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La Profecía

Satanás a lomos de un triciclo

DAVID SELTZER

Nacido en Highland Park, Illinois en 1940 es un famoso guionista, productor y director norteamericano. En su labor como escritor y director, sus créditos incluyen la tragi-comedia adolescente Lucas de 1986 protagonizada por Corey Haim , Charlie Sheen y Winona Ryder. En 1976 se incrementó su popularidad al ser solicitado por el director Richard Donner para que escribiera un guión para su película de terror clásica “La Profecía”, ganadora de un Premio Oscar por la mejor música original ideada por Jerry Goldsmith. Fue su primera novela como escritor, y sobra mencionar que tanto la película como el libro constituyeron uno de los mayores éxitos de los últimos tiempos.

PARA QUÉ LEER EL LIBRO CUANDO PUEDO VER LA PELÍCULA

Robert Thorn recibe la noticia de que su primer hijo ha nacido muerto. Para evitar el dolor de su mujer, Katherine, acepta adoptar a otro niño nacido en la misma clínica, cuya madre ha fallecido durante el parto. Katherine, ignorante de la suplantación, se entrega con ternura al cuidado de su supuesto hijo Damien. Pero mientras el niño crece, también lo hace el terror que lo rodea. Accidentes fatales, suicidios y una violencia inexplicable parecen seguir a los Thorn adonde quiera que vayan, pero ¿por qué razón? ¿Y cómo es posible que el pequeño Damien tenga algo que ver con tan terribles sucesos? Es sólo un niño… Pero Damien Thorn no se parece a ningún otro niño. Damien lleva la marca de la bestia, y su momento se acerca.

Pues claro que sí. Con un buen par. ¿Para qué cenar en un buen restaurante cuando puedo hacerme un sándwich? ¿Para qué jugar un partido de fútbol con los amigos cuando puedo hacerlo en la videoconsola? ¿Para qué acostarme con mi pareja cuando yo solito puedo…? En fin, no creo que debamos ahondar más en la zafiedad. A estas alturas supongo que habrá quedado clara la analogía. Y es que me enerva escuchar la manida respuesta de turno cuando recomiendo un buen libro, más aún cuando estamos ante una de las obras maestras del género junto con “El Exorcista” de William Peter Blatty que ya reseñaremos en un futuro incierto.

Vamos a dejar claro desde este mismo momento, antes de que algún desaforado nos tilde de culturetas gafapastosos, que respeto (aunque no comparto) la desgana de que adolecen algunos hacia la lectura, fuente, no exclusiva pero sí esencial de cultura y conocimiento. No es ningún crimen de lesa majestad que no te agrade leer. Pero sí es un acto de miserable hipocresía carecer del valor para reconocerlo. Por que cuando la excusa utilizada es inexorablemente “es que no tengo tiempo”, me tiemblan las piernas. Porque eso te lo suelta con todo el morro la misma persona que cada noche dedica un mínimo de hora larga, ya en la cama y con la luz pagada, a consultar las redes sociales y programas de mensajería, con su indispensable teléfono móvil, plaga de nuestro siglo que como todos sabemos constituyen una fuente interminable de sabiduría a base de “memes”, fotos de gatitos tiernos y emoticonos chachis.

Eso sí que no cuela. A mí por ejemplo, no me gusta el teatro como género escénico (narrativamente es otro cantar), pues considero que ese aspecto es ampliamente superado por el cine en cuanto a recursos visuales (y cuando lleguen los sistemas de realidad virtual que están a la vuelta de la esquina, ni te cuento), pero tengo el valor de reconocer que me pierdo con ello descubrir el verdadero talento de una cantera de actores que a buen seguro acabarán recalando en el séptimo arte. Y es que sólo leyendo la magnífica novela de David Seltzer, que como vemos por su biografía no es ningún advenedizo, es como podemos apreciar en su justa medida la película de Richard Donner y una vez disfrutada la misma, aplicar el proceso inverso y percatarnos con que fidelidad y maestría fue adaptada a la gran pantalla. Porque si bien lo común es que la película, por múltiples limitaciones sean presupuestarias o de otro tipo, termine por ser un triste remedo del libro, (“El Fugitivo” de Stephen King se convirtió en la amena pero mediocre “Perseguido”) también puede ocurrir, las menos veces lo contrario, y encontrarnos con un peliculón que hace palidecer a la novela en que se basa (“Blade Runner” frente a la conceptualmente revolucionaria pero narrativamente tediosa “¿Sueñan Los Androides Con Ovejas Eléctricas”? Del ínclito Philip K. Dick). Pero he aquí que existe una tercera y exclusiva posibilidad tan extraña como una alineación astral y es cuando la novela y la película son casi un calco recíproco. Esto que a muchos les genera cierto descontento por aquello de que “la película no aporta nada nuevo”, es de todo punto injusto pues no hay nada más complicado en una adaptación cinematográfica que mantenerse fiel al texto sin permitirse las licencias propias del género en aras de una mayor complacencia en las taquillas.

ESE PEQUEÑO CABRONCETE PELIRROJO

“Aquí está la sabiduría. El que tenga inteligencia calcule el número de la bestia, porque es número de hombre. Su número es seiscientos sesenta y seis.”

Apocalipsis 13:18

Como podéis comprobar, resulta prácticamente imposible realizar esta reseña literaria sin hacer un paralelismo constante entre la obra literaria y la cinematográfica, pues ambas están inusitadamente a la par en calidad. La virtud de David Seltzer radica en construir una novela apocalíptica ambientada en los tiempos modernos sin farragosas referencias históricas y situarla socialmente en las altas esferas sociales y políticas, que como podemos ver en cualquier noticiario es el caldo de cultivo de los seres más abyectos que uno pueda imaginarse cuya única misión es sembrar el caos y la discordia para adorar a ese nuevo Mefistófeles actual que el Dios Dinero. Esto otorga al relato una credibilidad inusitada que provoca escalofríos en el lector, pues termina por dudar si no estaremos ya siendo víctimas de uno de esos anticristos contemporáneos. Y el zenit de la narración, como en la tradición de los mejores cuentos de terror, lo encontramos en su impecable y terrorífico final que deja la puerta abierta a que la ilimitada imaginación del lector sea la encargada de seguir creando esos monstruos cuya indiscutible existencia la razón se empeña en negarnos.

La adaptación cinematográfica era pues todo un suculento manjar para quien tuviera el talento y valor necesarios de lidiar con tan controvertido argumento, y es ahí donde un director emergente llamado Richard Donner decidió coger a la Bestia por los cuernos y calzarse un film impecable que ha creado ya imágenes icónicas de referencia cinéfila, como ese ataque de histeria del pequeño demonio cuando trata de ser llevado a una Iglesia, papel que Harvey Stephens logró con tan sólo seis añitos cuando durante el casting y después de que golpearan a Donner, como respuesta le diera un puñetazo en los testículos a la persona que había golpeado a Richard. Vamos, todo un angelito que el bueno de “tío Richy” supo identificar a las primeras de cambio. En fin, ¿qué podemos decir a estas alturas de un hombre que ha sido el artífice de “Los Goonies”, “Lady Halcón” o “Los Fantasmas Atacan Al Jefe”? Sin él, el cine sencillamente no sería lo mismo para toda una generación de fans.

Pero aquellos aún reticentes que se consideren poco incentivados a leer una novela “ya muy vista”, deciros que David Seltzer sabe mantener en la misma un tempo narrativo de ominosa constancia que no decae en ningún momento y que en la película fue inmortalizado por una demencial Banda Sonora obra de Jerry Goldsmith. En definitiva, libro y film constituyen un tándem inseparable en su concepción pero perfectamente disfrutable por separado. En todo caso, os aconsejo ver primero el film y leer luego el libro para así ya gozar de la representación visual de un reparto actoral sobresaliente de modo que os resultará más cómodo recrear a los personajes. Y sí, ya sé que hay un remake del 2006, pero no lo he mencionado porque… en fin… sin que sirva de precedente, seamos serios ¿de acuerdo?

Sanguis bibimusSangre que bebemos

Corpus edibusCarne que comemos

Sanguis bibimusSangre que bebemos

Corpus edibusCarne que comemos

Sanguis bibimusSangre que bebemos

Corpus edibusCarne que comemos

Rolle corpus Satani, aveLevante el cuerpo de Satanás, salve

Ave, ave, versus ChristusSalve, salve el Anticristo

Felices Pesadillas, Almas Oscuras


Vuestros comentarios

1. 08 nov 2015, 19:07 | Bob Rock

Soy un mamón, lo siento MASP, no he leído el libro… y por pura pereza en plan: ¡si ya he visto la película! (que me daba muy mal rollo de pequeñito) Mal, mal, mal… porque mira que si algo me gustó de la saga Amityville fue la novela original. En fin, otra reseña con la que me ponen en deuda al género de terror, creo que ahora sí, voy a usar tus consejos sobre e-books porque tengo el serio problema de haber dado la temida señal para un piso… soy un nuevo sodomita perteneciente a la caja local…

En serio, gracias por estas reseñas, tan amenas y llenas de información útil…

Un abrazo!

2. 09 nov 2015, 22:50 | Mountain

Te quieres creer que no recuerdo si lo he leído? . “El Exorcista” si y otras muchas novelas que luego fueron famosas adaptaciones también, pero este puede que sí pero no tengo ni idea. Por cierto, totalmente de acuerdo con tu comentario sobre “Blade Runner”, soy muy fan de Philip K. Dick, pero la peli del primo de Ridley Scott le da mil vueltas a la novela.

Gracias por la reseña.

3. 11 nov 2015, 23:04 | MASP

Pues nada, castigados ambos!! xD.
La verdad es que habida cuenta de la gran calidad de la adaptación cinematográfica, la lectura del libro casi parece reservada para bibliófilos completistas… como un servidor! Como decía Oscar Wilde, puedo resistirlo todo salvo la tentación.

A mí también me sucede que a veces ya ni recuerdo si he visto o leído alguna obra, así que de un tiempo a esta parte me decidí a llevar un “diario cultural” en una libreta en plan grimorio donde voy anotando cada disco, película, videojuego, cómic o libro que pasa por mis ávidas manos. Así evito repetirme, aunque a veces revisito una obra por mero placer. Hay tanto por conocer y tan poco tiempo!.

Saludos!

4. 12 nov 2015, 12:39 | Mountain

Lo del diario cultural es una idea cojonuda, yo la llevo a cabo solo con películas, si también tuviese que meter todos los discos que escucho y todos los libros que leo me volvería un poco loco!

Genial la cita de Oscar Wilde, me la apunto.

Un abrazo.

5. 16 nov 2015, 17:40 | Leo

Masp, como siempre una muy buena reseña, efectivamente esta es la rara ocasión en que la película y el libro son prácticamente iguales, cosa por lo demás muy difícil de lograr aunque cueste creerlo… ya he mencionado por ahí que “La Profecía” es probablemente mi película de Terror favorita y por que no una de mis favoritas en cualquier género, la atmósfera, la tensión, la historia, esa música “infernal” que logra poner los pelos de punta y por sobre todo las actuaciones donde destacan el gran Gregory Peck y por sobre todo el pequeño Damian que logra pasar de angelical a demonio de forma magistral a pesar de su corta edad… simplemente un clásico de visión y lectura obligada para todo (a) amante del género que se precie…

saludos…

6. 07 div 2015, 02:45 | FrancHis

Qué delicia encontrar una reseña sobre La Profecía!!

Tuve la oportunidad de leer el libro muchos años, MUCHISIMOS años después de ver esta maravilla que a los siete años me dejó sin dormir y con el Ave Satani retumbando en mi cabeza ( y que prácticamente me introdujo al cine de terror y me hizo amarlo como lo amo hasta hoy). Es una tremenda joya, totalmente recomendable. Lo presté a una prima y me contó que empezó a leer en la noche, y luego tuvo que dormir con las luces prendidas por el impacto….

Por otra parte, el capítulo 8 (me parece es el 08) dedicado a la vida del padre Brennan (el pequeño sacerdote que desea sacarse el pecado de encima e informar a Thorn sobre la verdad), es una delicia, por así decirlo. Una pena que prácticamente hayan obviado esta parte, quizá porque se alejaba demasiado del tema, de la película. Me parece tan bueno que hasta podrían trabajarlo para una precuela o algo (ok, mejor ni dar ideas).

7. 07 div 2015, 17:58 | Leo

FrancHis, eso no se hace… me había olvidado por completo del dichoso capítulo, lo revisé y ahora voy a tener que ponerme a leer nuevamente el libro y con tantos otros libros que tengo a medias en estos instantes y vas tú y me agregas uno más…

que maldad… jajaja…

saludos…

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