billetes de cien pavos. Por supuesto, el sentimiento general fue que jamás se estrenaría, pero aquí hemos pecado todo de faltos de fe, ya que en la serie B (tirando a zetosa) todo puede pasar. El After Dark es cuestión de fe, practicar la genuflexión y encomendarse al Dios Corman. ¿Ha sido la misa satisfactoria? Pues a medias, dados los estándares a los que nos tiene acostumbrados esta distribuidora, el resultado no podría ser más alentador: ¡“Re-kill” se puede ver entera sin desear tener a mano una botella de jagermeister cortado con laxante! Otra cosa es que los 9 millones de dólares que costaron su producción hayan parido una pequeña obra maestra, nada más lejos de la realidad (todavía mantengo mi alternativa sobre aviesos productores paseando el tanga por las Bahamas). Ojala hubiesen vuelto los tiempos en que disfrutamos de joyitas como “Seconds Apart”, “Dread” o “Autopsy”…

Cinco años desde que la población se haya visto reducida en un 85% tras una horrible epidemia. Los infectados despiertan del sueño eterno para mostrar una fuerza y hambre inhumanas, ¿os suena? En el mundo con el que Romero soñó sólo un grupo de hombres y mujeres nos separan del exterminio: la división R. Sígannos durante la hora y media de programa y les mostraremos como trabajan, como se sacrifican por usted estos héroes con tal de proteger los restos de nuestra civilización.

Valeri Milev, director cuyo otro “gran logro” ha sido “Wrong Turn 6”, nos presenta una película a interpretar con matices, lo cual ya supone una alegría por sí misma. Lo primero que destaca en su ópera prima es la presentación en formato televisivo: “Re-kill” se muestra como un programa que sigue a un escuadrón de soldados especializados en acabar con reanimados, que, de nuevo aparecen matices, se muestran en agresividad y velocidad parejos a los infectados de “28 días después”.
Asistimos a la emisión de un programa como esos que pueblan las cadenas digitales de tasadores, tatuadores, “tuneadores” y otras profesiones que empiezan por “t”. Claro que para no derrumbar esta afirmación, debemos olvidar ciertos detalles narrativos, al inicio y final de la cinta, que llevan al argumento a sus momentos más tontos y pajilleros. Así incluso presenciamos los anuncios publicitarios que el estado patrocinaría en caso de haberse producido un holocausto zombie: erigiéndose como los detalles más cáusticos y divertidos dela película. Bien, pues esta idea televisiva es todo un hallazgo, uno que se presenta original dentro de la temática zombie, pero bastante tristón si las comparamos con la mayor influencia de la presente: “Starship Troopers”. Podríamos decir sin sonrojarnos que esta producción del After Dark es mitad copia descarada de la cinta de Verhoeven y mitad mockumentary barato.
Sus grandes aciertos son buscar la acción por encima de otros elementos y la veracidad dentro del marco televisivo, pero de nuevo hacen acto de aparición los matices… en este caso, la inexperiencia de Milev, pues afronta esas escenas de acción con un exceso de movimiento y un montaje caótico que termina por volverse molesto y excesivo. “Eh Bob, pero ese estilo se justifica en busca del realismo”, diréis alguno; a esta cuestión contestaré con dos nombres propios: la serie/reality “Policias” y la serie/comedia “Death Valley”. Tengo que confesar como llegué a vomitar la cena, esta vez no se trataba de aguantar a Eric “cara de nauseas” Robert, una gripe y el mareo provocado por la epiléptica cámara fueron los detonantes del geiser violáceo.

No obstante, el arranque de “Re-kill” es soberbio, cercano a lo que se siente jugando al magnífico “Left 4 dead”, pero luego la dinámica se torna repetitiva restándole eficacia. También afea la experiencia el abuso de entornos vacíos que dan sensación de pobreza. Curioso, los efectos especiales son bastante irregulares, pero el abuso digital es bastante sobre llevable. Únanle a esta falta de estilo la presencia de unos actores lamentables entrampados en unos papeles copia barata de Johnny Rico y a los suyos. Desgraciadamente el guión de Michael Hurst (“Pumpkinhead 4” entre otras directísimas al W.C.) ni trabaja los diálogos, rozando la caspa de medianoche; ni se esfuerza por desarrollar una historia, el giro final tiene ese simpático tinte de comic pero está desaprovechado; ni es capaz de aportar veracidad a unos marines de gatillo fácil y frases “insustrascendentales”. Aun con esto, reconozco que la trama, reducida a acompañar a los soldados mientras dejan como quesos de gruyere a los muertos vivientes, está bien ambientada y el rato se nos pasa volando entre tiroteos, explosiones y zombies con una curiosa capacidad para aparecer en el momento más inoportuno… y es que sí, algo de Uwe Boll existe en el corazón de “Re-kill”, pero algo bueno, no tenéis porque coseros los párpados.

Así pues no hay mucho más que destripar: Dejando aparte los pésimos actores, a destacar a unos acartonados Scott Adkins (subheróe de acción en “Los Mercenarios 2”, “Ninja” y demás basurilla) y Bruce Payne (triste en la paralítica “Dungeons & Dragons” y también triste aquí); la confusión premeditada de las escenas de acción, así se evita airear las limitaciones técnicas; y los tremendos sin sentidos del guión, ¿los mismos cuatro pelados enfrentados a hordas de zombies sin siquiera apoyo terrestre?, ¿cuellos y brazos desprotegidos?; dejando atrás todo esto y el lamentable final (¿continuación? No, por favor) tenemos una cinta que no pretende más que algo de diversión y cierta originalidad a costa del cine zombie, lográndolo a medias y sin tomarse muy en serio.
Sólo por la presentación inicial del programa, la cinta merece ser disfrutada, una pena que no hayan conseguido mantener esa tensión en el último tramo de metraje. Aunque sigo esperando más de otras películas del After Dark, sería injusto colocar a “Re-kill” en el grupo de las perdedoras. Esta ronda me he llevado un buen par de soplamocos de manos de esos marines/carne de cañón y los infectados más salvajes que he podido ver en mucho tiempo. Tal vez la fórmula de fondo no cambie mucho, quizás demasiado deudora a “Starship Troopers”, pero cualquier aficionado a los zombies y a la acción sabrá disfrutarla poniendo el cerebro en punto muerto… ahora bien, para este resultado, ¿por qué diablos hemos esperado cuatro años?